Idioma original: español
Fecha de publicación: 2001
Valoración: Muy recomendable
Éste es uno de esos libros con los que el lector no puede dejar de sentir una deuda de gratitud hacia el autor. El destino de los dioses se basa en una impresionante trabajo sobre las fuentes originales de la mitología nórdica, en ocasiones aún sin traducir del islandés o el latín. Patxi Lanceros exhibe un conocimiento impresionante de las Eddas, las sagas islandesas y la obra de Snorri Sturluson y Saxo Gramático, que son la principal base documental sobre el tema. Cita cuando es necesario, lo que depara al lector el placer de una música verbal poco conocida, pero sabe sintetizar de la mejor manera para dibujar una imagen de conjunto. Las escasas 150 páginas del libro proporcionan una visión sistemática y equilibrada de la mitología nórdica, sin presuponer ningún conocimiento previo en el lector.
Pese a esta envidiable capacidad de síntesis y transmisión, el libro no es, en ningún sentido, un manual. Tiene muy en cuenta el debate de los expertos sobre las cuestiones más problemáticas y aporta sus propias soluciones, originales y acertadas. Partiendo siempre del presupuesto hermenéutico de que las mitologías presentan una consistencia interna, se proponen elegantes salidas a los interminables debates sobre las figuras de Balder y Loki, por ejemplo. Desechando el método que busca la presencia de otros mitologemas en las figuras de estos dioses (lo que los convierte en una especie de puzzle de divinidades con los más diversos orígenes y funciones), Lanceros los interpreta como el dios simbólico y el diabólico, respectivamente, en el sentido etimológico de "el que une" y "el que separa".
El último capítulo, dedicado al Ragnarök, el destino de los dioses al que refiere el título, logra transmitir con gran acierto las imágenes en que cifraban los mitos nórdicos el horrible final del mundo que habitamos. Al cerrar el libro, uno no puede más que sorprenderse de que un sistema narrativo tan coherente y enérgico, que por tantos años sostuvo la vida cotidiana de media Europa, haya desaparecido prácticamente sin dejar rastro. Hoy sólo podemos contemplar con melancolía algunas de sus ruinas. Ahí va una muestra.
Fecha de publicación: 2001
Valoración: Muy recomendable
Éste es uno de esos libros con los que el lector no puede dejar de sentir una deuda de gratitud hacia el autor. El destino de los dioses se basa en una impresionante trabajo sobre las fuentes originales de la mitología nórdica, en ocasiones aún sin traducir del islandés o el latín. Patxi Lanceros exhibe un conocimiento impresionante de las Eddas, las sagas islandesas y la obra de Snorri Sturluson y Saxo Gramático, que son la principal base documental sobre el tema. Cita cuando es necesario, lo que depara al lector el placer de una música verbal poco conocida, pero sabe sintetizar de la mejor manera para dibujar una imagen de conjunto. Las escasas 150 páginas del libro proporcionan una visión sistemática y equilibrada de la mitología nórdica, sin presuponer ningún conocimiento previo en el lector.
Pese a esta envidiable capacidad de síntesis y transmisión, el libro no es, en ningún sentido, un manual. Tiene muy en cuenta el debate de los expertos sobre las cuestiones más problemáticas y aporta sus propias soluciones, originales y acertadas. Partiendo siempre del presupuesto hermenéutico de que las mitologías presentan una consistencia interna, se proponen elegantes salidas a los interminables debates sobre las figuras de Balder y Loki, por ejemplo. Desechando el método que busca la presencia de otros mitologemas en las figuras de estos dioses (lo que los convierte en una especie de puzzle de divinidades con los más diversos orígenes y funciones), Lanceros los interpreta como el dios simbólico y el diabólico, respectivamente, en el sentido etimológico de "el que une" y "el que separa".
El último capítulo, dedicado al Ragnarök, el destino de los dioses al que refiere el título, logra transmitir con gran acierto las imágenes en que cifraban los mitos nórdicos el horrible final del mundo que habitamos. Al cerrar el libro, uno no puede más que sorprenderse de que un sistema narrativo tan coherente y enérgico, que por tantos años sostuvo la vida cotidiana de media Europa, haya desaparecido prácticamente sin dejar rastro. Hoy sólo podemos contemplar con melancolía algunas de sus ruinas. Ahí va una muestra.
Yo sé que se riega un fresno sagrado /el alto Yggdrásil, con blanco limo:
es eso el rocío, que baja del valle, /junto al pozo de Urdr siempre verde se yergue.
Vienen de allá muy sabias mujeres, /tres, de las aguas que están bajo el árbol:
una Urdr se llamaba la otra Verdandi, /-su tabla escribían- Skuld la tercera
los destinos regían, les daban sus vidas /a los seres humanos, su suerte a los hombres.
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