martes, 1 de enero de 2013

David Foster Wallace: Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. Ensayos y opiniones

Idioma original: Inglés
Título original: A supposedly fun thing I'll never do again. Essays and arguments
Año de publicación: 1997
Valoración: Muy recomendable

Pues con esta reseña, Unlibroaldía presta atención por primera vez a este autor americano, que se suicidó en 2008, víctima de una grave depresión. 
Gran pérdida, a tenor de lo que descubro en su obra. Foster Wallace es un autor muy fácilmente legible en corta distancia: sus ensayos son prodigiosos escritos de precisión y documentación con un estilo, una lógica, y una claridad absolutamente fuera de lo común. Fuera de lo común es, también, su gran extensión y su curiosa práctica en lo referente a las notas a pie de página: muchas son más prolongadas que el texto al que refieren, proliferan a lo largo de los escritos, y vienen a representar una especie de discurrir paralelo al del escrito principal. Pero todo ello es una fuente de placer para el lector. Odio usar el estereotipo, pero es así. Un placer, el de leer a Foster Wallace, que se vuelve algo desconcertante cuando hay que abordar sus obras en conjunto, ya que algunas de ellas son recopilaciones muy variadas (en otro libro, Hablemos de langostas, habla de convenciones de cine porno y, esto, langostas) , y porque, por lo que a mi experiencia respecta, el interés por los ensayos siempre depende del interés que uno sienta por el tema que tratan. Aunque hasta esta premisa Foster Wallace consigue superarla.
Así, Deporte y tornados se convierte, desde la experiencia ficticia en primera persona de un tenista de condiciones particulares, en una especie de retrato de la personalidad de la población del estado de Illinois, y E unibus pluram es un largo ensayo sobre el hábito televisivo del americano medio en los 90. Otros ensayos tratan igualmente temas dispares por lo cual, como una recopilación de cuentos, su valoración a nivel temático, como conjunto, acaba resultando difícil. Algunos son tan extensos, tan profusos en detalles que revelan la minuciosidad del autor tanto en la observación de la realidad como en la documentación de la temática en cada caso, que tendrían validez como obras por sí solos.
Resulta abrumador, casi sonrojante, constatar la riqueza y la asequibilidad de la prosa de Foster Wallace. Nada de ligereza, nada de pasar a toda prisa sobre las líneas. Denso, profundo, detallado. A pesar de ello, el pronunciamiento del que suscribe es que el torrente literario de Foster Wallace actúa como un poderoso elemento de cohesión, incitando incluso la atención sobre temas que a uno pueden resultarle indiferentes, a priori. El ejemplo de Dejar de estar bastante alejado de todo, ensayo sobre la Feria de Illinois: 70 páginas que sirven para retratar una nación, a la vez que para familiarizarse con el elevado número de especies ovinas. O el de El talento profesional de Michael Joyce donde el lector se ve súbitamente interesado por detalles técnicos del tenis, no se sabe cómo. Y el postre del último relato, hilarante y descabellado, que da título al libro, su falso núcleo, dedicado a los cruceros. Que ello represente una especie de trampa, la de la seducción literaria para embaucarnos o hacernos adentrar en cuevas inexploradas para nuestro intelecto, sólo debe achacarse a su elevado índice de efectividad, al oficio del escritor, capaz de ser versátil, confidente, erudito, cercano, amigable, jocoso, sarcástico, respetuoso e irónico.
Dice la entrada en Wikipedia, y no veo motivos para no fiarme, que el suicidio se precipitó cuando, como consecuencia de la medicación para su dolencia, Foster Wallace consideró que su nivel literario había descendido, que esa efectividad había disminuido. Triste y trágica causa: el peor Foster Wallace seguiría llevándole mucha ventaja a algunos que se tienen a sí mismos por grandes escritores. Literatura contemporánea del más alto nivel. Libros que uno quiere tener para ir leyendo de vez en cuando. Todo lo alejado que se pueda del fast-food literario. Todo lo alejado que se pueda de esa reseña de hace unos días. Por cierto, primorosamente traducido por otro novelista que nos gusta aquí, Javier Calvo.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena recomendación para este año 2013. Gracias por la reseña es muy útil e interesante.

