Idioma original: inglés
Título original: What we talk about when we talk about love
Fecha de publicación: 1981
Valoración: Muy recomendable
Que no nos engañe el título. Este compendio de 17 relatos del estadounidense Raymond Carver tiene poco o nada de romanticismo y glucosa, no posee ni por asomo el perfume dulzón y engañabobos de los libritos de Federico Moccia, y tampoco adolece de la la inocente superficialidad de filmes como Love actually. No, amigos míos: en esta obra de Carver, uno de los abanderados del realismo sucio, no vamos a leer una serie de historias con el padre de todos los sentimientos como hilo conductor. El título del libro es el de uno de los cuentos que contiene, un cuento que de cursi, rien de rien...Ya les digo: que esto es realismo sucio del bueno.
Carver fue un escritor alcohólico con vida de telefilme desapasionado y un autodestructivo de manual. Colega de Tobias Wolff y Richard Ford, se dedicó principalmente a la poesía y al relato, ya que enseguida comprendió que era incapaz de atreverse con textos largos como los que exigen las novelas. Fue en el relato donde plasmó todo su talento a base de frases secas y efectivas, y logró ser considerado un maestro en la materia. Su corte de fans fue y es interminable, desde Baricco hasta el malogrado Roberto Bolaño, que le consideraba el nuevo Chéjov.
El libro que hoy reseño nos sumerge a lo largo de 17 historias en una Norteamérica de road movie dramática; de maridos maltratadores y camareras que sirven tortitas con sirope en tascas de carretera; de requiems por el sueño americano entre cenizas de Malboro; de conversaciones amargas y afiladas como cuchillos de matadero texano; de marginación y soledad sucia made in el país de las barras y las estrellas. Dejo al lector que descubra por sí mismo las historias: en esta ocasión no ofreceré ninguna sinopsis. Merece la pena chocarse con Carver de frente, sin ninguna clase de aviso previo.
Y por cierto: tras la muerte del escritor, un artículo en el New York Times Magazine armó la de San Quintín: en él se decía que el editor de Carver, el terrible Gordon Manostijeras Lish, se dedicó sin pudor a retocar, cortar hasta la mínima expresión e incluso cambiar los finales de un buen puñado de relatos del escritor, incluidos los de De qué hablamos cuando hablamos de amor. En la Red hay mucha información sobre esta polémica e incluso ejemplos de cuentos carverianos "antes y después de Lish". Juzguen ustedes mismos. De todos modos, no son pocos lo que agradecen a Lish sus tijeretazos y atrevimientos varios: lo consideran corresponsable del inigualable estilo de Carver.
Otras obras de Raymond Carver en ULAD: Catedral, ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?
4 comentarios:
No sabía lo de Lish y sus recortes en este libro. Voy a echar un vistazo, gracias
por lo demás el libro, está bueno
Sinceramente, no tengo nada claro que Carver pertenezca al realismo sucio. Un gran escritor, por cierto. Y curioso lo de su estilo, seco y conciso, que algunos atribuyen a su editor, que parece ser que recortó los originales. Creo que recientemente se publicaron los originales y son bastante distintos, aunque también de gran calidad.
Aquí si no coincido. Lo leí hace poco y es lo peor que he leído en mucho tiempo
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