Idioma original: portugués
Título original: Os Lusíadas
Año de publicación: 1572
Valoración: Ufff
Es difícil enfrentarse ingenuamente, con la inocencia del lector que lee únicamente por placer, a obras que tienen el peso histórico y canónico de Os Lusíadas, de Camões, y más cuando se vive en Portugal, un país en el que todos los niños están, al menos en teoría, obligados a leer esta obra con 14 o 15 años. En la figura de Camões (o como se solía escribir en español, Camoens) se siente todo el peso de la historia y la crítica literaria: desde que fue exaltado por los románticos europeos como gran poeta de la nacionalidad hasta hoy, son miles las páginas escritas (sobre todo, pero no solo, por portugueses) alabando la inventiva del escritor, su estilo, su originalidad, su fuerza poética, su elocuencia.
Y se comprende perfectamente que esto sea así, en cierto modo. Os Lusíadas es, más que ninguna otra que yo conozca, una epopeya "nacional", o sea, de exaltación de la patria y su glorioso destino. El argumento central, que, eso sí, contiene muchos desvíos, narra el viaje de Vasco de Gama desde Lisboa hasta la India, dentro de las campañas de Descubrimientos de los portugueses en Asia. Este viaje se ve entorpecido por la oposición de Baco y ayudado por Venus (en una mezcla de mitología clásica y exaltación cristiana que puede resultar chocante, pero que es muy de su época). Entre los peligros que encuentran a su paso se incluyen las traiciones de los pérfidos musulmanes (Os Lusiadas sería una obra muy del gusto de Trump, si supiese leer), monstruos mitológicos como Adamastor, titán que habita el Cabo de las Tormentas, o las propias tempestades marinas, provocadas (o no) por los dioses. Afortunadamente para los marineros de Vasco de Gama, su llegada a la India tiene premio doble, porque a su regreso son empujados por Venus hasta la Isla de los Amores, donde tienen ocasión de reposar en brazos de bellísimas ninfas.
No seré yo quien ponga en duda la maestría estilística y versificadora de Camões, no solo por escribir un poema de diez cantos en octavas perfectas, sino sobre todo porque la obra tiene fragmentos, sin duda, que dan para leer y releer y disfrutar y analizar cada una de las palabras escogidas, cómo fueron escogidas y colocadas en el poema, y los efectos que se consiguen con ellas. Algunos episodios, como el de Adamastor o el de la Isla de los Amores (que es el más picante de todos, claro), o también algunos pasajes en que la épica deja paso a la lírica, se destacan sobre el conjunto y han sido justamente ensalzadas por la crítica y retomados por la cultura portuguesa posterior.
Y sin embargo, sin embargo... la lectura íntegra y seguida de Os Lusíadas no es, me temo, una experiencia placentera, no ya para un niño de doce o trece años, sino ni siquiera para un lector adulto medio, especialmente uno que no sea portugués. Una parte importante de su contenido (los cantos III y IV, y también el VIII) está dedicado a contar la historia de Portugal, desde su fundación mítica hasta los tiempos de Camões, y a presentar a algunos de sus héroes nacionales, como Viriato, Afonso Henriques o Egas Moniz. Los pasajes en que los dioses discuten sobre el destino de los héroes tampoco son lo más atractivo del poema, por decirlo finamente. Quiero decir que hace falta una sensibilidad poética muy afinada, un patriotismo portugués muy exaltado y/o un gusto muy depurado por los clásicos para que Os Lusíadas no se haga pesado hasta el punto de sentir la tentación de abandonarlo.
En resumen, lo que quiero decir (y de ahí la valoración tan peculiar que le he puesto) es que en esta obra existe una distancia enorme entre el valor filológico de la obra, e incluso su valor estético como monumento de la lengua portuguesa, y el placer que esta obra puede proporcionar actualmente a un lector no académico. No es, desde luego, una lectura adecuada para principiantes, salvo que sea dada en pequeñas dosis y con mucha ayuda. Y me pregunto hasta qué punto muchas de las personas que alaban esta obra como siendo una maravilla del arte literario realmente la han leído, la han entendido y han disfrutado con ella, o si simplemente repiten lo que se les dijo que tenían que decir (algo que, por otra parte, cabe preguntarse de la mayor parte de los grandes clásicos).
Y creo que con esto, he perdido cualquier posibilidad de conseguir algún día la nacionalidad portuguesa.
7 comentarios:
Buena reseña, obrigado. Me gusto la conclusión final sobre todo, y en menudos charcos te metes, oye... ¿La nacionalidad lusa? Iluso.
Gran reseña, enhorabuena
Portugueses he leído a pessoa saramago y antunes? Con qué grandes me recomiendas continuar a parte de los obligados camoes y eça? Gracias
Gracias por los comentarios, tenía miedo de que me sacasen de Portugal a gorrazos :D
En el blog hemos reseñado ya unos cuantos escritores portugueses: http://unlibroaldia.blogspot.com/search/label/escritores%20portugueses
Yo diría que los realmente imprescindibles son Eça de Queiros, Pessoa, Saramago y Lobo Antunes. Un gran desconocido que merecería más fama es Cardoso Pires, por ejemplo con El delfín. También son interesantes Raúl Brandão, Teixeira de Pascoaes, Maria Judite de Carvalho, Lídia Jorge, Agustina Bessa-Luís, Vergílio Ferreira, José Régio (el Buero Vallejo portugués, por decirlo de alguna forma); en poesía Helberto Helder, Sophia de Mello Breyner, Al Berto... De los novelistas actuales el más (re)conocido es Gonçalo M. Tavares; también tiene buena fama valter hugo mãe (así, en minúsculas), Afonso Cruz, Dulce Maria Cardoso, Alexandra Lucas Coelho...
Seguro que me dejo muchos, pero ahí tienes algunas cuantas ideas.
Me interesa la obra de vergilio ferreira actualmente reeditado por acantilado. Que tal su obra? Graciass y saludos
Adamastor... También sale mucho en la estupenda El año de la muerte de Ricardo Reis
Querido Santi, es un uffff meditado y justificado. Lo leí hace ya muchos años . Estando convencida de que me enteré, siendo generosa, de la mitad, es otro de los libros que te marcan. Desde entonces veo a Portugal, ese vecino tan desconocido, con otros ojos. Lo fundamental del libro no es para mi la narración , más o menos exagerada, de las correrías de Vasco de Gama sino la constatación de que un país tan pequeño tiene una fabulosa historia detrás. Le guardo mucho cariño y de vez en cuando lo rescato de la estantería aunque sólo sea para olerlo y acariciarlo. Vaya ufff, Santi, uffff. Imagino que por mucho que se empeñe un extranjero jamás nos conocerá del todo sin conocer El Quijote. Son dos libros que para mi van mucho más allá de lo estrictamente literario, tienen alma
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