domingo, 8 de marzo de 2020

Alice Walker: El color púrpura (EL DEBATE)



Eres pobre, 
eres negra, 
eres mujer. 
Vamos, 
que no eres nada.



mujer A: 
Qué novela tan bien escrita, tan valiente y tan reivindicativa la de la reseña de ayer. ¿Pero no te parece –Mujer B– que quizá, gracias a (o a pesar de) la película dirigida por Steven Spielberg, el mensaje de la novela ha caído un poco en el olvido? 

mujer B: 
Totalmente y es una lástima porque los conceptos que plantea son todavía hoy vigentes y muy necesarios. Es posible que la infame etiqueta de «literatura para mujeres» o «película para mujeres» haya diluido considerablemente su impacto. 

mujer C: 
Pues yo creo que las etiquetas son de gran utilidad. Yo prefiero estar prevenida y no como aquella vez viendo Armaggedon con unos amigos que de pronto todos los tíos se pusieron a llorar. Ojalá alguien me hubiera dicho que Armaggedon no es una «película para mujeres». 

mujer A: 
En cualquier caso, aunque Spielberg hizo un gran trabajo con la adaptación (no puede evitar los momentos tontorrones pero también da grandes muestras de sensibilidad y perspicacia), sí es posible que dejara de lado algunas cuestiones de calado y que ello haya contribuido a que el mensaje original no se vea del todo reflejado en la película. 

mujer B: 
Lo dices porque elude descaradamente la cuestión de la relación lésbica entre Celie y Shug ¿no? Es verdad que en dos horas no cabe todo, pero lo que se selecciona dice mucho del director y, por supuesto, del momento. Y en 1985 las películas mainstream no hablaban de esas cosas. Lo mismo que sucedió con Tomates verdes fritos (1991). 

mujer A: 
Ya, hombres que violan niñas, sí, sexo entre dos mujeres adultas, no. 

mujer C: 
Pues mis amigos, los que lloran con Armaggedon, sí ven mucho sexo entre mujeres adultas y no hacen daño a nadie. 

mujer B: 
Lo que seguro que se le pasó por alto a Spielberg es algo básico que impregna toda la novela y que en la película queda relegado a algunos momentos aislados y un par de frases en el aire. 

mujer A: 
Sí, aquello por lo que las mujeres de la novela logran superar sus miserias y, en algunos casos, incluso emanciparse: apoyo mutuo y comprensión incondicional que no se pone en duda ni siquiera por el hecho de tener un hombre en común en sus vidas. Y eso también contribuye a desactivar el mito de que las mujeres compiten entre ellas por sistema. Estamos hablando, por supuesto, de la SORORIDAD. 

mujer B: 
Exacto. Spielberg no fue capaz de captar ese concepto o quizá no fue consciente de su trascendencia y es una pena que esté tan deslucido en la película. Hay una escena en la que Sofia le recrimina a Celie que le haya aconsejado a su marido que la pegue (porque ella lo vive como si fuera lo normal) y entonces Celie se da cuenta de que las mujeres deben ser solidarias entre ellas, y aquí tú dices: mira qué avispado el señor Spielberg. Pero luego hay una escena en la que Celie va a ver cantar a Shug por primera vez; en la novela está incómoda porque se siente fea entre tanta gente elegante pero ahí queda todo, sin embargo en la película, un grupo de mujeres de color se ríen de ella por su aspecto (gratuito y contraproducente para el mensaje) y ella les saca la lengua (ejemplo de momento-tontorrón). Y ahí es donde a Spielberg se le escapó definitivamente el tren.

mujer A: 
Porque Spielberg no habría percibido la SORORIDAD aunque ésta sobrevolara una noche de luna llena metida en el cesto de una bicicleta y con una toalla en la cabeza. 

mujer C: 
Hay que ver qué piel tan fina… ¿Qué tal si os digo que hasta hace medio minuto yo pensaba que sororidad era la nueva fragancia de Lancôme

mujer B: 
Reconozcamos, no obstante, que Spielberg sí trasladó muy bien a la pantalla algunas otras ideas bastante controvertidas que igualmente no han trascendido. 

mujer A: 
La de la virginidad femenina, por supuesto. Cuando Shug se entera de que Celie nunca ha tenido unas relaciones sexuales satisfactorias –básicamente porque todas habían sido contra su voluntad– le dice que en realidad ella continúa siendo virgen. O sea, desmonta todo el mito de que la virginidad se pierde solo con un hombre y la consiguiente penetración y con independencia de cómo lo viva la mujer. A mí, el hecho de que tanto la novela como la película afirmen rotundamente que una mujer solo pierde su virginidad la primera vez que goza plenamente de su sexualidad, me parece un bombazo. 

mujer B: 
Cosas como esta son las que todavía me hacen detestar más la etiqueta «para mujeres». 

