domingo, 9 de enero de 2022

Las tres Marias: Nuevas cartas portuguesas

Idioma original: portugués
Título original: Novas cartas portuguesas
Traductor/a: De la edición de Grijalbo de 1976, Eduardo Butragueño, Esther Donato y Pedro Gonzalez-Blanco; de la edición de La Umbría y la Solana de 2022, veremos...
Año de publicación: 1972
Valoración: Muy recomendable / Imprescindible 
 
 
Antes del libro
En 1971, Maria Teresa Horta publicó Minha senhora de mim, su noveno libro de poemas, una exploración del deseo y el cuerpo femenino; la reacción del régimen del Estado Novo fue inmediata y bestial, como cuenta la propia autora: el libro fue aprehendido, su editora amenazada ("aunque sea la historia de Caperucita Roja, si vuelve a publicar algo que lleve el nombre de Maria Teresa Horta le cierro la editorial", le dijeron), y la escritora comenzó a sufrir el acoso constante de la PIDE, la policía política del régimen, y sus secuaces. Este acoso culminó cuando dos hombres desconocidos la agredieron a la salida de su casa, cerca del Arco do Cego en Lisboa, "para que aprendiera a no escribir como escribía". 

Unos días después, Maria Teresa Horta se reunió con sus amigas Maria Isabel Barreno y María Velho da Costa, también escritoras, con las que almorzadaba todas las semanas. Ver las huellas de la agresión en la cara de su amiga las indignó, y fue Maria Velho da Costa, dicen, quien pronunció la frase que dio origen a las Nuevas cartas portuguesas: "Si por lo que escribe una mujer arman todo este escándalo, ¿qué harían si fuésemos tres?". Una semana más tarde, por iniciativa propia, Maria Isabel Barreno llevó a su encuentro semanal la que sería la primera página de las Nuevas cartas portuguesas. Nacía así, gracias, irónicamente, a la represión de la PIDE, uno de los clásicos de la literatura y de la lucha feminista portuguesa, y un símbolo de la agonía del Estado Novo.

La escritura del libro duró nueve meses, como un embarazo (en palabras, nuevamente, de Maria Teresa Horta); las tres autoras lo escribieron conjuntamente: cada una de ellas aportaba sus textos con total libertad, los discutían entre todas, y entre todas iban cosiéndolos en un conjunto múltiple y unitario al mismo tiempo. Nunca han desvelado (ni nunca lo harán) qué pasajes salieron de qué manos, para mantener la idea de obra colectiva, en la que todo el texto debe ser considerado de la autoría de las tres, y también para protegerse de la censura, que quería poder identificar a la autora de los fragmentos más "pornográficos" o "inmorales". Y leyéndolo resulta difícil, de hecho, imaginar que hayan sido varias personas diferentes las que compusieron aquel texto, o aquella constelación de textos.

La publicación del libro tampoco fue sencilla: su espíritu decididamente feminista, provocador, con algunas pasajes eróticas y otras revolucionarias, hacía suponer que seguiría el mismo destino que Minha senhora de mim. Tres editoriales se mostraron inicialmente interesadas: la Europa-América, dirigida por Leão de Castro; a Moraes Editora, en la que colaboraba Pedro Tamen; y los Estúdios Cor en que trabajaba como editora Natália Correia. Finalmente, fue la firme voluntad y decisión de esta última la que consiguió no solo que la obra viese la luz, sino que se publicase íntegramente y sin los cortes que sugerían los dueños de la editorial. Así, en 1972, hace ahora exactamente cincuenta años, se publicaron estas Nuevas cartas portuguesas y cambiaron la historia de la literatura femenina y feminista en Portugal.

 
El libro
Para comprender el contenido de las Nuevas cartas portuguesas es imprescindible conocer otro texto muy anterior, las Cartas portuguesas (también conocidas como Cartas de amor de una monja portuguesa), de 1669. Es este un texto misterioso y polémico, muy popular e imitado en su época, publicado originalmente en francés, y que supuestamente recoge cinco cartas enviadas por una monja portuguesa, Mariana Alcoforado, a su amante, un soldado y noble francés a quien conoció en el transcurso de las Guerras de Restauración. La autoría de las cartas (originalmente consideradas auténticas) ha sido muy discutida, aunque los especialistas actualmente coinciden en atribuirla a Gabriel-Joseph de La Vergne, conde de Guilleragues.

