viernes, 26 de julio de 2019

Ádám Bodor: Los pájaros de Verhovina (Variaciones para los últimos días)

Idioma original: Húngaro
Titulo original: Verhovina madarai
Traducción: Adan Kovacsics
Año de publicación: 2019
Valoración: Bastante recomendable

Me sorprende la escasa repercusión que tienen, en general, los autores y libros que Acantilado se empeña (afortunadamente) en traernos desde Europa del Este. Es el caso, sin ir más lejos, de dos de las más recientes referencias de la editorial barcelonesa: el "Lealtades y traiciones" de Aleksandar Tisma y este "Los pájaros de Verhovina" de Ádám Bodor, dos buenos libros que han pasado absolutamente desapercibidos en la vorágine de las novedades, tanto es así que, salvo que aparezca algo en los días que transcurren desde que escribo la reseña hasta que se publica, no encontraréis en la "prensa especializada" ninguna mención a esta última obra. En fin, misterios del mundo editorial.

El caso es que este "Los pájaros de Verhovina" es un libro de lo más recomendable, aunque haya que reconocer que ni es un libro "agradable" ni Bodor es un escritor "fácil". Vaya, que requiere un pequeño esfuerzo por parte del lector para entrar en sus formas y en sus ritmos. Eso sí, el esfuerzo tendrá su recompensa, de verdad.

Si por algo destaca Bodor es por una escritura tremendamente seca, áspera y fría, en la que adornos estilísticos y concesiones a la galería brillan por su ausencia. Fondo y forma van indisolublemente unidos en él. Y es que la sobriedad narrativa parece ser imprescindible para hablar de un mundo cerrado y aislado (no solo geográficamente) como es el asentamiento de Jablonska Poliana en el que transcurre la historia o, más bien, las historias de "Los pájaros de Verhovina". Porque esta obra puede ser leída bien como novela, bien como relatos entrelazados. Los trece relatos que la componen comparten protagonistas, aunque cada uno de ellos tenga un personaje más o menos central, escenarios y atmósferas asfixiantes. En Jablonska Poliana no sucede nada. Sus habitantes viven unas vidas vacías en las que sus principales quehaceres son las rutinarias tareas en las que se enfrascan y la espera de la llegada de los mensajeros de un poder tan arbitrario como invisible.

- ¿Por qué? ¿Usted a dónde va?
- No lo sé. A donde me lleven
- ¿Y cuándo volverá?
- Nunca
- Pero, dígame algo para que lo entienda
Hizo un gesto de resignación con la mano

A pesar de la citada sobriedad de la escritura, y quizá debido a ese mundo cerrado que se representa y a la necesidad de hallar alguna forma de evasión para sus habitantes, encontramos multitud de referencias míticas y elementos que emparentan a "Los pájaros de Verhovina" con el realismo mágico. Ejemplo de lo primero es el omnipresente libro de Eronim Mox, que incluye desde recetas de cocina a historias sobre el pasado de Verhovina. Ejemplos de lo segundo serán personajes como Nika Karanika, mitad enfermera mitad bruja, y Klara Burszen, solterona que espera desde hace años la llegada de un nebuloso oficial húngaro, o imágenes como la del jabalí ahogado en una alberca o la de la chica embarazada durante casi dos años. 

La combinación de estos dos elementos, sobriedad y realismo "mágico", contribuye a crear una atmósfera al mismo tiempo sugerente y turbadora y hace de "Los pájaros de Verhovina" un libro oscuro y denso, reflejo de un mundo opresivo y de unas gentes resignadas a su desgracia que, pese a las posibles "dificultades iniciales" para el lector, merece más atención de la que hasta ahora se le ha dispensado.

También de Ádám Bodor en ULAD: La visita del arzobispo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acantilado es una editorial increíble. Sólo por haber publicado los Ensayos de Montaigne y la Vida de Samuel Johnson de Boswell se ha ganado el cielo.

Pd: haber cuando reseñais semejantes ochomiles!

Saludos

Koldo CF dijo...

Sí, Acantilado es de mis favoritas. Ahora, lo de Montaigne y tal no lo veo a corto plazo. Todo es cuestión de ir mentalizandose.

Un abrazo