Título original: Eta Prizraki
Valoración: Recomendable
No es fácil escribir una novela sobre la locura sin caer en el tópico (el loco como iluminado, como monstruo, como mártir) y sobre todo no es fácil que el resultado sea una lectura entretenida y hasta ligera, mostrando además de forma más o menos veraz la realidad de las enfermedades mentales. Eso (que intentó en otro sentido también Machado de Assís con El alienista) es precisamente lo que logra Andréyev en Los espectros.
En esta novela, Andréyev (o Andréiev) nos traslada a un apacible sanatorio ruso, en el que conviven el elegante Pomerántsev, subjefe de la administración que cree volar con san Nicolás curando a los enfermos; Petrov, obsesionado con llamar a todas las puertas hasta que le abran; el doctor Sheviriov, que dirige la institución con mano compasiva, cuando no está tomando champán en los salones burgueses de la ciudad, o la triste y tímida enfermera enamorada de él.
Los espectros no oculta las consecuencias a veces trágicas de la locura (el aislamiento, el sufrimiento o incluso la muerte) pero lo presenta todo con la misma calma que dice reinar en el sanatorio. No es que lo que se nos cuenta sea alegre, pero el tono con el que se nos cuenta es cuando menos desenfadado, ameno, sencillo. Sin romanticismos excesivos ni dramatizaciones.
Además, como la obra es no breve, sino brevísima, se ventila prácticamente de una sentada, y deja ganas de más (una sensación preferible en todo caso al cansancio que producen las novelas demasiado largas).
En fin, otra joyita mínima que nos regala Acantilado, ideal para devorar en dos viajes de metro o en una tarde de domingo.
También de Leonid Andréyev en ULAD: Risa roja
8 comentarios:
... En fin, otra joyita mínima que nos regala Acantilado ...
Je, je, si se nota que a tí si que te lo ha regalado en el sentido literal, lo que me parece estupendo.
Un saludo y gracias una vez mas por vuestras reseñas.
Anónimo, rico, Santi ya contestará lo que le dé la gana, pero a mí me gustaría informarte de que aquí ninguna editorial nos regala libro alguno. Y que incluso en el caso de que empezaran a hacerlo, eso no influiría lo más mínimo en el sentido de la reseña.
Nadie nos paga por esto, ni sacamos más beneficio que la satisfacción personal, así que, Anónimo, me molesta bastante que insinúes otra cosa de un modo gratuito y desinformado.
No se si rico o soso Jaime,
Tal y como tu lo dices lo entiendo yo, si no fuera así, no os leería.
Era en tono de broma, siento haber ofendido a alguien. No era mi intención.
A mi también me suelen gustar los libros de esa editorial y si me regalaran uno para reseña, el hecho de que fuera un regalo, no infuiría en la misma, como estoy seguro os pasaría a los que escribís aquí, tal y como dices.
En fin, lo dicho, no insinuaba nada, por lo tanto ni era desinformado ni gratuito.
Un saludo
Bueno, no pasa nada, anónimo, no hurt feelings. Solo por si queda alguna duda, y por si hiciera falta, aclaro que la editorial Acantilado nunca me ha regalado nada, y que no tengo ninguna relación, personal ni profesional, con ella. Solo le tengo un cierto cariño, porque es una editorial con muy buen gusto literario, y que me ha descubierto varios autores que ahora se sitúan entre mis imprescindibles. Sin ir más lejos, los primeros libros de Stefan Zweig que leí los leí en ediciones de Acantilado. Nada más. Un saludo.
Vale, perdona, igual he reaccionado con excesiva susceptibilidad.
Bueno, creo que queda claro.
Simplemente me hizo gracia, en el buen sentido, la parte final de la reseña y quise hacer una broma por el enlace a la página de la editorial, que no suele ser habitual en vuestras reseñas (Pero que conste, me parece estupendo). Como ya he dicho, sin ninguna mala intención. Lo del sentido del humor es tan subjetivo que a veces juega malas pasadas.
Santi. No necesitabas aclarar nada, y te alabo el gusto.
Jaime, lo dicho.
Gracias otra vez por vuestras reseñas, os seguiré leyendo, pero si comento algo, intentaré que se me entienda mejor.
Un saludo
Suena muy interesante...Manicomios y rusos: habrá que echarle mano.
Me gustó la reseña.
Un único detalle: Petrov estaba aterrorizado porque creía que todos le perseguían y le querían matar. El enfermo que llamaba a las puertas era otro.
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