Idioma original: español
Año de publicación: 2014
Valoración: está bien
Es sorprendente lo poco que conocemos de literatura venezolana. Sin ir más lejos, en este blog, que ya se acerca a sus seis años de reseñas diarias, solo un libro de un autor venezolano: Las lanzas coloradas de Arturo Uslar Pietri (que, por cierto, es un novelón). Después de eso, nada. Si comparamos con sus vecinos colombianos, muy bien representados -y no solo por García Márquez-, la cosa resulta doblemente llamativa.
Esta novela viene a paliar mínimamente esta desigualdad, porque es la obra de un escritor venezolano, y también porque se propone, sin dar demasiados nombres propios, describir el ambiente de corrupción, violencia y clientelismo político de la Venezuela chavista, adoptando para ello el ropaje del thriller de espías con un toque internacional.
El protagonista de la novela es Donizzetti, un hombre de nombre singular, divorciado, padre de un hijo y padrastro de una hija, que finge trabajar en una agencia de noticias pero que realmente se dedica a sacar de Venezuela maletines llenos de no se sabe qué, hacia diversos destinos internacionales. Cuando en una de sus misiones las cosas no salen como deberían, a Donizzetti empiezan a acosarlo desde todos los ángulos, y deberá encontrar la forma de huir, aunque sea hacia delante.
Probablemente lo más conseguido de la novela sea el trasfondo histórico venezolano: un sistema que premia la lealtad al régimen y la sumisión absoluta, pero que no tiene problemas en usar toda la violencia disponible cuando las cosas se tuercen. Algunos episodios históricos, como el asesinato con una bomba del fiscal Danilo Anderson, traslucen en la trama aunque sin convertirse nunca en el centro. El retrato de la Venezuela del siglo XXI es por lo tanto el de un país empobrecido, violento, en el que los posibles ideales políticos que llevaron a la revolución bolivariana han dado paso a los intereses particulares y de la casta militar.
El problema, como lector (e independientemente de la postura de cada uno sobre el chavismo) es que el ropaje de thriller en que se viste la novela no termina de atrapar. No le falta ritmo, evidentemente, pero es demasiado detallado y demasiado confuso por momentos, y le haría falta un personaje carismático con el que el lector pudiera realmente simpatizar. Ni Donizzetti (a medio camino entre el perdedor y el héroe épico) ni su amigo Manuel (antiguo amigo gay que decide ayudarle en su intento de huida hacia delante) son lo bastante atractivos, y a pesar de algunos episodios emocionantes, la novela se hace excesivamente larga.
Un recurso que el autor usa con inteligencia, pero que podía haberse desarrollado más, es equiparar la estructura del texto con la de la famosa pelea "Rumble in the Jungle", en la que Ali derrotó a Foreman. Esta es una buena idea, pero aparece relativamente tarde en el texto y nunca llega a alcanzar un desarrollo más amplio.
1 comentario:
Por desgracia la literatura venezolana no tiene repercusión internacionalmente, ni siquiera dentro del país, lo que resulta decepcionante porque evidencia la falta de interés de las instituciones correspondientes de formar una plataforma competente con el propósito de mostrar la obra venezolana. Soy venezolano, y cada que entro en cualquier librería encuentras nada de cualquier autor vernáculo a excepción de Leonardo Padrón (escritor de telenovelas y poco más); únicamente, literatura de otros países y, para palidecer de miedo, tostones tales como 50 sombras de grey, Hush hush, crepúsculo, etc. Saludos de Venezuela.
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