mujer A: 
Pienso lo mismo. Dudo mucho que Alice Walker escribiera la novela únicamente para decirles a las mujeres lo que ellas ya saben. Es una novela que denuncia y da visibilidad a unos hechos (no tan) del pasado al tiempo que apunta directamente al germen: la miseria, la ignorancia, la falta de horizontes y un sistema en el que se presupone la superioridad del hombre respecto a la mujer.

mujer B: 
¿No sería genial que los hombres disfrutaran abiertamente de la lectura y la reflexión que suscita El color púrpura igual que las mujeres lo hacemos con El Gran Gatsby, por ejemplo?

mujer C: 
Sin duda alguna, mucho mejor El Gran Gatsby que Armaggedon

mujer B: 
Pero aquí no acaban las curiosidades alrededor de esta película: ¿Sabías que El color púrpura tenía once nominaciones para los Oscar? 

mujer A: 
No lo sabía pero tampoco me sorprende, ¿con cuántas estatuillas se hizo? 

mujer B: 
CERO. Fue la gran perdedora de la 58ª edición mientras que Memorias de África (también con once nominaciones) se alzaba con ni más ni menos que siete estatuillas, entre ellas la de mejor película y mejor director. 

mujer A: 
¿Me estás diciendo —Mujer B— que la Academia encumbró el romance heterosexual cuqui de dos personas blancas, atractivas y socialmente bien situadas (con el trasfondo de una África evocadora) en detrimento de un retrato sobre la miseria, el racismo y el machismo sufrido por las mujeres dentro de su propia comunidad de descendientes de esclavos, al tiempo que África es cruelmente devastada por la codicia del hombre blanco?

mujer B: 
Más o menos.

mujer A: 
Me sorprende muchíiiiiiiiiiiisimo.

mujer C: 
Habláis como si el cine ya no fuera arte y, en tanto que manifestación artística sujeta a la sensibilidad y la subjetividad de cada individuo, los ilustres jueces de la Academia no tuvieran derecho a expresarse como individuos sensibles y subjetivos que son. Afortunadamente, Memorias de África sí es una «película para mujeres» de las que no decepcionan.

mujer B: 
Pero más allá de los tejemanejes de la Academia (que no deja de ser el stablishment) y ya para terminar, lo que me ha resultado más sorprendente de todo son algunas voces que se alzaron en su momento desde la comunidad afroamericana. 

mujer A: 
¿Jaleando el hecho de disponer al fin de un altavoz que denunciara con tanta sensibilidad y buen tino las miserias sufridas en el seno de su comunidad? 

mujer B: 
Pues no. Lamentándose por el retrato que la historia hace de los protagonistas masculinos. Sobretodo del marido y del hijastro.

mujer A: 
No me cuadra porque en El color púrpura no hay caricaturas ni prototipos simplones ni clichés y tampoco es una historia de buenos y malos; es una historia de personajes que toman decisiones nefastas amparados en un también nefasto y arraigado paradigma sociocultural. ¡E incluso para esos personajes, la historia otorga elementos que ayudan a entender (que no aceptar) sus actitudes y abre cierta vía para su redención!

mujer B: 
Les ofendió igualmente.

mujer A: 
Eso me recuerda todas las veces que las mujeres jóvenes, blancas y de clase acomodada se han sentido ofendidas por el retrato de mujer infiel, voluble e inmadura que se hace de Emma Bovary.

mujer B: 
¡Pero si eso no ha sucedido jamás!

mujer A: 
Efectivamente.

mujer C: 
Pues a mí no me parece mal que la comunidad afroamericana se sintiera ofendida ¿Acaso no tienen derecho a manifestar su malestar? ¿Acaso no tienen bastante ya los pobres con ser negros? ¿Dónde queda la libertad de expresión? 

mujer A: 
Oye, llevas un rato interviniendo pero no tengo ni idea de quién eres ni qué haces aquí. Y disculpa que sea tan directa. 

mujer C: 
No, tranquila: yo soy la cuota feminista liberal. 

mujer B: 
(Jolines, ¿pero eso existe de verdad?) 

mujer A: 
(Yo también pensaba que era una moda pasajera de brilli-brilli, como los unicornios) 

mujer B: 
Verás, mujer C feminista liberal, es que te has equivocado de foro. Por eso parece que estés continuamente meando fuera de tiesto. 

mujer C: 
No lo parece: es lo que hago. A mí me pagan por esto. 

mujer A: 
Pues no se con quién has hablado pero este es un blog amateur e independiente y aquí no cobra nadie. 

mujer C: 
Ah, pues entonces me voy con la música a otra parte. ¿Sabéis si hay por aquí cerca alguna otra charla más acorde con lo mío? 

mujer B: 
Pues mira ¿ves aquel pasillo oscuro y angosto? pues al fondo, a mano derecha, verás una puerta. 

