lunes, 5 de junio de 2023

Reseña + entrevista: Las malas mujeres de Marilar Aleixandre

Idioma original:
gallego
Título original: As malas mulleres
Traductora: Marilar Aleixandre
Año de publicación: 2021
Valoración: Muy recomendable
 
A estas alturas, es probable que no haga falta ninguna introducción del libro que reseño, Las malas mujeres de Marilar Aleixandre: publicada en gallego en 2021 por Editorial Galaxia, ganó el Premio Blanco Amor y el Premio Nacional de Narrativa, poco antes de ser publicada en español, traducida por la propia autora, en la editorial Xordica. Y aunque este Premio Nacional pueda haber hecho que muchos la descubran (descubramos), lo cierto es que Marilar Aleixandre es una autora con una larga y consolidada carrera, que incluye publicaciones académicas en diversas áreas, literatura infantil y juvenil, poesía y novela, además de diversas traducciones al gallego.
 
En toda esta larga trayectoria, hay elementos que le confieren cohesión y coherencia; uno de ellos, sin duda, es un impulso feminista que también se encuentra en la base de Las malas mujeres, y en el que Marilar Aleixandre fue pionera, ya durante el tardofranquismo. Porque esta novela es la recuperación de una memoria perdida y casi completamente invisibilizada de dos grupos de mujeres: la de las mujeres presas en la cárcel de La Galera, en La Coruña, de quienes no se sabe prácticamente nada, ni siquiera sus nombres, mujeres pobres, marginales, excluidas y castigadas, sin voz ni justicia (más allá de la justicia cruel de los tribunales); y la de un grupo de mujeres liberales, que llegaron a alcanzar alguna pequeña cuota de poder en la sociedad española del siglo XIX, y que lucharon por mejorar las condiciones de vida de las mujeres del primer grupo.
 
Las malas mujeres es, así, una novela histórica, no solo por el periodo en el que se sitúa la acción (1863) sino también por la mezcla, podríamos decir que Galdosiana o Walterscottiana, de personajes históricos (cuyas acciones están en cualquier caso reconstruidas a través de la imaginación) con personajes ficticios pero verosímiles. De hecho, la novela incluye también documentos (como un "Reglamento de la casa de corrección para las mujeres de mal vivir", un "Contrato de maestras" o las cartas y escritos de Concepción Arenal) que le otorgan una mayor apariencia de veracidad al texto y que amplifican su significación, hasta convertirlo en el retrato de un colectivo, y no solo de dos mujeres de clases y destinos contrapuestos (Concha y Sisca).

Es cierto que la novela se construye, de hecho, fundamentalmente con una alternancia entre dos planos, ambos ligados con la cárcel de La Galera. Por una parte, el plano que reconstruye la vida de Concepción (o Concha) Arenal, en el periodo en que fue Visitadora de Prisiones, y en el que intentó, junto con las restantes componentes de la Sociedad de la Magdalena, dignificar las condiciones de las reclusas y ofrecerles una oportunidad a través de la alfabetización y el trabajo; y la de Sisca, una adolescente encarcelada por participar en un aborto clandestino (en una época en la que obviamente no los había de otro tipo), y que intenta navegar el tiempo de su condena entre la desesperación y la rabia.
 
Con todo, como decía antes, no son estas vidas las únicas que se muestran en Las malas mujeres. De hecho, se puede decir que esta es una novela polifónica, puesto que además de las historias y las voces de las dos protagonistas, y de los documentos ya mencionados, también se incluyen capítulos titulados "El mudo coro de las malas mujeres", en los que, al modo del teatro griego o del de Bertolt Brecht, las historias de varias mujeres son comentadas y amplificadas por un coro de voces femeninas. Y aún otra voz que se une al coro es la Rosalía de Castro, leída por las reclusas, no como ese monumento literario que hoy estudiamos en los manuales y que hay que venerar con respeto temeroso, sino como una poeta viva y cercana que consigue transmitir las vivencias y sufrimientos de las mujeres del pueblo, utilizando además su lengua, el gallego, para ello. 

No hay duda de que Las malas mujeres es una obra política, por la recuperación de la memoria de estas mujeres completamente borradas de la historia, o de aquellas mujeres que, como Concepción Arenal o Juana de Vega, lucharon por humanizar su vida y darles una oportunidad a través de la alfabetización o el trabajo digno; pero es, también, un texto literario poderoso y potente, hermoso y cruel, una obra con capítulos muy duros (el titulado "Lombrices" permanece sin duda en la memoria) y otros de un lirismo que se eleva hasta casi lo místico. Una obra más que recomendable, un Premio Nacional más que merecido, y una gran oportunidad para conocer la obra de una autora de trayectoria incuestionable.


Entrevista:
La siguiente entrevista fue grabada por zoom el día 31 de mayo de 2023. El sonido y la imagen están algo desincronizados, por algún motivo...
 


 

 

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