lunes, 26 de enero de 2015

Juan Carlos Márquez: Los últimos

Idioma original: español
Año de publicación: 2014
Valoración: Recomendable para el público en general, muy recomendable para amantes del género.

Qué cabrón, Juan Carlos Márquez: ha escrito un libro que me habría gustado escribir a mí. Ya he dicho otras veces que el género post-apocalíptico me gusta, e incluso le dediqué una entrada monotemática hace unos años; pero es que además la forma de contar la historia (fragmentaria, elíptica, sintética) es probablemente la que yo habría elegido si algún día me hubiera puesto a escribir un libro de este género.

En realidad, Los últimos es al mismo tiempo una novela post-apocalíptica -en su primera parte- y una novela de ciencia-ficción espacial algo más clásica -en la segunda-, y por lo tanto sus referentes pueden buscarse en estos dos géneros: en las historias de "último hombre sobre la tierra", en particular aquellas que incluyen vampiros-zombis-infectados (por ejemplo, Soy leyenda y sus numerosas adaptaciones cinematográficas o 28 días después y sus secuelas), pero también las novelas y películas de exploración espacial, en particular las Crónicas marcianas de Bradbury. Es difícil decir si la relación que establece Márquez con estos textos es de homenaje o parodia en algunos casos, pero sea como sea el lector podrá reconocer muchos de sus tópicos fácilmente.

El argumento puede deducirse del género: un misterioso resplandor (como si fuera una bomba atómica de alcance planetario) mata a la práctica totalidad de la especie humana, y del resto de las especies, de hecho. Los pocos supervivientes intentan organizarse y sobrevivir con la ayuda de las autoridades, pero pronto deben enfrentarse a un nuevo enemigo además de la contaminación y la falta de comida y agua: la transformación de algunos de sus semejantes en bestias, seres de músculos hipertrofiados, uñas afiladas y mente de animal carnívoro. Un pequeño grupo, los protagonistas, consiguen escapar de su ciudad y llegar a Cabo Cañaveral (vía Disney World) para emprender un viaje de huida hasta Marte, donde transcurre la segunda parte de la novela.

Pero lo que distingue a esta novela no es su argumento (que es muy semejante, como se ve, al de muchas otras obras post-apocalípticas recientes) sino su técnica narrativa: la novela está compuesta por fragmentos breves, de una a tres páginas cada uno. A veces entre un fragmento y otro hay saltos temporales importantes; a veces un fragmento termina con un cliffhanger que no se resuelve inmediatamente en el siguiente; otras veces un fragmento comienza con una información que se da por supuesta pero que el lector no ha recibido hasta entonces.

El resultado es una novela muy ágil, de lectura rapidísima (una tarde o noche llega), y un lector que por una parte acepte llenar los abundantes huecos que deja el texto, y que por otra parte acepte también algunos giros algo más inverosímiles de la trama, como la facilidad con la que realizan el viaje a Marte y con que se adaptan a la vida en un nuevo planeta, o la rapidez con la que el ejército desarrolla y distribuye tuneladoras, bombas de oxígeno y pastillas de vitaminas para la población en medio del caos.

La mayor pega que le pongo al libro es su final, bastante abrupto y bastante poco conclusivo. Da la impresión (también al final de la primera parte) de que el autor, llegado un punto, dijo: "hasta aquí", no porque se hubieran acabado las posibilidades del material sino porque, bueno, porque le dio la gana. Como lector, me quedan muchas preguntas y también ganas de ver desarrollados en unos cuantos fragmentos más los conflictos que se han ido creando en las páginas anteriores.

Pero en fin, la novela que tenemos es la que tenemos, y, sí, me habría gustado poder escribirla yo.

También de Juan Carlos Márquez en ULAD: TangramLos maletines

3 comentarios:

Bunnixmusic dijo...

Un libro más que leer
¡gracias por la entrada!
:)

Anónimo dijo...

Lo leí, y aunque soy amante de las distopias, no me gustó tanto. Lo encontré extremadamente similar a "La carretera" de Mccarthy

Santi dijo...

Pues es curioso, anónimo, pero a mí no me recordaba tanto a La carretera como a Soy leyenda y similares, por la parte de los zombivampirinfectados. Eso sí, está claro que Márquez conoce La carretera y los otros antecedentes postapocalípticos recientes...