Año de publicación: 2006
Valoración: Recomendable
Un extraño libro, este Damas chinas. Una primera parte, sobria, concreta y precisa. Un ginecólogo que transita por la vida con un pragmatismo y una frialdad casi escalofriante. Cuya relación con sus semejantes es de una pulcritud clínica, tan gélida que cualquier asomo de sentimiento o de pasión se nos muestra como una impureza que desbarata su perfección. Cualquier persona que le rodea obtendrá de él exactamente lo que él pueda ofrecerle dentro de un estricto acuerdo casi mercantil. Trata con profesionalidad a sus pacientes, mantiene y cuida con su dinero y con esmero a su familia, paga a las prostitutas a las que se ha aficionado, las solicita de una manera u otra, trata con la madame sobre su gusto por la variación, deriva a las pacientes que se complican a sus colegas. Una vida dominada por lo aséptico, por lo sometido a un procedimiento que él procura seguir a rajatabla.
La segunda parte es difusa, dinámica, y, en su constante trasiego de un escenario a otro, desordenada con voluntad de serlo. Uno de los niños, hijo de una de las mujeres que se trata en su consulta, le ha descrito una historia, que el ginecólogo recuerda y evoca, y que surge de manera casual y va adquiriendo ramificaciones y tintes surrealistas, con frecuentes alegorías al desamparo, al descuido de padres hacia hijos, a la soledad del niño que intenta desentrañar los misterios y los silencios del mundo adulto que le acoge y le rodea.
Literatura más convencional la primera parte (aunque las historias con ginecólogos siempre me remitan al viejo clásico film de Cronenberg, Inseparables), tono marcadamente surrealista la segunda, donde el niño traza una elipse que me recuerda a la del protagonista de La ciudad de Mario Levrero, una especie de itinerario casi completamente onírico donde intervienen toda clase de actores: lugares de veraneo, playas con marea, edificios oficiales, ancianos, pernoctas fuera de casa, padres ausentes, bicicletas abandonadas.
Original, escrita con oficio, estilo y soltura, a base de frases cortas y sencillas, aunque algo esquiva, algo poco amigable con el lector, en su parte final, Damas chinas es una historia original, sórdida y cruel a causa, o a pesar, de su frialdad. Una novela difícil de definir de un autor que no parece dado a otorgar facilidades.
Otras obras de Mario Bellatín en ULAD: Gallinas de madera
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2 comentarios:
De este autor he leído recientemente "Salón de Belleza". Vale la pena echarle un vistazo.
Gracias: indago sobre este libro. Resulta interesante Bellatín, esa manera de estructurar en Damas chinas, como dando un hachazo en medio del libro.
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