Las "tres Marias", como pasaron a ser conocidas, usan este texto como el punto de partida sobre el cual construir su propia obra, en forma de reescritura y contrapunto, que no parodia. Así, las Nuevas cartas portuguesas retoman, actualizan y transforman el personaje de Mariana Alcoforado, de su amante francés y de otros personajes que fluctúan a su alrededor, y los combinan con sus propias voces y circunstancias, así como con los de otras "Marías" anónimas, históricas y contemporáneas. Con estos mimbres tejen una reflexión sobre el machismo, el patriarcado (aunque no le den ese nombre), la lucha de las mujeres por la libertad y la igualdad, la exploración del deseo y la sexualidad femenina o la resistencia contra el poder del Estado (Novo). Se construye así un objeto múltiple, fragmentario, experimental, pero al mismo tiempo coherente tanto en temas como en estilos, a pesar, como decíamos, de su autoría múltiple.

El propio índice del libro ya denuncia este carácter múltiple y fragmentario, así como la relación con el texto que le sirve de inspiración: así, junto a fragmentos titulados "Primera Carta I", "Segunda Carta I", "Tercera Carta I", etc. (cada uno de ellos, es de suponer, escrita por una de las autoras), que dominan sobre todo la primera parte del texto, se introducen otros de título y contenido variable, como "Teresa", "Isabel" y "Fátima" (los nombres de las escritoras); "La madre", "El padre" y "La hija"; "El cuerpo" o "La cárcel", por mencionar solo algunos. El modelo intertextual (la monja seducida y abandonada, como símbolo de la represión y la explotación de las mujeres a lo largo de la historia) ofrece el soporte textual e intelectual al conjunto. Copio un ejemplo que me parece representativo, del fragmento "Extractos do diário de D. Maria Ana, descendente directa de D. Mariana sobrinha de D. Mariana Alcoforado, e nascida por volta de 1800":
 
Deixemos as freiras, que não são caso único. Que mulher não é freira, oferecida, abnegada, sem vida sua, afastada do mundo? Qual a mudança, na vida das mulheres, ao longo dos séculos? No tempo de tia Mariana as mulheres bordavam ou teciam ou fiavam ou cozinhavam, sujeitavam-se aos direitos de seus maridos, engravidavam, tinham abortos ou faziam-nos, tinham filhos, nados-mortos, nados-vivos, tratavam dos filhos, morriam de parto às vezes, em suas casas, com móveis, cadeiras, cortinados; estamos em tempo de civilização e de luzes, os homens fazem livros científicos e enciclopédias, as nações mudam e mudam a sua política, os oprimidos levantam a voz, um rei de França é decapitado e com ele os seus cortesãos, os Estados Unidos da América do Norte tornam-se independentes... que mais? Que mais me interessa enunciar a história? O que mudou na vida das mulheres? Já não tecem, já não fiam, talvez, porque se desenvolveram a indústria e o comércio; as mulheres bordam, cozinham, sujeitam-se aos direitos de seus maridos, engravidam, têm abortos ou fazem-nos, têm filhos, nados-mortos, nados-vivos, tratam dos filhos, morrem de parto, às vezes, em suas casas, onde apenas mudou o feitio dos móveis, das cadeiras e dos cortinados.

 

[Dejemos a las monjas, que no son caso único. ¿Qué mujer no es monja, ofrecida, abnegada, sin vida propia, alejada del mundo? ¿Qué cambios ha habido en la vida de las mujeres a lo largo de los siglos? En los tiempos de la tía Mariana las mujeres bordaban o tejían o hilaban o cocinaban, se sometían a los derechos de sus maridos, se quedaban embarazadas, tenían abortos o los provocaban, tenían hijos, muertos o vivos, cuidaban a los hijos, morían a veces durante el parto, en sus casas, con muebles, sillas, cortinas; estamos en la época de la civilización y de las Luces, los hombres escriben libros científicos y enciclopedias, las naciones cambian y cambian su política, los oprimidos levantan la voz, un rey de Francia muere decapitado y con él todos sus cortesanos, los Estados Unidos de América del Norte se independizan... ¿Y qué? ¿De qué me sirve a mí relatar toda esta historia? ¿Qué ha cambiado en la vida de las mujeres? Quizás ya no tejen, ya no hilan, porque se han integrado en la industria o el comercio; las mujeres bordan, cocinan, se someten a los derechos de sus maridos, se quedan embarazadas, tienen abortos o los provocan, tienen hijos muertos o vivos, cuidan a sus hijos, mueren a veces durante el parto, en sus casas, donde tan solo ha cambiado el estilo de los muebles, de las sillas y de las cortinas] (Traducción mía)

