Fecha de publicación: no hay una fecha clara
Valoración: muy recomendable
Últimamente me hallo rodeada de los antiguos mayas, los tengo por todas partes, susurrándome cosas sobre Itzamná o Kukulkan...y obligándome a leer muchísimo, que si la costa de Yucatán, la ciudad de Tikal, el dichoso Popol Vuh...vale, lo confieso, no me susurran nada, es más aburrido que eso, he estado preparando un curso sobre ellos pero es como si estuviesen por todas partes!
En fin, que hoy presentamos una de los pocos textos que se han conservado de esta cultura después de la quema masiva a la que fueron llevados cientos de libros mayas. Se le llama la Biblia de los mayas pues nos cuenta su visión de la cosmogonía y la mitología, esenciales para entender su cultura.
El texto ha pasado por multitud de manos y países. Lo redactaron los mayas quichés, en idioma quiché pero con caracteres latinos (esta era una buena forma para que no fuese enviado directamente a la quema) y nos cuenta fray Francisco Ximénez que data de mediados del siglo XVI . Permaneció oculto hasta 1701, cuando los mayas quiché decidieron mostrárselo. Tradujo el texto al castellano, estructurándolo en dos columnas: una en quiché y otra en castellano. Después de viajar a Europa y pasar por varios países, fue devuelto a América y hoy se conserva en Chicago. Por fin se ha podido estudiar y se ha intentado desentrañar su significado.
Se puede dividir en cuatro partes. Primero nos narra la creación del mundo, y cómo dividen el mundo en Caan, trece escalones ascendentes y descendentes donde moran los trece señores del supramundo; Xibalbá, con sus nueve peldaños también ascendentes y descendentes y sus nueve señores del inframundo; y Cab, la superficie de la tierra, un cuadrado plano con las cuatro esquinas gobernadas por un punto cardinal, y donde nace la Gran ceiba que con sus ramas toca el Caan y con sus raíces el Xibalbá, uniendo todo lo que habita en esta estructura romboidal.
Después, los tres intentos fallidos de creación del ser humano, hasta que dan con el maíz y el invento funciona; las leyendas y aventuras de varias parejas de gemelos legendarias y un breve repaso de la historia de los reyes de Yucatán.
Dependiendo de la traducción,nos encontramos ante una lectura amena, y divertida. Sí, lo he escrito bien, divertida, pues la parte referente a las leyendas de los gemelos es graciosisima. Se centra sobre todo en la pareja constituida por Hunahpú e Ixbalanqué, y cómo descienden al Xibalbá y engañan a los señores de la noche. Es tronchante leer cómo se hacen trastadas unos a otros, como cortan una cabeza que se suplanta con un calabacín, hay mosquitos espía, engaños como: “Sentaos en ese banco, que estaréis cansados” y se sientan, y se achicharran el trasero porque el banco estaba al rojo vivo, etc...
Una forma de acercarse a la cultura maya de primera mano y entender su visión del mundo. ¡Ah!, y si os estáis preguntando sobre si hay más referencias a estas historias, pues sí, en las pinturas del sitio de San Bartolo o en las de Bonampak se encuentran testimonios del Preclásico y Clásico mayas que lo confirman.
Valoración: muy recomendable
Últimamente me hallo rodeada de los antiguos mayas, los tengo por todas partes, susurrándome cosas sobre Itzamná o Kukulkan...y obligándome a leer muchísimo, que si la costa de Yucatán, la ciudad de Tikal, el dichoso Popol Vuh...vale, lo confieso, no me susurran nada, es más aburrido que eso, he estado preparando un curso sobre ellos pero es como si estuviesen por todas partes!
En fin, que hoy presentamos una de los pocos textos que se han conservado de esta cultura después de la quema masiva a la que fueron llevados cientos de libros mayas. Se le llama la Biblia de los mayas pues nos cuenta su visión de la cosmogonía y la mitología, esenciales para entender su cultura.
El texto ha pasado por multitud de manos y países. Lo redactaron los mayas quichés, en idioma quiché pero con caracteres latinos (esta era una buena forma para que no fuese enviado directamente a la quema) y nos cuenta fray Francisco Ximénez que data de mediados del siglo XVI . Permaneció oculto hasta 1701, cuando los mayas quiché decidieron mostrárselo. Tradujo el texto al castellano, estructurándolo en dos columnas: una en quiché y otra en castellano. Después de viajar a Europa y pasar por varios países, fue devuelto a América y hoy se conserva en Chicago. Por fin se ha podido estudiar y se ha intentado desentrañar su significado.
Se puede dividir en cuatro partes. Primero nos narra la creación del mundo, y cómo dividen el mundo en Caan, trece escalones ascendentes y descendentes donde moran los trece señores del supramundo; Xibalbá, con sus nueve peldaños también ascendentes y descendentes y sus nueve señores del inframundo; y Cab, la superficie de la tierra, un cuadrado plano con las cuatro esquinas gobernadas por un punto cardinal, y donde nace la Gran ceiba que con sus ramas toca el Caan y con sus raíces el Xibalbá, uniendo todo lo que habita en esta estructura romboidal.
Después, los tres intentos fallidos de creación del ser humano, hasta que dan con el maíz y el invento funciona; las leyendas y aventuras de varias parejas de gemelos legendarias y un breve repaso de la historia de los reyes de Yucatán.
Dependiendo de la traducción,nos encontramos ante una lectura amena, y divertida. Sí, lo he escrito bien, divertida, pues la parte referente a las leyendas de los gemelos es graciosisima. Se centra sobre todo en la pareja constituida por Hunahpú e Ixbalanqué, y cómo descienden al Xibalbá y engañan a los señores de la noche. Es tronchante leer cómo se hacen trastadas unos a otros, como cortan una cabeza que se suplanta con un calabacín, hay mosquitos espía, engaños como: “Sentaos en ese banco, que estaréis cansados” y se sientan, y se achicharran el trasero porque el banco estaba al rojo vivo, etc...
Una forma de acercarse a la cultura maya de primera mano y entender su visión del mundo. ¡Ah!, y si os estáis preguntando sobre si hay más referencias a estas historias, pues sí, en las pinturas del sitio de San Bartolo o en las de Bonampak se encuentran testimonios del Preclásico y Clásico mayas que lo confirman.
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