mujer C: 
Al fondo y a la derecha, qué curioso, como los lavabos. 

mujer B: 
Solo que en la puerta de este no pone «señoras», pone «señorOs». 

mujer C: 
Sin problema, yo estoy muy a favor del lenguaje inclusivo. ¿No venís conmigo? 

mujer A: 
Es que allí son muy de explicarte la historia del mundo desde el principio de los tiempos y nosotras ya nos lo sabemos: lo de la costilla, lo de la manzana, la Reconquista, el descubrimiento de América, el Mundial de Sudáfrica y Rafa Nadal. 

mujer C: 
¡Qué graciosas sois! Nos vemos otro día entonces. 

mujer B: 
Sí. Y feliz 8 de marzo. 

mujer C: 
¿San Fermín? 

mujer A: 
Menudo cuajo tiene el unicornio. 

Bromas aparte, un fuerte abrazo para TODAS las mujeres, con independencia de ideologías, creencias, principios y grado de tolerancia al pelo de las axilas. 

Desde ULAD y con todo el cariño, os deseamos que disfrutéis todas de un feliz 8M, Día de la Mujer.

Firmado: Montuenga y Beatriz

46 comentarios:

Lupita dijo...

Libres los domingos y las domingas!!
Fuera sujetadores y depilación.
Reclamemos nuestro derecho a ser feas!!
Feliz 8 de marzo

beatrizrodriguezsoto dijo...

Ingenioso vuestro coloquio.
No he conseguido la novela y, por consiguiente, no la voy a leer. La película me pareció preciosa,. Pero aunque hace denuncia de maltratos, fuertísimo lo que cuenta Cely de los abusos de su padre, no resulta demasiado dura, al menos a mí, porque son entre negros, porque tienen una situación acomodada, porque te absorbe la extraordinaria interpretación y porque las tomas de vegetación,etc. son expléndidas. Además, termina bien. Acaso estos temas de denuncia social no cuadran bien en los Oscar y son más para festival de Cannes o cine de bajo presupuesto.
Saludos.

Juan G. B. dijo...

Hola, mujeres A, B y hasta C:
Interesante debate el vuestro, sin duda. Simplemente quería aportar, desde mi humilde machirulez, mi opinión sobre lo que habéis comentado de que en la película se obvia o no queda clara la relación homosexual entre dos mujeres. Supongo que en el livro, que no he leído, es más evidente, pero yo creo que la peli, igual que en 'Tomates verdes fritos', es bastante evidente para quien lo quiera ebtender. Lo que pasa es que es una película de los 80 y del director mainstream por antonomasia; tampoco se pueden pedir peras al olmo...
Por otra parte confieso que yo lloré como una Magdalena con la película (cierto que era joven y tierno la primera vez que la ví), mientras que nunca lo he hecho, ni por asomo, con 'Armaggedon', aunque tal vez se debtaa que ver a Bruce Willis con pelo rompe la necesaria "suspensión de incredulidad". La última vez que lloré con una peli, si queréis saberlo, fue con el final de 'Dando la nota 2', que no sé si será un ejemplo de sororidad, pero joder... qué bonito, hostia.
Disculpad, que voy a por kleenex...

Juan G. B. dijo...

Perdón: *libro*

Lupita dijo...

Juan, yo lloré leyendo "Ventiladores Clyde", así que debo ser muy rara.

Montuenga dijo...

Mucho Spielberg y mucho tal y tal, pero espero que venga alguien a comentar el contenido feminista del libro y la peli. Aparte de Lupita, que ya se ha manifestado.

Lo que dices, beatrizrodriguezsoto, supongo que es irónico o que no te he entendido bien. La violencia hacia la mujer negra produce el mismo sufrimiento que a la blanca o la de cualquier otro tono inventado por la genética. Si a eso se une la discriminación racial y la pobreza, lo que resulta es una vida terrible. Porque son pobres, tanto en el libro como en el cine. Lo contamos ayer.

Creo que nadie de los que pasamos por aquí podemos imaginar como sería esa vida en carne propia. Dudo que lo resistiésemos. Las auténticas "celies" estarían mucho más machacadas que está, tanto física como psicológicamente.

Lupita dijo...

Hola de nuevo:
Sólo varias apreciaciones que me surgen :
- A pesar de lo que hemos avanzado, la mujer sigue estando condicionada por su físico. Es imperdonable que una mujer sea gorda y/ o vieja, algo absurdo, ya que la decrepitud nos llega a todos. Celly no sólo es negra, también es fea, y se siente un despojo. ¿Cuántas de nosotras no hemos desperdiciado años de vida sufriendo por arrugas, falta de tetas, muchas tetas, etc, etc..? La relación de Celly con su cuerpo es importantísima, y el descubrimiento del placer tierno, casi infantil. Es muy bonita la forma de describirlo. Es más que homo o heterosexualidad, no hay etiquetas. Eso es genial.