 
De hecho puede percibirse en el texto una progresión en su relación con el original del siglo XVII: mientras que en la primera parte abundan los textos escritos desde la voz o el universo narrativo de las Cartas portuguesas, a medida que la obra de las Tres Marías avanza se va desligando del modelo, dando cabida a reflexiones o digresiones sobre la represión de las mujeres (como el titulado "monja sangrienta", que poéticamente presenta una lista de mujeres acusadas de brujería, posesión diabólica o herejía); a fragmentos de enorme sensualidad y belleza (como los fragmentos "Alba" o "Texto sobre la soledad", entre muchos otros), a poemas líricos con una evidente vinculacióno e inspiración en la poesía popular y cancioneril, y también a una mayor presencia de la voz de las propias escritoras y de su contemporaneidad (incluido un fragmento del Código Penal Portugués sobre el adulterio), y también a una mayor experimentación verbal o formal en torno a los mismos temas y personajes, hasta llegar a los capítulos titulados como "juegos", ya hacia el final del volumen:

M A R I A A
N N M N

M A R I A N A A
R I

I M R
MARIANA

A M R
R A I

I L A
A N

N A
A

 
Una obra tan extensa y tan rica como esta daría para análisis muy extensos (existen de hecho proyectos dedicados a esta obra, como los coordinados por Ana Luísa Amaral con motivo de los 30 y los 40 años de su publicación), y este ya va bastante largo. Es en todo caso una obra apasionante, por su variedad, su ambición y por la belleza de muchos de sus fragmentos. Y también, naturalmente, por su espíritu feminista y revolucionario, y por el contexto y el modo en que fue escrito.
 
 
Después del libro
Tal como los editores (y sin duda las autoras) del libro adivinaban, el régimen del Estado Novo se cebó casi de inmediato con las Nuevas Cartas Portuguesas: el día 25 de mayo de 1972 la censura consideró el libro inmoral y ofensivo para las costumbres, y dio orden a la Policía Judicial para que secuestrase el libro y detuviese a sus autoras. Tanto ellas como la editora, Natália Correia, fueron acusadas de un crimen de "abuso de la libertad de prensa". El propio Marcelo Caetano, el sucesor de Salazar en el puesto de Presidente del Consejo, las acusó de colaborar con los enemigos del país, y de ser indignas de considerarse portuguesas.
 
Con lo que el régimen no contaba era con que esta represión contra las Tres Marías despertaría una ola de solidaridad internacional sin precedentes en Portugal: las tres autoras enviaron copias de su libro a destacadas líderes feministas, como Simone de Beauvoir, Marguerite Duras o Christiane Rochefort, que difundieron su historia y su obra en el extranjero, a través de traducciones y lecturas públicas, transformándolas en un símbolo de la lucha por la democracia y por la libertad de las mujeres.

Sea por la presión internacional, o por la propia situación agónica del régimen, el juicio sufrió varios aplazamientos, de forma que la sentencia solo llegó ya después de la Revolución del 25 de Abril. Las tres escritoras fueron absueltas, y el juez incluso dejó en la sentencia apasionados elogios a la calidad de la obra, elogios que seguro que se habría ahorrado si la Revolución hubiera fracasado.

En España, como se puede imaginar, las Nuevas Cartas Portuguesas solo fueron traducidas después de la llegada de la democracia (lo que no quiere decir que antes no circulasen otras versiones). En el año 1976 la editorial Grijalbo publicó una traducción realizada por Eduardo Butragueño, Esther Donato y Pedro Gonzalez-Blanco, que está ya descatalogada y resulta difícil de encontrar, incluso en librerías de segunda mano. La buena noticia, con la que puedo acabar esta reseña, es que sé "de buena tinta", como se suele decir, que la editorial La Umbría y la Solana prepara una nueva traducción, que se integrará en su colección de literatura portuguesa. Si esta traducción llega a tiempo para aparecer en 2022, sería una magnífica forma de celebrar los 50 años de su publicación original. Y si no llega este año, cuando llegue será una gran noticia, en cualquier caso.

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