martes, 18 de febrero de 2020

Bob Pop: Un miércoles de enero

Idioma original: Español
Año de publicación: 2018
Valoración: Interesante

Estoy tomándoles el gusto a algunos personajes mediáticos que se han hecho tan accesibles gracias a internet y cuyo trabajo induce a pensar que aún queda alguna alternativa a la opinión genuina. Y Roberto Enríquez —AKA Bob Pop— está entre mis favoritos. Ya en su faceta televisiva, este hombre consigue llevarnos a la reflexión de la mano de la ironía, aunque el resultado de dicha reflexión siempre nos traiga un trago amargo. Diría que ese es su sello personal y que en estos tiempos en los que hablar es gratis se agradece que algunos se tomen en serio la tarea de explorar nuevas maneras de explicarnos a nosotros mismos, de ensartar la complejidad del mundo en el que vivimos y de encontrar nuevos lugares desde lo que poder alcanzar una óptica fidedigna. 

Resumen resumido: Bob Pop se levanta la mañana del miércoles 10 de enero de 2018, se dirige a uno de los kioscos de Las Ramblas y allí se hace con una muestra representativa de lo más florido de la prensa de nuestro país; tanto prensa generalista —El País, El Mundo, ABC, La Razón, La Vanguardia, El Periódico— como prensa deportiva —Mundo Deportivo, Sport, As, Marca— como prensa del corazón —¡Hola!, Lecturas, Diez Minutos, Semana, Love— como prensa económica —Expansión, El Economista y Cinco Días—. De la lectura, del análisis riguroso y también de su paranoica reducción al absurdo (por qué no), a lo largo de cuatro meses, surge este peculiar ensayo. 

Bob Pop nos anuncia sus intenciones nada más empezar: 
«Mi buena intención con este trabajo era ver la realidad desde ese pequeño hueco que supone un instante, un día en las portadas y páginas interiores de diarios y revistas. Detenerme un miércoles de enero en lo que contaban los papeles ese preciso día, como una muestra aleatoria y finita que, a la vez, me permitiría hacer una de las cosas que más me divierte: establecer un juego de relaciones entre los titulares, noticias y personajes que aparecían ahí como relevantes o dignos de atención. Esa breve muestra me serviría también como ejemplo de lo que interesa a la prensa en papel un día cualquiera, cómo lo cuenta, para quién y contra quiénes (…)» 
Me llamó mucho la atención lo original e interesante de la propuesta por lo que no dudé en embarcarme en las escasas 100 páginas. La singularidad de este ensayo ha suscitado diversas metáforas que suelen ir en la línea de la «radiografía» o de la «autopsia». Yo me inclino definitivamente por la «biopsia». Y los resultados son que en medio del jijí y del jajá nos la están colando por toda la escuadra, especialmente a esa inmensa mayoría que no encajamos en el perfil de hombre blanco, heterosexual, maduro y con poder. Y, sobretodo, lo siguiente: 
«Los periódicos no son para quienes los leen o los compran, los periódicos se escriben para quienes los pagan» 
Así que interesante, a menos que pertenezcas al grupo de los que pagan los periódicos y no al de los que los compran, claro. No voy a ahondar mucho más en el contenido del ensayo ya que, en primer lugar, su escasa extensión merece una reseña contenida que no exponga demasiado y, en segundo lugar porque, como todo buen ensayo, suscita la reflexión personal con la que cada lector completará o cerrará su proceso de lectura. Solo mencionaré alguno de los planteamientos que aparecen para dar una idea del tono y las intenciones: El «Hola» y el «Procés» o ¿A quién acusa realmente Rodrigo Rato?. Difícil resistirse. 

El propio autor reconoce que Un miércoles de enero ha quedado a caballo entre el ensayo corto y el monólogo largo, porque Bob Pop es muy listo y su afirmación se adelanta a posibles recelos en relación a la forma. Yo digo que si los tiempos cambian, también deberá evolucionar la manera de comunicarnos, y que para volver a la cueva a pintar las paredes con nuestras propias heces siempre se está a tiempo. De hecho, y visto el panorama, hay quien nunca salió de ella.

3 comentarios:

Juan G. B. dijo...

Hola compi:
Bob Pop (o Roberto Enriquez) siempre ha sido un observador agudo de nuestra realidad, y más profundo de lo que pueden pensar algunos por el toque apatentemente frívolo que tiene a veces. Yo siempre lo he escuchado y leído con interés y me ha hecho reflexionar bastante. Buena pinta la de este ensayo y buena reseña.
Un saludo.

Unknown dijo...

Yo lo he conocido hace poco en sus apariciones en televisión. Desde entonces lo busco en sus vídeos. Me parece una persona tremendamente inteligente que en tono de humor irónico y sarcástico nos descompone y compone este mundo tan dispar que vivimos. El mirar el ansia de poder de algunos y sacarle punta a sus ridículos tronos y el fascismo que se nos echa encima como una losa. Hace falta muchas más personas que, como él, nos diviertan y nos hagan pensar a la vez.
Gracias por lo que das Bop

Beatriz Garza dijo...

Gracias, Juan.
Veo que te gusta Bob Pop tanto como a mí. Creo que además parte de la gracia de lo que hace es precisamente esa pátina frívola que le da que tan bien contrasta con la gravedad del mensaje. Si te lo lees, ya me dirás. Saludo, compi.

Unknown.
Sé a lo que te refieres, yo estoy igual con el señor Pop. Gracias por comentar.