- La imagen que se tiene de los negros (sobre todo de los africanos) está tan estigmatizada por las noticias y lo poco que sabemos de ellos, que no vemos que también tienen cultura, religión, amores y desamores, arte, universidades y un largo etcétera. El sufrimiento no es tan consustancial a ellos que lo aguanten todo; supongo que como Celly muchos de ellos se han ido De

De todos modos, las razas no existen.

Saludos
-



-

Anónimo dijo...

Se han ido insensibilizando. Perdón.

Salomé Ballesteros dijo...

Memorias de África. Junto a las colinas del Ngong, una baronesa Blixen interpretada por Meryl Streep lucha a brazo partido contra capataces e incapaces para ganarse la vida sacando adelante un negocio de cultivo de café. El guapo Robert Redford la visita de vez en cuando en su maravillosa casa blanca donde mantiene un nido de libros y de historias, de sosiego hogareño y amor inteligente, y por donde aparece sin avisar, cuándo y cómo le viene en gana y por supuesto, sin querer saber nada de los problemas económicos de la baronesa. Pero he aquí que casi al final de la película, la buena de Karen Blixen debe abandonar África y quiere dejar sus tierras a los kikuyus, y esto tiene que defenderlo públicamente ante toda la colonia británica, una mujer que toma la palabra valientemente, aprovechándose claramente de sus recursos retóricos como narradora. Y, en un acto maravilloso de sororidad que hasta ahora me había pasado desapercibido, la mujer del gobernador se pone de su parte y habla en su favor. La batalla parece ganada, un final feminista, un giro de guión en el que la protagonista independiente y fuerte triunfa con la ayuda de otra mujer pero no, Hollywood no lo deja ahí. Porque en ese preciso instante, no sabemos de dónde ni porqué, aparece Finch Hatton en la piel sudorosa y polvorienta de Redford, para, ¡oh sorpresa!, explicar masculinamente a todos los allí presentes lo buena que es la baronesa y cómo merece ese favor que ha pedido de rodillas. Ahora sí, ahora ya podemos terminar la historia romántica en la que el varón toma la palabra y las riendas de la historia aunque la escritora, la protagonista, la narradora, la luchadora a muerte haya sido todo el rato ella, la baronesa.

Montuenga dijo...

Recuerdo muy vagamente esa película, Salomé, pero me parece magnífica tu aportación. Eso es lo que queríamos decir cuando las comparábamos. El color púrpura (novela y película) hace concesiones al espectador con un final un poco blando, pero el patriarcado sí queda en evidencia y los varones no aparecen necesariamente como héroes.

Diego dijo...
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beatrizrodriguezsoto dijo...

Montuenga:
Sí, me expresé muy confusamente. Pero no voy a discutir porque he visto la película pero no he leído el libro, que es de lo que se trata.
Saludos.

Beatriz Garza dijo...

Salomé, pues eso.
Que "Memorias de África" será reseñada en este blog más pronto que tarde y tengo la sensación de que es una buenísima novela y que como película tuvo que convencer a mucha gente para llevarse tantas estatuillas. Pero una cosa no quita la otra.

Montuenga dijo...

Hola Diego versión 1. Solo decirte que los personajes de nuestro teatrillo son eso: personajes. No pretenden representar a todas las feministas, ni a todas las liberales, ni a todas las... nada. Por si alguien más tropieza con eso, sugiero que a la Mujer A le llame Alicia, à la B, Begoña y a la C, Claudia.
Puede que así se vea más claro, no sé...

G. dijo...

Siempre me ha chirriado esa etiqueta de "literatura femenina", “de mujeres”, o "para mujeres", como si determinados temas tuvieran que interesarnos únicamente a nosotras o fuera un asunto nuestro y no de la sociedad al completo. Nunca hemos visto en las librerías una sección “de hombres”, probablemente porque abarcarían prácticamente todo el catálogo de las editoriales... Es triste que ésta sea la considerada universal y nunca específica, y en cambio se piense todavía en la literatura escrita por mujeres como algo secundario o particular. Las mujeres han escrito a lo largo de todos los siglos sobre TODOS los temas que existen, no únicamente de uno o dos (a los que siempre se pretende reducir su escritura), pero no se las ha divulgado, valorado ni estudiado nunca con el mismo interés que la literatura escrita por hombres, pese a que sus temas sean igualmente universales.

Montuenga dijo...

Hola G. Efectivamente, las mujeres siempre han leído lo que les interesaba sin tener en cuenta las circunstancias personales del escritor/a. Por tanto, han adquirido una cultura universal, al contrario que ellos, que, salvo excepciones, se han perdido el 50%.
También, tal como dices, han escrito sobre todos los temas, excepto, quizá, los que tenían que ver con su físico. Me refiero, claro, à lo biológico, maternidad incluida, porque que resultaba difícil publicarlo. Todo eso está cambiando.
Creo que desde el auge de las reivindicaciones también nos leen más. Ahora falta que ENTIENDAN LO QUE LEEN en todos los aspectos, igual que entienden cualquier otra cosa. Esto todavía llevará tiempo, creo yo.

