Título original: Jean Vigo
Año de publicación: 1957
Traducción: Juan Abeleira
Valoración: recomendable para interesados
Si algún cineasta ha sido siempre recordado como una promesa truncada, un talento prematuramente desaparecido, así como una figura que el espíritu de libertad y el romanticismo de la juventud -como una especie de Modigliani del cine, si se me permite-, sin duda, ése es el director francés Jean Vigo
Hijo de un polémico periodista, que se hacía llamar Miguel Almereyda -fotógrafo anarquista, primero, pacifista y socialista después, para acabar siendo acusado de traición y asesinado en medio de una turbia trama política, durante la I Guerra Mundial-, Jean vigo creció interno en colegios de Millau y Chartres, años que determinarían luego su primera película de ficción, Cero en conducta, para luego decidir dedicarse al cine, algo que consiguió no sin dificultades; antes, durante una estancia, debida a su mala salud, en el sanatorio de Font-Romeu, junto al Pirineo, había conocido a la que sería el amor de su vida, Lydou, hija de un industrial polaco. Esto no impidió que la pareja pasara estrecheces en Niza, ciudad a la que Vigo se había traasladado por su clima y buscando trabajo en el cine. No le fue demasiado bien, aparte de fundar un cineclub donde se proyectaban películas de vanguardia, pero fue allí donde rodó, por su cuenta y con el cameraman ruso Boris Kaufman, su primer film: un documental un tanto sui generis sobre la ciudad, titulado, justamente, À propos de Nice (A propósito de Niza - 1930). Éste, junto a un cortometraje por encargo sobre el nadador Taris, supusieron su aprendizaje, casi del todo autodidacta, de jean Vigo tras la cámara.
Dos años más tarde su suerte en el oficio, que parecía esquivarle, cambió de la mano de un empresario que quería introducirse en el negocio cinematográfico y le encargó un mediometraje en clave de comedia; éste sería Zéro de Conduite (Cero en conducta - 1933), una película protagonizada por unos niños internos en un colegio que se rebelan contra las injusticias y noramas que les atenazan. Imperfecta, iconoclasta, vulgar y hasta escatológica en ocasiones, pero también reivindicativa, satírica, tierna y poética a su manera; libre, sobre todo, la película pronto lue prohibida por la censura y no se volvió a exhibir hasta 1945, y ya mutilada.
Después de este traspiés, el empresario Nounez no se arriesgó a producir otra película que pudiera adquirir un tono subversivo y le encargó, en cambio, un largometraje que, en principio, trataría sobre una sencilla historia de amor y desamor: L'Atalante, el nombre de la chalana en la que viven y viajan los protagonistas: el capitán Jean, recién casado con la hermosa Juliette (Dita Parlo), el viejo marino, el pére Jules (un Michel Simon magistral) , un grumete y un montón de gatos. Vigo, pese a no estar demadiado emocionado con el proyecto, aprovechó para, adquiridas ya todas sus destrezas en la dirección, firmar una película de una belleza, emoción y lirismo subyugante, que con el tiempo ha adquirido un carácter de obra clásica del cine, y no sólo francés, aunque en su momento no obtuviera demasiado éxito comercial. De todas formas, Jean Vigo no llegaría a ver esa reivindicación posterior de su película, pues, siempre delicado de salud, falleció ese mismo año de 1934.
La biografía escrita por el crítico brasileño Paulo Salès Gomès resulta ser una semblanza pormenorizada hasta el mínimo detalle, no solo debido a la brevedad de la vida del biografiado, sino porque cuando la escribaó aún no habían pasado ni veinte años desde la desaparición de Vigo; muchos de sus amigos y conocidos seguían con vida. Resulta por ello una biografía quizá demasiado exhaustiva para el lector común, aunque muy interesante y útil para los estudiosos y admiradores del joven cineasta. Salès Gomès, además, no escatima elogios hacia el talento y la determinación vocacional de Vigo, pero tampoco ocults sus "defectos", tanto en lo que se refiere a su labor profesional y artística, como a alguna que otra impostura a la hora de publicitarse. Pero que en ningún caso empañan la figura, tan singular y poética, de este director, pese a la escasez de su obra; una obra y una figura que todo aficionado al cine no debería dejar de conocer y amar.
Después de este traspiés, el empresario Nounez no se arriesgó a producir otra película que pudiera adquirir un tono subversivo y le encargó, en cambio, un largometraje que, en principio, trataría sobre una sencilla historia de amor y desamor: L'Atalante, el nombre de la chalana en la que viven y viajan los protagonistas: el capitán Jean, recién casado con la hermosa Juliette (Dita Parlo), el viejo marino, el pére Jules (un Michel Simon magistral) , un grumete y un montón de gatos. Vigo, pese a no estar demadiado emocionado con el proyecto, aprovechó para, adquiridas ya todas sus destrezas en la dirección, firmar una película de una belleza, emoción y lirismo subyugante, que con el tiempo ha adquirido un carácter de obra clásica del cine, y no sólo francés, aunque en su momento no obtuviera demasiado éxito comercial. De todas formas, Jean Vigo no llegaría a ver esa reivindicación posterior de su película, pues, siempre delicado de salud, falleció ese mismo año de 1934.
La biografía escrita por el crítico brasileño Paulo Salès Gomès resulta ser una semblanza pormenorizada hasta el mínimo detalle, no solo debido a la brevedad de la vida del biografiado, sino porque cuando la escribaó aún no habían pasado ni veinte años desde la desaparición de Vigo; muchos de sus amigos y conocidos seguían con vida. Resulta por ello una biografía quizá demasiado exhaustiva para el lector común, aunque muy interesante y útil para los estudiosos y admiradores del joven cineasta. Salès Gomès, además, no escatima elogios hacia el talento y la determinación vocacional de Vigo, pero tampoco ocults sus "defectos", tanto en lo que se refiere a su labor profesional y artística, como a alguna que otra impostura a la hora de publicitarse. Pero que en ningún caso empañan la figura, tan singular y poética, de este director, pese a la escasez de su obra; una obra y una figura que todo aficionado al cine no debería dejar de conocer y amar.
2 comentarios:
Interesante libro. Jean Vigo está en mi lista de directores pendientes.
En la Wikipedia leo que "Cero en conducta" fue prohibida en Francia por antipatriótica y que influyó en "Los cuatrocientos golpes" de Truffaut.
Saludos.
Hola Pablo:
Pues sí, aunque "antipatriótica" era un término un tanto vago que aludía lo mismo la sátira contra las autoridades como un momento en el que un niño tira al suelo una bandera francesa y toma una pirata... ; )
Un saludo y gracias por el comentario
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