Idioma original: italiano
Título original: Il treno dell'ultima notte
Traducción: David Paradela
Año de publicación: 2008
Valoración: Recomendable
Una parte de la historia de Dacia Maraini coincide con la Historia del siglo XX, esa que se nos ha grabado a todos, aún sin haberla vivido, por la enormidad de la catástrofe, que nuestra cultura ha recogido en todo tipo de formatos, y que, lo queramos o no, forma parte de la memoria sentimental de los que llegamos más tarde. Ella, en cambio, tiene incrustado en sus recuerdos ese período de tres años que pasó en un campo de concentración nazi y la experiencia ha de reflejarse forzosamente en su quehacer literario. Pero la perspectiva cambia, no estamos ante un relato literal de lo ocurrido, ni siquiera se ha ambientado en esa época. Salvo algunos retazos aislados, lo que la autora viene a contarnos es la desolación de la posguerra, las heridas aún no cicatrizadas, la pobreza, la destrucción que aún no ha dado tiempo a reparar. El trauma en todo su apogeo tal como lo vivió la gente de entonces, aquí encarnada en Amara, en Hans Wilkowsky (más conocido como “el hombre de las gacelas”), en Emanuele y en otros de menor importancia. Entre ellos figuras del pasado, bien familiares de los protagonistas, bien personajes históricos, que van componiendo el cuadro conocido por todos desde diversas perspectivas dirigidos por la peculiar mirada de la autora y de los personajes a los que da voz.
Tal como indica el título, todo gira en torno al viaje, como concepto y también como realidad. Desde un punto de vista literal, no uno sino varios. Siempre en tren. Y alguno proyectado que nunca se realiza. Además, y no menos importantes, tenemos los viajes metafóricos: el viaje colectivo que representa la rebelión contra el poder por la esperanza de un mundo mejor, el que supone la transformación de una vida inocente en un ser corrupto y sin escrúpulos, la vuelta al pasado, a los diversos pasados que configuran ese presente de 1956, la proyección hacia el futuro, asumida por una Amara a medio construir con tantas posibilidades abiertas, la búsqueda como aventura viajera y temeraria, el viaje interior a causa de unas vivencias que los transforman imperceptiblemente.
Amara vivió la infancia y primera adolescencia junto a su gran amigo (y amor) Emanuele, que en pleno auge del nazismo se traslada con su familia desde Florencia a una Viena antisemita creyendo que eso les salvaría del horror. Durante dos o tres años, él la mantiene informada, luego el rastro se pierde. Pasa el tiempo y la adulta en que se ha convertido decide viajar hasta allá en busca de pistas. No sabe si está vivo o muerto ni qué fue de sus padres, pero quizá en Polonia o en Austria le den razón de su paradero. Ocasionalmente, se encuentra atrapada en Hungría viviendo la invasión rusa y la rebelión de sus habitantes. Encontramos, pues, todo un mosaico en el que se superponen el Holocausto y el auge de la Unión Soviética, la política de bloques en tiempos de la Guerra Fría y el terror y represión que esta supuso. Todo ello explicado a través de multitud de pequeñas historias particulares como teselas que lo van componiendo. (“Cuando uno está ebrio no se da cuenta de lo que hace. Estábamos borrachos como cubas y nos habíamos enamorado de un criminal. Esas cosas pasan ¿sabe?”)
En el transcurso de su búsqueda, nuestro personaje principal se enfrenta, como he dicho, a hechos históricos pasados y presentes, pero ¿consigue encontrar a Emanuele o al menos información fiable de lo que le ocurrió durante la guerra? Este es un dato clave pero para saber qué le pasó tendréis que leer la novela. Os aseguro que merece la pena, aunque creo que la autora se detiene demasiado en los detalles alargándola innecesariamente y bajando un poco su calidad. Aun así sigue siendo literatura de primera, tan cruda como podéis imaginar, no apta para estómagos sensibles, pero trepidante, repleta de aventuras y profundamente realista.
4 comentarios:
¡Qué casualidad! Hace unas semanas me decidí a comprar mi primer libro de esta autora siciliana después de haberlo visto hablar en un programa televisivo. Miré en ULAD a ver si había alguna reseña que me guiara, pero no encontré ninguna. Estuve dudando entre este libro y La larga vida de Marianna Ucrìa, y al final me llevé el otro. Por ahora me está gustando. ¡Quizás me anime con este en el futuro!
Pues casi me alegro de que no hayamos coincidido porque así tienes otra opinión, ya que sospecho que estaremos bastante de acuerdo. Si lo lees me gustaría saber qué te ha parecido, espero no equivocarme.
Hola de nuevo, Nieves. He terminado la novela que mencioné y me parece que tiene algunos puntos en común con esta que reseñas aquí, pero me parece también que no es de gran calidad. La larga vida de Marianna Ucrìa está bien y ahí se queda: yo diría que es dispensable. Está ambientada en la Sicilia del s. XVIII y cuenta la historia de Marianna y su familia, aunque después de varios centenares de páginas uno tiene la impresión de no conocer de ninguno de ellos más que detalles superficiales y anécdotas escabrosas. La trama es un poco folletinesca, y la escritura está afectada de un folclorismo demasiado a propósito, con muchísimas palabras y expresiones en dialecto siciliano entrecomilladas, tanto en la narración como en los diálogos, ¡incluso en los diálogos escritos por los personajes de la novela!
En fin, una novela de intención exótica que se lee bien pero con cierto recelo, como si uno tuviera el temor constante de que se pase de cursi o amanerada. Mi opinión.
Un saludo!
Pues me has quitado las ganas de leerla, pero algo suyo caerá aunque no ahora, claro. Tiene mucha obra así que hay dónde escoger.
Sobre la poca caracterización de personajes, si no tiene un protagonista claro (novela coral) por centrarse en lo histórico es lógico que sea así, en la que he reseñado hay algo de eso pero los 3 principales tienen objetivos y comportamientos que les definen.
Y gracias por la estupenda minireseña que has hecho.
Publicar un comentario