Diego dijo...
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Lupita dijo...

Hola, Diego:
De repente, soy la mujer D, la que no entiende nada. Ya me pasó un día con una chica muy joven, que me contó esto:un compañero de clase y ella discutieron. Él le dijo "no te pego porque eres mujer" La reflexión de ella:"qué machista, si no fuera un machista, me habría pegado"

No lo entiendo.
Saludos

Beatriz Garza dijo...

A todes en general, los que habéis comentado (¡mil gracias!) y los que no (otra vez será). No nos perdamos en los detalles. Decir "todos los hombres lloran con Armaggedon" es un cliché sexista de 1º de clichés sexistas y está ahí puesto precisamente para demostrar que los clichés sexistas no son más que ignorancia y falta de conocimiento.

Pero los grandes temazos de este debate son otros:

1. Las etiquetas "para mujeres" con todas sus consecuencias, cuestión que ya ha ido saliendo en los comentarios.
2. Los mensajes rebajados por el rodillo "mainstream".
3. La sexualidad femenina vivida (también) desde y para la mujer.
4. La hipocresía de los grandes medios y el stablishment.
5. Las reacciones ante la denuncia (¿que el marido sea un maltratador es, de verdad, lo que ofende de toda esta historia?)
6. La contaminación, apropiación, intoxicación de la palabra "feminismo" por parte de los lobbys de poder que logran, entre otras cosas la división entre las mujeres. Muchas mujeres a día de hoy (cultas y leídas) piensan que las feministas son unas locas y unas radicales. Se desactiva tan fácil leyendo el significado en la "RAE".

Un saludo y mil gracias.

Diego dijo...
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Diego dijo...
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Beatriz Garza dijo...

Diego, ya me lo pareció con lo del "aaaaaaahh! Vale, vale, vale"
Pero yo me dirigía al resto.

No he visto Armaggedon porque no es para mujeres, así que tampoco puedo pillar lo de Bruce y "taladrar". Tampoco entiendo lo del sofá, aunque lo de dormir en el sofá sí lo he oído muchísimo aunque no lo he visto jamás, como los unicornios. En todo caso, si Juan accede a levantarse del sofá, que nos lo aclare.

Saludos.

Verónica dijo...

¡Me ha encantado! Enhorabuena 💜💜

Anónimo dijo...

Se os está yendo la olla a todas.

Beatriz Garza dijo...

¡Doble combo!:
"Todas las mujeres son iguales"
"Todas las mujeres están locas"

Qué pena que siendo un libro y un debate tan interesante acabemos enredados con los clichés de siempre.

Beatriz Garza dijo...

Verónica, muchísimas gracias por pasarte!

Montuenga dijo...

A ver, chicos.

Con el cambio de Mujer A.B,C por los nombres de pila lo que estaba intentando decir es que los personajes no son arquetipos sino individualidades inventadas por nosotras. Aunque también pueden ser una mezcla. En cualquier caso, como esto es un humilde artículo sobre feminismo a propósito de un libro concreto que hemos leído recientemente y no un tratado filosófico, no esperéis demasiado rigor ni que aclaremos conceptos que no traéis aclarados de casa.

En cuanto a lo del sofá, es francamente ofensivo y te pido que lo retires.

Lupita, la gente joven está confusa. Todos lo estamos un poco y todos, hasta las más feministas, tenemos nuestra parte machista, eso es irremediable, contamos con ello y tratamos de subsanarlo. La chica de la que hablas madurará con el tiempo y se dará cuenta de que las dos posturas del chaval son agresivas y machistas. 1) Enfadarse porque no le da la razón (los varones piensan que siempre la tienen y se hacen las víctimas muy fácilmente) y 2) sentir ganas de pegarla (los varones han sido educados en la violencia física). Así que tu desconcierto está justificado. No tenía que pegarla, ni sentir ganas de pegarla, ni siquiera enfadarse porque no le diera la razón. Ella, por lo que dices, no se enfadó, solo trataba de contener las iras del otro. ¡Ay! esa ira de los que se creen con derecho a todo porque es lo que han visto desde niños.

Para acabar, y como no me dirijo solo a vosotros sino a todo el que pase por aquí, dejo algunos títulos de teoría feminista básica. Que quede claro, es feminismo para principiantes, quien no sea principiante que busque en otro sitio. Algunos de ellos han servido a adolescentes y jóvenes de ambos sexos para entender conceptos, otros están reseñados aquí por los compañeros del blog. Espero que sean útiles a alguien:

-Todos deberíamos ser feministas
-Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo. Ambos de Ngozi Adichie.

