Año de publicación: 1.873
Valoración: Recomendable
Aulo Agerio: A veces me abruman un poco mis colegas del blog con su inmenso repertorio de narrativa contemporánea: DeLillo, Roth, Esquivias, Kadaré, Coetzee, Marías, Lemaitre… buf, a veces me pierdo con tanta modernez, la verdad.
Numerio Negidio: Ya, es que, bueno… están un poquito más al día que tú. Es que tú eres muy clasicón. Y ahora vas y les cascas a Benito Pérez Galdós. Es que, tío, hasta el nombre suena viejuno. Creo que incluso los de la Generación del 98 echaban pestes de él.
AA: Pero bueno, es que algo tendrá que decir este señor si hablamos de literatura, no? Para eso escribió montones de libros, entre ellos los 46 tomos de los ‘Episodios nacionales’, que en más de una casa se tuvo como lectura familiar obligada. Quizá es que el reconocimiento popular que tuvo Benito no llegó a tenerlo ninguno de los del 98, y a lo mejor es eso lo que les fastidiaba.
NN: Puede. Pero, claro, a la gente le gustaba porque es fácil de leer y encima trata temas que molan. Fijate, lo que traes ahí es el primero de los ‘Episodios’, Historia novelada para mayor gloria de la patria. Lenguaje popular, relato fácil de masticar, y un toquecito al corazón carpetovetónico, antiinglés y, sobre todo, antigabacho. ¡La combinación perfecta!
AA: Bueno, voy a admitir que sí, que algo hay de todos esos ingredientes, que pueden parecer un producto de consumo fácil, mainstream de la época. Es una lectura sencilla, apta para casi todo tipo de lector, pero eso no implica que le falte calidad. Galdós es el rey del realismo, utiliza un lenguaje popular y su perspectiva diríamos que es la de la calle. Pero su prosa es ágil, fresca, tiene la dosis justa de humor y no satura al lector con descripciones o cultismos. Es algo bien escrito y a la gente le gusta, o le gustaba en su época ¿qué hay de malo en ello?
NN: Es un producto de su tiempo, como todos los ‘Episodios’. Son momentos históricos relativamente cercanos a cuando se publican los libros, acontecimientos que quedaron grabados en el imaginario popular y se transmitían de padres a hijos: batallas, sucesos políticos, revueltas… La gente los conoce o los recuerda, y Benito va y les larga una versión novelada, bien escrita, sí, pero directamente dirigida al sentimiento nacional. Y eso tiene trampa.
AA: Si el texto tiene valor por sí mismo, el hecho de acertar con un tema que a la gente le puede hacer tilín, no es un demérito, sino más bien habilidad para conectar con el gusto popular. Y valor literario no se le puede negar, todo lo contrario: échale un vistazo al capítulo IX, la partida de la Armada desde Cádiz, vista desde los ojos de un chavalito que embarca por primera vez. La imagen es impresionante, transmite toda la emoción del momento, y es a la vez de una gran belleza.
NN: Pues sí, pero fíjate en un detalle: ese capítulo se encuentra casi a la mitad del libro, y todo lo anterior son las andanzas del chaval y un cuadro más o menos cómico de su familia adoptiva. Así que la famosa batalla en sí se nos queda en más bien poca cosa. Bueno, no sé si es mejor o peor, porque tampoco me convence mucho el relato de las maniobras y los cañonazos . Creo que es algo confusa y se deleita demasiado en la sangre y por supuesto en el valor de los comandantes españoles.
AA: Es el problema que tiene la narración desde la perspectiva de un mozalbete. Es convincente cuando quiere deslumbrar con la parafernalia de las naves rumbo al combate o con algunas descripciones de la refriega pero, claro, se adecúa peor para contar otros hechos históricos en los que el personaje no podía estar presente. Pero de todas formas, yo creo que lo resuelve bien, con el truco de que el tal Gabriel se informó más tarde de todos los detalles, o por las noticias que recibe de otros participantes en la batalla.
NN: Lo que sí le reconozco es que tiene buena mano para dibujar los personajes: sin llegar a estar muy definidos, son reconocibles en arquetipos de la época: el marinero pata de palo, sabio y cascarrabias, la mujer mandona que no entiende el afán guerrero de su veterano marido y, sobre todo, esa historieta de fondo de la chica enamorada del joven oficial, mientras Gabrielillo rabia de envidia ante un rival invencible. Todo un folletín en un segundo plano, siempre para satisfacer el gusto popular.
AA: En todo caso, el libro se lee con agrado siglo y medio después de escrito. Ni peca de ingenuo ni se pasa de épico o patriótico. Tiene las dosis justas de grandiosidad y de literatura a ras de tierra.
NN: Bueno, y no sé si has reparado en ello pero, tratandose de un clásico nacional y de batallas navales, estoy pensando en un autor famosete que seguro que tiene el libro en un pedestal, jeje.
AA: Ya, no es difícil de adivinar. ¡Pero si incluso creo que también escribió otro libro sobre Trafalgar! En fin, que tampoco busquemos mucho la boca al personal, porque encima nadie ha reseñado aquí lo último que ha publicado.
NN: Bah, tampoco creo que le importe, seremos demasiado insignificantes para él.
AA: Seguramente. Pero, mmmmm... nunca se sabe.
Otras obras de Benito Pérez Galdós en ULAD: Fortunata y Jacinta, Nazarín, Torquemada en la hoguera, La sombra
4 comentarios:
Supongo que con lo del autor que también tiene una novela sobre Trafalgar te refieres a José Luis Corral, ¿no? Pero vaya, no es tan famosete...
Justo! Sólo espero que no se dé por aludido y nos ponga a parir en el dominical, que ya sabemos cómo se las gasta.
Más que recomendable. Una novela de aventuras al mejor estilo de Stevenson o Baroja.
Bueno, no sé si estoy muy de acuerdo en definirlo como 'novela de aventuras'. De todas formas, veo que a los dos nos ha gustado, aunque entiendo que más a ti.
Muchas gracias por tu opinión.
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