domingo, 22 de marzo de 2020

Pola Oloixarac: Mona

Idioma original: español
Año de publicación: 2019
Valoración: se deja leer

Quizás partiera de la base de un cierto hype, pero Las teorías salvajes, contundente titulo que publicó hace años en Alpha Decay, me decepcionó. Y no sé si solo a mí, porque pasado el tiempo no he vuelto a enterarme de su obra hasta encontrarme entre las novedades de mi biblioteca con este Mona, título bastante más discreto que predispone menos sobre el contenido, que no revela tanta ambición y que indudablemente refiere a obra de otro perfil.
Mona es la protagonista, claro, en este caso escritora peruana que acude a un reputado y suculentamente dotado premio literario a un país escandinavo y que, mientras ha sido convocada entre otros escritores lleva una vida plácida y contemplativa alternando con sus colegas y contendientes y especulando para sí con sus posibilidades de alzarse con el galardón. Se trata de una primera parte de una relativa tensión literaria, con cierto aire autobiográfico o auto-ficcional, algo de tensión sexual con una escritora joven y admirada que se desplaza en diversos escenarios, pasajes en que la prosa de la argentina es reconocible, siempre algo escorada hacia la enumeración de referencias culturales de todo tipo, multiculturales en este caso pues los encuentros son con jóvenes escritores, también ellos aspirantes. 

En resumen, una trayectoria clara, ligeramente frívola, como si esa comunidad de jóvenes talentos literarios fuera a ser un hervidero de hormonas y los escarceos sexuales sustituyeran a las poco estimulantes tertulias entre señores sedudos, que suelen protagonizar este tipo de eventos. Es una evolución casi caribeña, los escritores parecen deambular y relacionarse en algo que podríamos llamar intriga.
Todo parece sugerir que la novela entonces consistirá en una especie de crescendo e incluso que pueda escorarse hacia algo parecido a una evocación simbólica de la actualidad de la literatura, como si la novela fuera ambiciosa de repente y pudiera establecer paralelismos con ciertas corrientes.
Pero ni siquiera tenemos el consuelo de ese viraje post-moderno, ni siquiera tenemos la oportunidad de un final absurdo pero alineable con cualquier interpretación en un plano metafísico. A cambio de ello, se nos proporciona un final absurdo desde todos los sentidos, una especie de colofón como si la autora estuviera hastiada y necesitara concluir la novela que había transitado sin sobresaltos, necesitara un golpe de efecto o alguna cosa así y le saliera la escena grotesca, incongruente y zafia con la que da la cosa por acabada.

1 comentario:

ChuangTzu dijo...

Con Las teorías salvajes tuve bastante, gracias