martes, 29 de diciembre de 2015

Qiu Xiaolong: Seda roja

Idioma original: inglés
Tïtulo original: Red Mandarin Dress
Año de publicación: 2007
Valoración: está bien

A la larga lista de detectives literarios que han pasado por ULAD (Poirot, Sherlock Holmes, el Padre Brown, Montalbano, Wallander, Jaritos, Mario Conde...) se une ahora un colega el comisario (y poeta ocasional) Chen Cao, que resuelve sus casos en el Shanghai de los años 90, en el que todavía impera un sistema de gobierno comunista, pero con una progresiva adaptación a modelos capitalistas de propiedad e intercambio. (Gato blanco, gato negro, esas cosas).

En este caso, el comisario Chen Cao (que ha pedido una excedencia para estudiar literatura china) debe volver al trabajo cuando un asesino en serie (el primero de la historia de Shanghai, aparentemente) mata a varias muchachas y abandona sus cadáveres vestidos con un vestido mandarín o qipao de seda roja. La investigación le llevará a descubrir un secreto y una traición que se remontan a los tiempos de la Revolución Cultural y el horror de las delaciones, las torturas, las deportaciones.

Algo que conviene recordar es que Qiu Xiaolong, aunque es de origen chino, escribe en inglés y pensando en un público americano; esto se nota en la forma como explica determinadas palabras, conceptos y costumbres chinas, y muy en particular a la (peculiar) gastronomía china, que incluye gambas vivas, nidos de golondrina, lenguas de gorrión o sesos de mono (sí, como en la película de Indiana Jones). También es llamativo el modo en que adopta el modelo del whodunnit a un contexto asiático, a pesar de que los propios policías que participan en la investigación cuestionan la validez de los métodos policiales occidentales aplicados a una sociedad y una cultura diferentes.

Lo más original de la novela y del detective -porque ya se sabe que todos los detectives tienen que tener algún rasgo especial que sirva para diferenciarlos de todos los demás- es la afición del comisario Chen Cao por la literatura en general, y por la poesía en particular (una afición que comparte con el propio Qiu Xiaolong). Así, la trama policial se interrumpe en varios momentos para dar paso a las investigaciones literarias del policía sobre los relatos de amor romántico en la China antigua, y no son pocas las veces que el propio Chen Cao o algún otro personaje recitan algunos versos o un poema entero, lo que es tan interesante como inverosímil, creo yo.

Como lectura policiaca, Seda roja se sostiene muy bien, y se integra perfectamente en la línea de los actuales modelos policiacos, protagonizados por detectives honestos, extravagantes pero efectivos, y que utilizan el género negro para hablar de las transformaciones sociales en sociedades en crisis: una vez más es inevitable pensar en la Cuba de Mario Conde, otro detective poeta, pero también en la Sicilia de Montalbano o la Grecia de Jaritos. Y al igual que en estos casos, lo que le importa al comisario Chen Cao no es tanto que se imparta justicia, en el sentido legal del término, cuanto que se restaure el equilibrio perdido, en un sentido moral superior.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo el mundo desea que vuelva Zapatero.

Santi dijo...

Ahá.

Oriol dijo...

Buena reseña. La verdad es que soy un neófito de la novela negra, género que sólo he acariciado superficialmente con autores como Lehane u otros que lo hibridizan. No obstante, he leído suficiente como para darme cuenta de que es, realmente, empleado a menudo como instrumento de crítica social, lo cual, a mi juicio, le suma muchos puntos.

PD: Supongo que lo de Zapatero viene de la polémica de hace unos días sobre una reseña sobre un libro que hablaba de educación... En fin... Ya está, ¿no?

El Puma dijo...

Suena muy interesante.

Lamentablemente, no sé como podré conseguir tiempo para leerlo. Ni siquiera pude comenzar con la serie de Mario Conde, y encima Camilleri no tiene planes de parar de escribir las andanzas de Montalbano!