sábado, 13 de abril de 2024

Junichirō Tanizaki: El demonio y otros cuentos

Idioma original: Japonés
Traducción: Ryukichi Tearo / Ednodio Quintero
Año de publicación: 1912-1925
Valoración: Recomendable (con matices)

Qué relatos tan interesantes, estos compilados en El demonio y otros cuentos. Publicados originalmente entre el 1912 y 1925, pertenecen a la pluma de un Junichirō Tanizaki joven. La bisoñez del autor se plasma principalmente, tal y como resalta la nota introductoria de este volumen, en su «infatuación (...) por las formas y costumbres occidentales» (pg. 17). También en su vigor e intensidad narrativa, los cuales a veces actúan en detrimento del desarrollo argumental o la exposición temática orgánicos.

Por lo demás, los relatos recuerdan sobremanera a la obra del autor, independientemente de en qué edad la escribiera. Especialmente por sus atinados retratos psicológicos, su predilección por la faceta oscura del ser humano, su muestrario de erotismo decadente y su finura estilística. 

Dejad que me detenga un instante en los personajes concebidos por Tanizaki, porque son realmente extraordinarios. Odiosos a la par que entrañables, a su complejidad hay que sumarle otro rasgo característico: su tendencia contradictoria. La mayoría son varones, escritores de profesión o estudiantes, y tienen ínfulas artísticas o ciertas dotes intelectuales. 

Muchos de ellos son conscientes de que sus actitudes son «criminales», «inmorales» o «propias de un loco». Aun así, hallan formas de racionalizar su maldad, su egoísmo y sus vicios. Sobre todo apelan a la naturaleza humana, o mejor dicho, a su propia predisposición como individuos. Sin embargo, eso no les impide acusar, inmediatamente después, a la sociedad de sus defectos.

Examinemos al protagonista de "Tristeza de hereje", que primero asegura esto: «Antes de arrepentirse de lo que había hecho, Shozaburo prefería odiarse a sí mismo por aquel defecto incorregible que consideraba innato a su persona. / El arrepentimiento debería ir acompañado de una penitencia. Pero a Shozaburo la autocrítica no lo conducía a pensar en la necesidad de cambiar su forma de ser. Sabía perfectamente que no sería capaz de hacerlo, aun cuando lo deseara.» (pg. 355) Más adelante, este mismo personaje cambia radicalmente de postura y acusa de su «mezquindad» a «las penurias económicas que se había visto obligado a padecer». (pg. 347)

Es cierto que algunos relatos de El demonio y otros cuentos se beneficiarían de un mayor desarrollo. Por ejemplo, aquellos centrados en el retrato psicológico del protagonista ("El criminal", "Una confesión" y "El odio") suelen entregar una voz narrativa y una caracterización únicas; sin embargo, dan la impresión de que podrían insertar éstas en un argumento mayor, como sí hacen "Jotaro, el masoquista", "Tristeza de hereje" o "El demonio".

Estas tres últimas piezas, por cierto, se cuentan entre mis favoritas. Quizá no sean perfectas, pues su acabado y ejecución no es tan redondo como me gustaría. "Jotaro, el masoquista" desperdicia algún personaje secundario, y no exprime al máximo a su protagonista; por otro lado, "Tristeza de hereje" tiene partes muy potentes, pero que no acaban de encajar en el todo; en cuanto a "El demonio", apenas esboza su núcleo duro. En cualquier caso, los tres relatos refulgen con el vigor de su prosa, la audacia de sus premisas, sus memorables protagonistas y su autenticidad literaria. 

Otro relato muy bueno, casi me atrevería a afirmar que perfecto, es "El pequeño reino". Además de partir de una premisa interesante y original, está magistralmente urdido. 

Llegados a este punto, sólo me queda resumir brevemente los textos que componen El demonio y otros cuentos:

  • "La creación": Un artista quiere emparejar a dos jóvenes bellos para que alumbren a un hijo perfecto. Tanto el argumento como los personajes son bastante planos, por lo que su atractivo es, a mi juicio, que está narrado únicamente con diálogos (a excepción de unas pocas acotaciones cronológicas).
  • "El criminal": Monólogo de un pintor que ha acabado en la cárcel tras estafar a un conocido. Las reflexiones de la psicología del criminal que desprende son sumamente curiosas.
  • "Una confesión": Interrogatorio que trata de esclarecer las motivaciones para pegar, robar y asesinar de un hombre. Escrito exclusivamente a base de diálogos, presenta un humor negro y una lógica interna bastante retorcidos. 
  • "El odio": Intensa y contundente descripción del odio en estado puro, con toda su crueldad e irracionalidad.
  • "Un puñado de cabellos": Tres amigos mestizos compiten entre ellos para casarse con una atractiva rusa. Gamberrada simpática y entretenida ambientada en el terremoto de Tokyo-Yokohama de 1923.
  • "Una flor azul": Un cuarentón pasea con su amante adolescente. Quizá el más ambicioso estructuralmente hablando, pues mezcla con idéntica soltura la realidad y el ensueño, el presente y el pasado. Además, aporta contrastes entre lo nipón y lo occidental muy enjundiosos.
  • "Historia de una mujer convertida en mono": Una desdichada geisha se convierte en el objeto de deseo de un primate que no la dejará en paz hasta que logre poseerla. 
  • "Jotaro, el masoquista": Un escritor relativamente exitoso se embarca en una sórdida aventura para satisfacer su lujuria. Por momentos roza la brillantez, y aunque no mantiene ese nivel a lo largo de su extensión resulta una lectura exquisitamente decadente.
  • "Tristeza de hereje": El primogénito de una familia empobrecida y disfuncional ostenta una personalidad miserable con quienes lo conocen. Tiene escenas potentísimas, como esa del gramófono.
  • "El demonio": Un estudiante de provincias que se va a vivir con su tía a la ciudad para cursar Derecho se ve integrado en un triángulo amoroso lleno de celos y perversión con su ambigua prima y el celoso jardinero. Pocos escritores pueden escribir algo así de turbio.
  • "El pequeño reino": Un maestro intenta combatir a un nuevo alumno que se ha adueñado de todos sus compañeros de clase con pasmosa facilidad. Como he resaltado anteriormente, me parece redondo.

Resumiendo: El demonio y otros cuentos es, pese a su irregularidad, una antología recomendable. Sus relatos guardan cierta unidad temática y tonal, pero aun así despliegan extensiones y técnicas muy variadas. Sin lugar a dudas, merece conocer esta fase casi embrionaria de Tanizaki, el eterno candidato al Premio Nobel de Literatura.


También de Junichirō Tanizaki en ULAD: Aquí

2 comentarios:

Maximiliano Carbajal dijo...

Excelente reseña. Si ya tenía ganas de leerlo ahora se duplican. De Tanizaki solo he leído «El amor de un idiota» y me fascinó. Es quizá el mejor libro de un autor nipón que he leído.

Felicidades y sobre todo gracias por tu blog. Lo disfruto muchísimo

Oriol dijo...

Muchas gracias por el halago a la reseña, Maximiliano. Si lees esta antología o cualquiera de los relatos en ella compilados, ya nos dirás qué tal.