martes, 29 de mayo de 2018

Fernanda Melchor: Temporada de huracanes


Idioma original: español
Año de publicación: 2017
Valoración: bastante recomendable

Fuerte apuesta de Fernanda Melchor, esta novela. Arriesgada y audaz como pocas cosas que he leído últimamente, y en algunos momentos me he acordado de otras promesas como la ecuatoriana Mónica Ojeda, sobre todo por la curiosa encarnación en los dos libros del deseo sexual masculino desde la perspectiva femenina, que no deja de ser un recurso absolutamente legítimo, y no se me malinterprete, pero que es una figura como mínimo chocante, ya que en ambos casos esta apuesta es visceral y acaba funcionando.
Dicho lo cual, reflexionando un poco sobre el contenido de esta reseña, he estado a punto de acotar un poco la cuestión del idioma. Temporada de huracanes es una novela orgullosamente mexicana y eso en el uso del idioma es palpable a cada frase. Lo cual me parece absolutamente fantástico aunque uno pueda desorientarse en algún momento. Ese narrador de ritmo imparable (los capítulos son extensos párrafos parcos en puntuación donde los diálogos en off tienen una poderosa fuerza narrativa) no escatima en expresiones propias del español hablado en México, a las que el lector mínimamente interesado ha de adaptarse con rapidez, y que a mí me han fascinado. Qué florido y qué rico en expresiones que, sin necesidad de usar diccionario o referencias externas, son comprensibles y a la vez fascinantemente misteriosas. Una cuestión que no es superficial. El lenguaje forma parte de esta historia como lo hacen sus personajes, y no le vería el sentido a adaptarse a un standard que despojaría a la novela de parte de su encanto.
La novela: el cuerpo de La Bruja es encontrado flotando en el río cerca de La Matosa. Una mujer misteriosa desde su propio apelativo y una rápida sospecha del entorno de jóvenes que tenían diferentes relaciones con ella. El libro se despliega a partir de las relaciones entre esos jóvenes y la maraña oscura propia de las pequeñas poblaciones. La Bruja les fascinaba tanto como les repugnaba y sus relaciones van aflorando en ambientes cada vez más sórdidos e incómodos. No es tanto la resolución de un misterio sino comprobar toda la podredumbre que se esconde ahí.
Perdonad que sea tan parco en esto de la sinopsis. La novela merece la pena aunque no sea para cualquier paladar. Fernanda Melchor no se ha cortado lo más mínimo para transmitir ese ambiente insano donde la mugre prolifera. Los abusos, la impunidad criminal, las vidas paralelas, las relaciones al límite de lo legal y pasando todas las líneas rojas de lo meramente ético. Oscuro es decir poco: las influencias son visibles en los ámbitos más cercanos: Rulfo o García Márquez, pero es indudable que ese universo enrarecido también bebe de clásicos como Faulkner, Caldwell o McCullers, con personajes de dobles o triples vidas y con relaciones incómodas. Quizás la cruda parte final del libro haga demasiado hincapié en todos los encuentros sexuales, a veces con una cierta tendencia a la reiteración o al detallismo no siempre justificado. Pero se trata de un puro recurso estilístico, quiero pensar. No me ofenden a mi, desde luego, esas decenas de páginas de descripciones de actos sexuales, pero comprendo, hay que advertirlo, que haya lectores que puedan sacar de contexto una novela más cerca del terror fantástico que del hardcore y que puedan pensar que algunas de esas páginas están ahí casi como modo de provocación.
En cualquier caso, una muy notable novela que hubiera sido diferente si se hubiera escrito pensando en reacciones remilgadas. Y para mí, es bueno que haya sido tal como es.

1 comentario:

Alberto dijo...

Gracias por la reseña Francesc. He tenido el gusto de leer recientemente la novela y hacía años que no me quedaba tan impactado.

La construcción de ambientes, el desarrollo de los personajes y la confluencia final de las acciones me ha parecido soberbia. Además creo que conjuga brillantemente la narrativa densa con la extensión corta del libro, para que de esta manera el ritmo y la lectura no se hagan tediosos.

Efectivamente recuerda a la literatura del boom, en especial al Vargas Llosa de las primeras novelas, aunque la novela está dotada de tanta fuerza y personalidad que salva a la perfeccion que se le pueda catalogar de una simple imitación.

Saludos.