viernes, 10 de noviembre de 2017

Nuestros autores olvidados #5: Gaspar de la nuit, de Aloysius Bertrand


Idioma original: Francés 
Título original: Gaspard de la nuit  
Traductora: Emma Calatayud 
Año de publicación: 1836. Bruguera hace la recopilación el 1983
Valoración: Muy recomendable 

 Descubrí esta joya en un mercadillo de segunda mano hará siete años. Había una oferta que te permitía llevarte cuatro libros (a extraer de un abarrotada caja) por un euro. La mayoría de esos libros no valían ni la mitad, evidentemente, pero si escarbabas bien podías encontrar alguno más que decente: una recopilación de relatos de Poe, aunque de esas ediciones tan poco atractivas que sacan a veces los periódicos; La perla, de Steinbeck; El mecanoscrito del segundo origen, de Manuel de Pedrolo; incluso algún bestseller ya olvidado cuya historia no es memorable, pero sí entretenida. Y entre todos esos libros estaba Gaspar de la nuit. Escrito por Aloysius (Louis) Bertrand. Yo no sabía quién era este hombre, pero, según aseguraba la contracubierta, Baudelaire y André Breton sí. Con esas referencias me bastó para decidirme a darle una oportunidad. Ahora celebro esa decisión. 

 Este es, de lejos, el libro que más veces he leído. La asiduidad con que lo disfruto (podría decir, incluso, con que lo consulto) se debe a que su fondo me encanta, pero también a otros aspectos. Para empezar, no es muy extenso, por lo que me puedo permitir esas repetitivas incursiones sin sacrificar otras lecturas. Y, por si fuera poco, me permite desintoxicarme de la cada vez más frecuente sobredosis de literatura que encadena a la imaginación, pues su estilo, lírico y sugerente, convierte al lector en coartífice de la obra, en el responsable de decorar las ambigüedades con su propia imaginación. 

 Gaspar de la nuit abre su magistral contenido con diversas misivas. Dichas cartas aportan un marco general en el que encuadrar a Aloysius Bertrand, detallan aspectos biográficos del miserable poeta. Primero le tenemos haciendo todo lo que se atribuye a los artistas: estar enfermo, pedir dinero, entregado (según sus propias palabras) a la vida contemplativa. Sé que el inicio puede sonar algo caricaturesco, sobre todo teniendo en cuenta el barroco y extravagante lenguaje que en él se usa. Pero creedme cuando os digo que no es así. El pobre está muriendo, llamando desde su lecho de muerte a un amigo que no le oye. Y vaya si nos conmueve. Cuando ya está enterrado toma el relevo el amigo, David d’Angers. Llegó a pasar la víspera de la muerte de Bertrand con él. Le escuchó hablar confusamente sobre Gaspar de la Nuit, que por entonces estaba pendiente de publicación. Al día siguiente, d’Angers va al hospital, donde le es anunciada la defunción del joven. Sus palabras al rememorar todas estas situaciones están cargadas de sentimiento.

 Tras este prolegómeno empieza el inclasificable Gaspard de la Nuit, con una introducción del autor, un prefacio y una dedicación a Victor Hugo, partes todas ellas tan cuidadas como el resto del libro. Gaspard de la Nuit, está subdividido en seis capítulos. Algunos están más encaminados al retrato costumbrista, otros a la especulación sobre lo exótico; asimismo, los hay que coquetean con la nostalgia histórica. El "Libro tercero" es el que más me gusta. Se titula "La noche y sus prestigios" y las once narraciones breves que recopila son las más oníricas y fantasiosas de todo el recopilatorio. Solamente por este exquisito pasaje la lectura del mismo ya valdría la pena. Aprovecharé para citar otros dos capítulos que también me gustan mucho: "La escuela flamenca" y "Las crónicas".  

 En resumen: no es extraño encontrar este tipo de material en una obra seguidora de la estela romántica. Pero esas características comunes con el movimiento no convierten a Gaspard de la nuit en un libro más de todos los que se encuadran en ese estilo. Prueba de ello es cómo reaccionan ciertas personas ante élBaudelaire, por ejemplo. A Baudelaire le sorprende gratamente algo: que exista prosa-lírica de este tipo, antes del advenimiento de la poesía moderna. Y Bretón también alucina al encontrarse con un surrealista siglos antes de que el movimiento se hubiera formado siquiera. Es triste ver a Bertrand condenado a manuales de literatura, sin interacción real con el público, teniendo en cuenta lo vasta que ha sido su influencia. Mi pregunta es: una vez reivindicada su figura, ¿quién más y cómo va a reaccionar a ella?

2 comentarios:

El Puma dijo...

Este sí que es un autor olvidado, sin duda.
En mi caso, no encontré Gaspar de la nuit perdido en una librería de viejos, sino en la biblioteca de mi casa paterna. Desconozco cómo llegó allí. Mi padre no lo supo explicar.
Lo habré leído hace 40 años. Tal vez más. No recuerdo mucho más que su nombre y el de su autor. Deberé leerlo nuevamente, tal vez.
Gracias por recordarme sus existencia, Oriol. Por estas cosas me gusta ULAD!

Oriol dijo...

Buenas noches, Puma. Gracias a ti, por comentar. Lo que nos incita a publicar reseñas es leer vuestros comentarios, además de la posibilidad de difundir nuestra opinión.
Si lo lees, ya dirás qué te parece. Y, sobretodo, qué parte te gusta más. Querría saber si mi obsesión por el capítulo tercero es producto de mi predilección por la temática fantástica-onírica o el atisbo crítico de un pasaje que realmente despunta respecto al resto del libro.
Un abrazo muy fuerte.