jueves, 15 de mayo de 2014

Juan Bonilla: Prohibido entrar sin pantalones

Idioma original: español
Año de publicación: 2013
Valoración: recomendable

Me pregunto qué le parecerá esta novela a alguien que no sea un friki de la literatura. A mí me ha gustado (así, en general), a Vargas Llosa obviamente le ha gustado porque le ha dado su Premio Bienal de Novela. Pero no sé si a un lector medio le parecerá tan interesante como a mí, como a nosotros (y así como que no quiere la cosa, acabo de ponerme al mismo nivel que todo un Premio Nobel).

Porque Prohibido entrar sin pantalones es una novela sobre un poeta, un grandísimo poeta, Vladimir Maiakovsky, y su figura no es que sea el centro de la novela, es que es lo único en la novela. Así, durante trescientas páginas nos veremos atrapados por su personalidad anárquica y egocéntrica, su capacidad para atraer a las mujeres y a los hombres por igua, su implicación poético-política con la Revolución Soviética, su amor infinito y abierto por Lily Brik, sus innumerables composiciones poéticas, teatrales, cinematográficas... Todo en esta novela es Maiakovsky, y los demás personajes son muy secundarios en comparación a él.

Bonilla consigue transmitir la impresión de la figura y su entorno con un estilo que, sin llegar a ser una prosa poética, se contagia a veces de poesía, y que en ocasiones se convierte en una paráfrasis de las obras del propio Maiakovsky. No falta el humor en la reconstrucción de una época turbulenta, en lo poético como en lo político (los hechos históricos aparecen también en segundo plano, y solo en relación con el personaje central).

Por momentos, la lectura da una cierta impresión de navegación en círculos, o en espiral. Los conflictos de Maiakovsky con los simbolístas, los acmeístas, los realistas sociales, los burócratas, parecen repetirse una y otra vez, quizás por respeto a las fuentes históricas y biográficas, o quizás para producir precisamente ese efecto de que, por mucho que las cosas cambien, todo sigue igual en lo que realmente importa. Maiakovsky (su personalidad de gigante niño, su pasión por Lily, su creatividad futurista y comprometida), al menos, no cambian apenas en toda la novela.

Quizás la mayor pega que se le pueda poner a esta novela sea, curiosamente, la misma que se le podía reprochar a El sueño del celta, de su valedor Vargas Llosa (aunque la novela de Bonilla es mejor: el aprendiz ha superado al maestro): el que la documentación, sin duda exhaustiva, y el deseo de mostrarla, haya eclipsado la posibilidad de construir una trama como tal, con la que el lector pueda emocionarse y engancharse.

A mí, que soy un friki de la literatura, las 300 páginas de la novela no me han cansado; pero a quien no lo sea a lo mejor se le hacen un poco monótonas. En fin, Prohibido entrar sin pantalones es un muy buen libro sobre Maiakovsky; lo que no sé es si es una muy buena novela.

7 comentarios:

Chari dijo...

Me has dejado preguntándome si soy o no una friki de la literatura y también que clase de lectora soy...
A pesar de que lea cosas de todo tipo y mi casa esté llena de libros, puede que este libro no esté hecho para mí y que yo no esté a la altura de un premio Nobel xD
Sin embargo, soy una persona muy curiosa, y como mínimo, le echaré un vistazo al libro.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola me encanto tu blog ¡ te felicito ¡ Oye se que estoves hacer spam pero me gustaria que visitaseis mi blog se llama 'mi mundo entre libros' en el facebook enserio me ayudara muzo grasias¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Hola me encanto tu blog ¡ te felicito ¡ Oye se que estoves hacer spam pero me gustaria que visitaseis mi blog se llama 'mi mundo entre libros' en el facebook enserio me ayudara muzo grasias¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Hola me encanto tu blog ¡ te felicito ¡ Oye se que estoves hacer spam pero me gustaria que visitaseis mi blog se llama 'mi mundo entre libros' en el facebook enserio me ayudara muzo grasias¡¡¡¡

Francesc Bon dijo...

Y este experimento no pasaría por ser excesivamente parecido a lo que hizo Carrére con Limónov?

NickDeckard dijo...

Muchas gracias por la recomendación.
Voy a seguir mirando...

Saludos.

Sebastián Diez Cáceres dijo...

Yo estoy leyéndola, y hay algo que me parece fatal. La prosa de Bonilla a momentos alcanza cimas abismantes de torpeza. Como si hubiese entregado el borrador a la editorial sin siquiera revisarlo. No tengo reparos por la información entregada sobre la vida de Maiakovski; pero en serio, el estilo me da vergüenza ajena.