Francesc Bon dijo...

Gracias por el comentario. Un autor sumamente interesante.

Anónimo dijo...

Francesc, al leerte me han entrado ganas de darle otra oportunidad a F.Wallace.

Hace algo más de un año dejé "La broma infinita" en la página 600. Demasiadas notas a pie de página, demasiado volumen, no lo sé. Sin embargo el libro tiene algo que me fascina, lo tengo en el estante esperando que nos llegue el momento a ambos.

Puede que este me reconcilie con esa forma de escribir y describir tan particular de Wallace.

Francesc Bon dijo...

Se trata de un escritor único. Eso a veces te descoloca, pues resulta contradictorio cómo sus escritos se leen con rapidez y fluidez, pero a la vez cuesta algo adentrarse en la densidad de los escritos por los recursos que utiliza. Pero el esfuerzo a mí me ha valido mucho la pena. Respecto a La broma infinita creo que hay que abordar su lectura con tiempo y paciencia, y si es necesario combinarlo con otras lecturas menos exigentes. Estoy seguro de que merece la pena llegar al final. Gracias por el comentario.

Marcelo Z dijo...

He intentado hacerme de un ejemplar, Francesc, de 'La broma infinita' pero aun no ha llegado. Parece que los importadores tienen 'retrasos' y 'complicaciones' a la hora de traer libros a la Argentina. No obstante, los apunto a ambos. Aquí sólo es posible 'El rey pálido', pero no tengo referencia alguna. ¿La tienes tu? Un fuerte abrazo y muy buen año, lleno de buenos libros!

Francesc Bon dijo...

No he leído El rey pálido, según parece el libro en el que trabajaba cuando acabó con su vida. No sé si resultó inacabado o no, como todos sus libros las críticas son dispares aunque prevalecen las positivas.
Será cuestión de escribir la carta a los reyes. Gracias por el comentario, me paseo por tu blog de vez en cuando.

Anónimo dijo...

http://fuera-del-reino.webnode.es
¿Qué pensais de mi historia?
Pasaros por la web y darme opiniones.

J dijo...

Excelente libro, estoy leyéndolo y de verdad que es increíble. Como muchas veces me pasa (al igual que a muchos otros) descubrí a este autor una vez muerto... pero eso le da quizá un sabor especial

Saludos!

Francesc Bon dijo...

Muchos grandes escritores con muertes prematuras en lo que va de siglo: Casavella, Bolaño, DFW. Luego nos echan en cara que esas muertes favorecen la mitificación, pero el valor de sus escritos salva ese obstáculo. Un grande. Gracias por el comentario.

Pablo GP dijo...

Acabo de terminarlo. Me han gustado especialmente los ensayos sobre Michael Joyce, Carretera Perdida de David Lynch y el último sobre los cruceros de lujo.
También me gustaron los ensayos sobre la feria de Illinois (a priori un tema poco o nada interesante) y el primero, Deporte y tornados.
El larguísimo ensayo, dividido en numerosos capítulos, E unibus pluram, al principio me pareció sumamente interesante pero luego me acabó cansando, por repetitivo.
En fin, un autor que merece la pena. Algún día le hincaré el diente a La broma infinita.

Francesc Bon dijo...

Gracias, Pablo. Reconozco que sólo el no disponer de tiempo me impide volver a leer este magnifico libro. Pero los comentarios hacen que lo vuelva a tener en cuenta. Porque es una fuente de placer.

Anónimo dijo...

Hoy lo he retirado en la biblioteca para, d.m. , leerlo por segunda vez.Un libro magnífico de un autor que nunca debió irse voluntariamente de este mundo.Una pena.

Francesc Bon dijo...

De acuerdo en todo, y maldigo mi constante prisa vital que me impide volver a leerlo.