-El feminismo es para todo el mundo. Bell Hooks

-No manipuléis el feminismo. Ana Bernal Triviño

-El pequeño libro del feminismo. Harriet Dryer

-Feminismo para principiantes. Nuria Varela

.Los hombres me explican cosas. Rebeca Solnit

-Feminismo para no feministas. Rosario Hernández

-El feminismo lo cambia todo. Silvia Clavería

Y, repito, PIDO, exactamente, EL MISMO RESPETO QUE OFREZCO. Por aquí pasa todo el que quiere y, como en todo espacio compartido, hacen falta unas normas de convivencia que, como adultos, todos conocemos de sobra.

Lupita dijo...

A mí un debate sobre feminismo en el que un hombre se autocensura, no me gusta.
Oigamos todo, hasta lo que no nos gusta, o especialmente lo que no nos gusta.

Diego, a mí me gusta leer lo que escribes, es más, me gustas tú.
Así, pues no.

Antonieta dijo...

Gracias por el listado.

Antonieta dijo...

Ja, ja, ja. Nooo, hombres noooo!!! Solo algunas mujeres tenemos la gran dicha y orgullo de ser locas. Además...no es lo mismo ser loca que ser loco... Como no es lo mismo ser locx que estar locx.

Montuenga dijo...

No hay de qué, Antonirta. Me alegra que te guste mi iniciativa, y si lees alguno y te apetece contar lo que te ha parecido, encantados de leerte.

Marc Peig dijo...

Tu comentario, Antonieta, acerca de que "solo las mujeres tenemos la dicha y el orgullo de ser locas", me ha recordado que el origen de la palabra "histeria" viene del griego y se asociaba a la mujer.
Veo que siglos después, no hemos cambiado tanto y que hay mucho hombre con la misma mentalidad de entonces. Qué triste.
Saludos y os deseo mucha fuerza a todas por tener que soportar tantas cosas. A nosotros nos deseo mucho coraje porque debemos cambiar tantas cosas que nos va a hacer falta. Pero no queda otra, debemos corregir nuestro pasado (y presente).
Marc

Antonieta dijo...

Ya que pusiste el tema, a mi, generalmemte, no me gusta como escribe Diego ni me siento cercana a su pensamiento (aunque puede que aquí a veces lo confunda con el Puma). Eso sí, me atraen las personas que dicen lo que piensan y que se hacen cargo de lo que dicen y, hasta ahora, pensaba que Diego era así.

Antonieta dijo...

Nooo!!! Ja,ja,ja!! He dicho: solo ALGUNAS mujeres... No todas somos locas, nooooo por favor, solo algunas y a mucha honra por mi parte.

ChuangTzu dijo...

Con tanta política se os va a secar el cerebro. Vais a acabar babeando, con una camisa de fuerza, repitiendo todo el rato: comunismo, neoliberalismo, patriarcado, comunismo...

Onetti no está dijo...

CASABLANCA, ATARDECER, BAR, INTERIOR.
(El coro de Kwises espera el momento de atacar. Lupita está sentada en una mesa cerca del piano. Entra Diego con pajarita y la prótesis de los dientes colocadas en su sitio. Suena un tango de Piazzolla para aumentar el victimismo del villano.)

Diego: Lupita, te agradezco mucho el alago, me honra, pero debo marchar. ¡En este barco no hay sitio para mí y para Montuenga!

Coro de kwises: ¡Y el barco es de ella!

Lupita dijo...

Vaya, no sé no ni qué decir; levantarse a estas horas a trabajar con el pc y encontrarse esto.. Onetti, la verdad, las calabazas las sé llevar muy bien, me han dado muchas, más que nada porque soy mujer de declararse, que para algo las cosas han cambiado. Sin embargo, airear públicamente mis sentimientos, mi debilidad hacia los hombres con la prótesis dental colocada, es un poco demasiado. Aun así, como me he reído, gracias. Qué majo.
Antonieta, me gusta la gente que me hace pensar, que es crítica, que sabe expresarse. La mayoría de mis amigos y familiares no tienen nada que ver conmigo, pero lo solventamos con cariño y sentido del humor.

Y con esto, me retiro por un tiempo, que tengo a mis 18 gatos desatendidos.
Feliz martes, y mucho gracias por las risas

Anónimo dijo...

Mucho gracias!!
Jajaja

Diego dijo...

Hola. Si la levedad del ser ya es de por sí insoportable, la levedad del ser en internet es algo con lo que yo no puedo... quiero decir, nunca me es fácil dejar pasar las cosas, así sea con desconocidos.

