jueves, 29 de mayo de 2014

Colaboración: Restaurante caníbal de Gabriel Magalhães

Idioma original: portugués
Título original: Restaurante Canibal
Año de publicación: 2014
Valoración: recomendable



La novela Restaurante caníbal, de Gabriel Magalhães, es una ficción que se sitúa deliberadamente “en el límite”, en una línea de desafío y de riesgo a varios niveles. Quería hablar aquí, precisamente, de esos riesgos, y de cómo la novela “sobrevive” a ellos con éxito.

El primer riesgo está anunciado en el propio título (Restaurante caníbal) y en el tema que explora (el canibalismo o antropofagia), porque en esta obra la expresión “restaurante caníbal” no es (solo) una metáfora, sino la designación literal de un establecimiento, un restaurante, alrededor del cual gira la intriga. Probablemente para aclarar las cosas para los lectores incautos, la portada del libro explica que se trata de una novela, una ficción, y más concretamente “una sátira divertida del más puro humor negro”.

Sí, esta obra explora los mecanismos del humor y la sátira. Ese es otro de los riesgos que asume.

La narración se asienta en un hiperrealismo que, por la acumulación de referencias a los pormenores de la realidad contemporánea, muestra de un modo avasallador lo real cotidiano, que de tan intenso se vuelve banal, familiar, ligeramente cómico. La realidad aparece así, en la acumulación de estos pormenores y con una profusión de marcas comerciales que funcionan como “efecto de realidad”, mezclados con un humor sutil. También esta comicidad se acentúa en los diálogos de los personajes, que no escatiman en el uso de la jerga propia de la ciudad de Oporto.

Y sí, hay un restaurante caníbal en Oporto. No hablaré del restaurante, de sus propietarios, empleados y clientes: hay que leer la novela para conocerlos. Basta decir que parecen ser, en su mayoría, personas como nosotros. Nada más inquietante…

Creo que es importante hacer referencia también a los modelos novelísticos con los que se relaciona esta obra. Durante toda la primera mitad de la narrativa, Restaurante caníbal parece una parodia de la novela de costumbres: las personas que viven “alrededor del restaurante” son una muestra de la actual sociedad de Oporto (de Portugal), y esta historia nos presenta sus vicios y virtudes.

Ya en la segunda parte de la historia, el lector encuentra ecos de la novela académica. Hacia el final, la protagonista, Susana descubre (y nosotros con ella) que el negocio del restaurante caníbal está asociado con un centro de investigación de la Universidad de Oporto; más concretamente, el restaurante está en la base de un proyecto financiado por un programa europeo. Y así se abre camino un juego con las situaciones y los discursos ahora triunfantes en el mundo universitario (portugués y europeo) que Gabriel Magalhães conoce de primera mano.

Voy concluyendo. Sí, hay un restaurante caníbal en Oporto. Pero no existe simplemente porque Susana lo inventó en un ejercicio escolar más o menos gratuito. La historia sugiere que el restaurante existe porque la vida contemporánea permite que exista; dicho de otro modo, el restaurante caníbal parece ser el resultado inevitable de la existencia en la contemporaneidad, puesto que la relatividad de los valores (la frontera incierta entre el bien y el mal) permite la aceptación resignada de la violación de todas las prohibiciones. Es esta idea el mayor riesgo que la Restaurante caníbal decide correr. Toda la situación retratada, aunque excesiva, se asienta en una inquietante verosimilitud. Nada es imposible.

La novela de Gabriel Magalhães sugiere que estamos siempre en el umbral de un restaurante caníbal cualquiera, y nos invita a pensar cómo, y por qué motivo, podemos decidir no entrar. 

Firmado: Ângela Fernandes

2 comentarios:

Piero dijo...

Hola.
Por la manera cómo has comentado sobre el libro se ha despertado el interés por leerlo.
Espero conseguirlo.

Un blog muy bueno...

Sebastián González dijo...

No entendí.