Título original: Chavs. The Demonization of the Working Class
Año de publicación: 2012
Valoración: imprescindible
Antes de profundizar en otros temas, debemos saber qué es un chav: en la sociedad británica (que es el tema principal de este ensayo, aunque sus conclusiones puedan extrapolarse a cualquier otro país europeo), un/a chav es un/a joven perteneciente a la clase trabajadora. Pero además, para gran parte de la población, los chavs son vagos, casi analfabetos, visten con chandal, son horteras y vulgares, están en paro, viven de las ayudas sociales (y se aprovechan del sistema, porque no quieren estudiar ni trabajar), tienen un montón de hijos (generalmente son padres antes de cumplir los 15 años), son malhablados, matones y ladrones.
Pero, ¿es real este estereotipo? ¿Acaso toooooda la clase trabajadora británica se corresponde con esta imagen? ¿O es sólo el fruto de una elaborada campaña de marketing cuyo objetivo es crear un chivo expiatorio que justifique los recortes sociales y el fin del estado de bienestar?
Por medio de una completa y exhaustiva investigación (donde se da la palabra a políticos, periodistas y personas pertenecientes a diferentes clases sociales), Owen Jones se encarga de desmontar este prejuicio que tanto daño está causando a los propios chavs y a la sociedad en general. El autor nos habla de las terribles consecuencias que tuvo la política neoliberal de Margaret Thatcher, de la desindustrialización que desde los años 90 sufre el país (lo que ha lanzado a miles de personas al paro), del auge de empleos temporales mal pagados, del ocaso y del escaso poder de los sindicatos, de la alarmante cantidad de gente que actualmente vive en la pobreza... pero también del escaso poder representativo que tiene la clase trabajadora en la política actual, de unos medios de comunicación que trabajan por y para la clase media acomodada y de unas políticas educativas que cada vez restringen más las oportunidades para labrarse un futuro de la gente sin recursos.
Analizando cuidadosamente la –cada vez más desigual– sociedad británica, su férreo sistema de clases aún –y cada vez más– vigente y las consecuencias políticas y sociales que está logrando el prejuicio contra los chavs y los esfuerzos por culpabilizar a los menos afortunados por su situación, Jones elabora un más que interesante ensayo en el que hay sitio para explicar los disturbios que tuvieron lugar en 2011 (y cuyas causas, desarrollo y consecuencias no son, seguramente, las que creíamos) y para intentar abrir los ojos del lector y hacerle echar una mirada crítica a lo que ocurre a su alrededor.
También de Owen Johnson en ULAD: El Establishment
También de Owen Johnson en ULAD: El Establishment
6 comentarios:
Lo tenía en la lista de "libros que necesito comprarme con urgencia" (y leerlos, claro). Ahora me reafirmo aún más, si cabe. Gracias, gracias.
Desde hace varios días que quería dejarles un par de enlaces relacionados ("seguramente", porque este libro no lo leí) con esta entrada:
http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADas_de_la_reproducci%C3%B3n
http://es.wikipedia.org/wiki/Basil_Bernstein
Es interesante recordar sobre todo a Basil bernstein y sus trabajos en sociología de la educación, la elaboración de "códigos" de las diversas clases sociales y la problemática que enfrentan los de las clases más bajas (estigmatización, etc.), en el seno de la sociedad. Saludos.
Paseando por los imprescindibles me he encontrado esto y me gustaría decir que no podría estar más de acuerdo en catalogar esta obra como imprescindible.
Se me había olvidado esta reseña y estaba a punto de empezar la mía. La hubiese escrito para nada si no llega a ser por Paulo, que me lo ha recordado con su comentario.
Totalmente de acuerdo con él y con Izas. Es un ensayo que, al poner las cosas en su sitio, nos abre todavía más los ojos y, aunque está centrado en Gran Bretaña, gran parte de lo que dice se puede extrapolar.
Hola Montuenga: Se puede extrapolar, no sólo a nuestro contexto social sino al plano individual. A mí, como hijo de clase media me enseño varias cosas sobre como muchos de mis logros individuales dependen de los privilegios que de los que he disfrutado. Debería ser lectura obligatoria en las escuelas.
Apenas llevo una centena de páginas y debo reconocer que, aunque no soy un lector bregado en ensayos, éste es uno de esos que te tiene asintiendo con la cabeza una página tras otra. Y el tipo que lo escribió aún no ha cumplido los treinta.
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