El otro día te dije que no te había faltado el respeto sin considerar lo que para vos es o no es ofensivo. Creí que la broma se entendía como broma. No hace falta ser psicoanalista para sospechar sobre mi ego o mis carencias y entender por donde voy, lo imperdonable es que yo no sepa cuando esa parte mía está hablando y al mismo tiempo asuma que los demás van a entender lo que quise decir al encontrarse con lo que dice un desconocido.
En fin, que borré mis comentarios anteriores ofendido y no puse ese freno que sentí debí poner desde el comentario uno.
Por todo esto te pido perdón, Montuenga, no solo por haberte ofendido o mosqueado, principalmente por usar vuestra publicación para liarla. No estoy dentro de esos varones violentos ni dentro de esos que no crían a sus hijos ni mantienen su casa en orden. Circunstancias de la vida. Tampoco dentro de los que se dejan influenciar por una etiqueta tan dañina como las de "para hombres" o "para mujeres." Pero me volví a demostrar que sigo estando dentro de ese grupo de hombres a los que les cuesta que el tema central no sean ellos.
De lo que más me arrepiento es de desvirtuar la entrada llamando la atención. Eso también quería que lo sepas.

Diego dijo...

Lupita: "Onetti no está" era yo (también creí que eso se entendería). Los forofos de Onetti reconocemos esa frase gracias a una anécdota del escritor que contaba Galeano.

No tomé tu mensaje como una declaración, pero sí lo recibí como algo muy bonito. Es un lujo leer algo así en estos tiempos donde la crítica y la desaprobación están aceptadas pero los halagos a personas corrientes están mal vistos.
Es necesaria la gente como vos que camina al márgen de las ridículas etiquetas de ridículo que pone la gilada.

Un abrazo, amiga.

Lupita dijo...

Ey, Diego:
Aunque se me peque de optimista, creo que el cambio empieza por la actitud de cada uno. Hay que ser agradecido y decir lo bueno a los demás. Los mismos reseñistas de ULAD dan su tiempo y dedicación a este proyecto, como hay gente que hace voluntariado y personas volcadas al cuidado de sus familiares o amigos.
Yo vivo al margen de redes y picoteo lo justo en internet, que muchas veces es la cloaca donde desaguan los humores atrofiados de los que se dejan ahogar por su propia bilis.

No sabía lo de Onetti, ni qué es la gilada, jeje. Soy muy castellana.

Saludos

beatrizrodriguezsoto dijo...

Ayer volví a ver la película y sigo sin ver racismo, pobreza y mucho menos relaciones lésbicas.

Verónica dijo...

¿Seguro que viste ÉSTA película? Para mí que has visto otra...

Beatriz Garza dijo...

beatrizrodriguezsoto, es cierto que la cuestión de la relación lésbica entre Celie y Shug, como decíamos, en la película queda únicamente "apuntada", es decir: el que afine el entendimiento en ese sentido, lo verá y el que no (la mayoría y más en aquellos tiempos) pensará que simplemente son amigas y que como las amigas habitualmente se abrazan y se besan, pues es de lo más normal. Sucedía exactamente lo mismo en la película Tomates verdes fritos. Sin embargo, en ambos casos, las novelas eran mucho más explícitas y no dejaban lugar a dudas.
Con esto quiero decirte que si en la película no has detectado la relación lésbica, pues no me sorprende porque no es para nada evidente, pero lo que sin duda es evidente es el racismo y la pobreza/clasismo. Porque si "El color púrpura" no está hablando de racismo, clasismo y machismo... entonces ¿de qué va "El color púrpura"? Estoy sorprendida por tu afirmación pero a la vez estoy intrigada y, como estamos en un debate, me interesaría saber qué temas principales, en tu opinión, trata esta película/novela.
Muchas gracias por participar!

beatrizrodriguezsoto dijo...

