Título original: The Eve of St. Agnes
Año de publicación: 1856
Valoración: está muy bien
En el poema original, The Eve of St Agnes, encontrábamos originalmente de cuarenta y dos estrofas de nueve versos – la estrofa de Spenser en The Faerie Queene–. Sin embargo, esta versión del poema ha sido traducido por José Fernández Bueno y Luis Alberto de Cuenca a estrofas de diez alejandrinos castellanos, perdiendo la rima del original. La edición de la editorial Reino de Cordelia incluye los grabados que Edward H. Wehnert realizó para ilustrar el poema cuando se publicó en 1856.
Es imposible decir si constituye una de las cimas de John Keats; es probable que sí sea una de las mejores imágenes de su gran amor a Fanny Browne: un poema narrativo con el tono de una canción. A ella la vemos en Madeline mientras que el propio Keats se transforma en Porphyro. (T. S. Eliot decía que la correspondencia de John Keats a Browne constituía el conjunto de cartas más exquisito en lengua inglesa. Esas cartas fueron después curiosamente subastadas y vendidas por 110.000 libras.)
Keats se inspiró en una leyenda para escribir este largo poema en 1819, en la misma fecha fijada para la festividad de Santa Inés. Cuenta la historia que una noche del 21 de enero (de 304 AD), la joven de trece años Inés de Roma fue martirizada por negarse a entregar su virginidad –unos dicen que en matrimonio, otros que a dioses paganos–. Desde entonces la santa y patrona de vírgenes y adolescentes hace realidad las peticiones de matrimonio que le hacen llegar los amantes en el día anterior a su tortura.
Decían que en la víspera de santa Inés las jóvenes
podían disfrutar de gozosas visiones
y recibir, en medio de la noche, ¡ese instante
de miel!, el testimonio de adoración de aquellos
que las amaban, siempre que observasen los ritos…
A pesar de su claridad, el poema ha provocado varias interpretaciones. Harold Bloom, respondiendo a quienes criticaban en el poema de Keats la simpleza del amor como objeto poético, creía que más allá del triángulo sexo-amor-matrimonio, la intención del poeta al escribirlo era originar un espacio propio de motivación psicológica, filosofía y genérica.
Aunque Keats no realiza una descripción completa del escenario, las menciones a los ángeles de piedra, las damas y los caballeros, nos hacen pensar en una fortaleza. Sin saber el nombre del lugar donde Prophyro acude a buscar a Madeline, todo alrededor de los personajes tiene nombre y apellidos, los que Keats les da. Se recrea con lujuria en la textura de las palabras, diría un crítico, creando un almacén de belleza que los pintores prerrafaelitas listarían después. William Holman Hunt, a partir del poema, pintaría en 1848 “The flight of Madeline y Phorpyro”, se dice que con ayuda de Millais, que posteriormente pintaría otro cuadro, “Madeline undressing” en 1863, que hoy se puede ver en la Guildhall Art Gallery de Londres, y que representa la fuga de los amantes en mitad de la fiesta.
Cabe destacar que el poema también tuvo influencia en Alfred Lord Tennyson, que escribió “St. Agnes” en 1837, y cambió su título después por el de “St. Agnes Eve” en 1859.
Nos
encontramos, pues, con un importante canto de John Keats. Un John Keats
que creía que si sus ojos o su imaginación creaban algo bello, esto
debía imperiosamente existir. En el libro encontraremos un amor
resposable y orgulloso, que no puede tener otra respuesta que no sea la
inocente aceptación por los amantes: "and in his pained heart made purple riot". Es un enamoramiento que no puede tener oposición porque, como la belleza, es algo correcto.
Una reseña debería acercar al lector la literatura más pura, como la inocencia o el descubrimiento deberían acercarnos al amor. Yo, que creo que el mejor ensayo que he leído nunca es "Imagen de John Keats" de Cortázar, me alejo del amor al leer este libro. Es un manual del "quien lo probó lo sabe". De cómo debería ser todo amor.
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