jueves, 8 de septiembre de 2011

Hjalmar Söderberg: Doctor Glas


Idioma original: sueco
Título original: Doktor Glas
Año de publicación: 1905
Valoración: Muy recomendable


El doctor Glas es un hombre cultivado, buen profesional, buen ciudadano, que sin duda siempre hace lo correcto. O, mejor dicho, siempre cumple con su deber y hace lo que tiene que hacer. No importa cuánto se le llore, porque no le afecta lo más mínimo. El doctor Glas se aferra al código deontológico –o a la ley– y hace aquello que la sociedad espera de él. Por eso, es una persona que despierta la simpatía de sus conciudadanos y que goza de todo su respeto.

Sin embargo, el doctor Glas no es feliz. A sus treinta años no se ha acostado con ninguna mujer ni parece que vaya a hacerlo, y ni siquiera se plantea casarse y tener hijos porque es lo que hay que hacer. Porque, de hecho, cada día que pasa tiene menos claro si lo que hace es lo correcto o simplemente lo que se espera de él. Porque cada día que pasa desea tomar decisiones que se alejan "del deber" y se siente incapaz de actuar. O, mejor dicho, se siente incapaz de asumir y sobrellevar las consecuencias que puede tener tomar las decisiones que considera correctas, aunque contradigan la moral ajena.

Hasta que recibe la visita de la esposa del clérigo, una mujer joven que confiesa que el contacto con su marido (que le lleva más de veinte años y se cree con derecho a tomar y hacer todo aquello que desee en nombre de Dios y de sus creencias) le produce repulsión y que le suplica que le ayude a convencerle de que no la toque. El doctor, conmovido, acepta ayudar a la joven. Y a partir de ahí la mente de Glas entra en una espiral de contradicciones, reflexiones, pesares y miedos como nunca antes había conocido.

Redactada en forma de diario personal, esta obra es algo más que la historia que vive el protagonista con la joven y su viejo marido. Porque sí, ese acontecimiento es el motor de la novela, pero lo más interesante de ésta son las reflexiones que realiza el médico, así como sus planteamientos acerca de la eutanasia y el aborto, cuestiones que –parece mentira– siguen siendo temas de debate más de un siglo después de que Söderberg escribiera este libro. Testimonio despiadado de la desesperación y el abatimiento de un hombre que descubre que ha perdido las riendas de su vida (o que, de hecho, nunca las ha tomado), esta novela corta es una gran joya que contiene frases y párrafos ciertamente memorables.

Un consejo: dejad para el final la lectura del prólogo, si no queréis que os destripe gran parte de la historia.

También de Hjalmar Söderberg en ULAD: El juego serioLa juventud de Martin Birck

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la reseña. Empecé la novela y me ha gustado mucho.

Anónimo dijo...

Voy por algo más de la mitad del libro y me apasiona.

Eugenia Ruiz dijo...

Y cuántas páginas tiene