Me has hecho una faena, Beatriz Garza, esperaba que ya nadie viera mi comentario. Pero me pudo mi espíritu de rebeldía y no me resistí a mantener mi criterio precísamente porque pensé que nadie ya lo iba a leer. Me gustaría ser tan valiente y tan firme como Perez Reverte en eso de "Todos contra mí, yo contra todos".
Empecemos por analizar la pobreza que es lo más fácil. Cellie es pobre,la venden o se la dan a un hombre no sé siquiera si como mujer o como criada.Su hombre no es pobre, aunque no sea rico: tiene una buena finca y una casa normal o tirando a buena, animales de granja, él viste bien (traje, sombrero, guantes de cuero ), tiene al menos un buen caballo, en su casa reciben a las visitas en el porche con una jarra de limonada, se va de putas por días y a una de ellas, cuando está muy enferma, la aloja en su casa hasta que se restablece con las comidas apetitosas, servidas en bandeja, que Cellie le prepara. Los hijos de él comen todos los días; Cellie también, y va siempre impoluta con sus humildes delantales.
Puedes hablarme de malostratos, machismo, retraso, ignorancia, valoración de la protagonista como un ser sin identidad,fea,
sin desarrollo de autoestima, pobreza espiritual de toda la comunidad... Pero pobreza material no.
Racismo: yo lo entiendo como el desprecio o abusos de una raza sobre otra. Aquí todos los personajes son negros. Hay quien dice que los negros africanos tienen complejo de inferioridad por su negritud, porque fueron esclavos por su negritud. No me voy a meter en cuestiones que no se defender. Pero yo ahí no tengo ninguna culpa.
Sexualidad lésbica. Cuando ví la película por primera vez sentí una especie de pudor y rubor cuando la cantante agradecida y cautivada por la inexperiencia total en lo sexual de Cellie, le hace una demostración de las sensaciones placenteras que se pueden sentir en la piel, de lo agradables que son las caricias y los besos pero sólo lo interpreté como eso. Una lección de una mujer guapa, que vive del placer, a una mujer buena y sensible que también tiene derecho al placer. Nosotros, todos, lo hacemos facilmente con los bebés, te como un pie, te como la boca, te como la piel pero después empiezan las inhibiciones.
A mí me gusta Spilberg, mucho. Sus grandes superproducciones que también ganan premios Oscar ( aunque no siempre fue así) Hace películas hermosas, pantalla gigante, preciosas partituras musicales, las mejores fotografías...Tiene una gran sensibilidad para captar la psicología de los personajes de la historia que cuenta sin hacerlos vulgares o frívolos. No podría hacer neorrealismo italiano seguramente pero a mí me gusta más Spilberg.
Yo siempre tuve curiosidad por el título El color púrpura, porque ya ví que no había heridas o moratones. Es el color que a Cellie le gusta porque lo ve en el paisaje, es un color del señor dios con el que ellamantiene un monólogo casi constante.. Es el color de las flores cosmos, que así se llaman, que llenan a veces la pantalla.
Saludos cordiales

beatrizrodriguezsoto dijo...

Me has hecho una faena, Beatriz Garza, esperaba que ya nadie viera mi comentario. Pero me pudo mi espíritu de rebeldía y no me resistí a mantener mi criterio precísamente porque pensé que nadie ya lo iba a leer. Me gustaría ser tan valiente y tan firme como Perez Reverte en eso de "Todos contra mí, yo contra todos".
Empecemos por analizar la pobreza que es lo más fácil. Cellie es pobre,la venden o se la dan a un hombre no sé siquiera si como mujer o como criada.Su hombre no es pobre, aunque no sea rico: tiene una buena finca y una casa normal o tirando a buena, animales de granja, él viste bien (traje, sombrero, guantes de cuero ), tiene al menos un buen caballo, en su casa reciben a las visitas en el porche con una jarra de limonada, se va de putas por días y a una de ellas, cuando está muy enferma, la aloja en su casa hasta que se restablece con las comidas apetitosas, servidas en bandeja, que Cellie le prepara. Los hijos de él comen todos los días; Cellie también, y va siempre impoluta con sus humildes delantales.
Puedes hablarme de malostratos, machismo, retraso, ignorancia, valoración de la protagonista como un ser sin identidad,fea,
sin desarrollo de autoestima, pobreza espiritual de toda la comunidad... Pero pobreza material no.
Racismo: yo lo entiendo como el desprecio o abusos de una raza sobre otra. Aquí todos los personajes son negros. Hay quien dice que los negros africanos tienen complejo de inferioridad por su negritud, porque fueron esclavos por su negritud. No me voy a meter en cuestiones que no se defender. Pero yo ahí no tengo ninguna culpa.
Sexualidad lésbica. Cuando ví la película por primera vez sentí una especie de pudor y rubor cuando la cantante agradecida y cautivada por la inexperiencia total en lo sexual de Cellie, le hace una demostración de las sensaciones placenteras que se pueden sentir en la piel, de lo agradables que son las caricias y los besos pero sólo lo interpreté como eso. Una lección de una mujer guapa, que vive del placer, a una mujer buena y sensible que también tiene derecho al placer. Nosotros, todos, lo hacemos facilmente con los bebés, te como un pie, te como la boca, te como la piel pero después empiezan las inhibiciones.
A mí me gusta Spilberg, mucho. Sus grandes superproducciones que también ganan premios Oscar ( aunque no siempre fue así) Hace películas hermosas, pantalla gigante, preciosas partituras musicales, las mejores fotografías...Tiene una gran sensibilidad para captar la psicología de los personajes de la historia que cuenta sin hacerlos vulgares o frívolos. No podría hacer neorrealismo italiano seguramente pero a mí me gusta más Spilberg.
Yo siempre tuve curiosidad por el título El color púrpura, porque ya ví que no había heridas o moratones. Es el color que a Cellie le gusta porque lo ve en el paisaje, es un color del señor dios con el que ellamantiene un monólogo casi constante.. Es el color de las flores cosmos, que así se llaman, que llenan a veces la pantalla.
Saludos cordiales