martes, 18 de junio de 2013

Ian McEwan: Sábado

Idioma original: inglés
Título original: Saturday
Año de publicación: 2005
Traducción: Jaime Zulaika
Valoración: recomendable

Henry Perowne es un hombre feliz. Vaya: la contratapa ya me presenta un mejor augurio que algún otro libro de McEwan. Si bien debo reconocer que el aire british aquí no es tan añejo, sí que me pone algo nervioso el inmediato aroma clasista que trasluce apenas nos adentramos en las páginas de esta novela. Que nos presenta a una idílica familia de triunfadores, una especie de familia Addams del talento multi-disciplinar (conseguido a base de codos y esfuerzo, pero cuyo rendimiento económico es disfrutado sin cortapisas: esta es una novela tan post-2001 como pre-2008) en la que cada pieza encaja en sus goznes, hasta que un hecho casual lo altera. Como McEwan es un escritor solvente, el hecho se enmarca en Londres, en medio de un día de manifestaciones, en medio de tumultos y cortes de tráfico en los que se encuentra Perowne, reputado neurocirujano (alguna de sus intervenciones muy documentadamente descrita por el autor) y hombre feliz, que lo único que quiere es volver a casa tras una dura jornada en el quirófano.

Pero todo se tuerce, y la burbuja de clase alta en la que Perowne y su familia viven plácidamente estalla, y la familia se ve obligada a interactuar con un entorno no tan afortunado como el suyo. Un poco al uso del Sherman McCoy de La hoguera de las vanidades, Perowne se mete con su coche de lujo en un barrio equivocado.  Y ese es el hecho casual que marca la novela. Eso, y el dilema ético del protagonista, que ni con serio peligro de su integridad abandona su profesión y su ética. Todo muy cinematográfico, todo muy bien pergeñado, pero con un tono, a mi gusto, algo excesivamente moralizante. Como si los malos lo fueran tanto que no dejan ni a los buenos que sean buenos. Por lo demás, la ambientación de la novela es muy buena y el estilo de McEwan no tiene nada que se pueda reprochar. Puede que una pizca de frialdad, pero son  indiscutibles su oficio y su eficacia como escritor.

Aunque le sobran unas cuantas páginas para una trama tan sucinta, Sábado es una buena novela. Elegante, visualmente muy efectiva (me sorprende que a nadie se le ocurriera adaptarla para el cine) y con un indudable toque contemporáneo que la hace muy disfrutable. Puede que el tiempo le pase factura algo más aprisa de lo normal. En el mundo de hoy en día ese perfil acomodado de sus personajes resulta algo fuera de lugar. La empatía que causa Perowne, educado y correcto en su afán de ayudar a los demás, veríamos si la causaría si su personaje fuera, no sé, un político o un ejecutivo de banca.


También de Ian McEwan en Unlibroaldía: aquí

11 comentarios:

el convincente gon dijo...

Francesc, le tienes un poco de tirria al McEwan, ¿no?

Unknown dijo...

Me encantan tus post de libros!! Ya he publicado un post con el SEXTO capítulo de mi libro, POR FAVOR deja un comentario con tu opinión acerca de él! Sigo tu blog :)

http://kate-rose-blair.blogspot.com.es/

Kiss

Francesc Bon dijo...

Gon !! gracias por el comentario: Pero si le puse "RECOMENDABLE"... y lo es. Al menos no es la "Obra menor definitoria de estilo que marcará una época" que es el auténtico disfraz bajo el que pretendió ocultar a C.... B..... Pero ahí yo le descubrí. Jeje.

Francesc Bon dijo...

Gracias Kate !! aparte de promocionar tu novela... comenta algo sobre nuestras lecturas, chica !!

Chari dijo...

No he leído nada de este autor, y aunque me llama algo la atención, creo que tu reseña me ha quitado un poco las ganas de leerlo, jajaja. Aunque lo tendré en cuenta si no sé que leer, por la etiqueta de "Recomendable"

Saludos ^^

Francesc Bon dijo...

Recomendable, esa es mi opinión, con los matices que expongo, pero indudablemente una muy buena novela escrita con mucho oficio.
Gracias por el comentario.

Josebla dijo...

Hola Cesc!
Mc Ewan me gusta, y por ello creo que le leo con un poco más de simpatía (condescendencia no me parece apropiada). Me gustó Expiación, no me gustó Chesil Beach (nada) y voy con Solar por la mitad, de buen grado. Me compré Sábado, y agradezco tu crítica. Te cuento cuando lo termine. Saludos

Francesc Bon dijo...

Pues agradecerte el comentario, Josebla, y confirmarte la coincidencia sobre Chesil Beach, cuestión que me ha deparado no pocas polémicas.

Natalia dijo...

Lo he leído recientemente, y aunque es indiscutible que McEwan es un muy buen escritor, en mi blog no lo he recomendado. Eso sí: le coges cariño a Henry, y eso tiene mérito teniendo en cuenta que lo fácil sería que resultara repulsivo por la vida de ensueño que tiene, por llevar un Mercedes y cosas parecidas.

Un saludo, y felicidades por el blog, es muy completo.

Aquí está mi crítica: http://criticaresunartesinigual.blogspot.com.es/

Anónimo dijo...

Uff! ¿Una novela escrita con mucho "oficio" es una buena novela?
Soy un lector omnívoro, pero a medida que me estoy acercando a la muerte leer novelas escritas "de taquito", para usar un lenguaje futbolero, no me hace mucha gracia.
Si Uds. se ponen a pensar bien, cualquier estudiante avispado de cualquier taller literario podría escribir "Sábado", La receta no es complicada: describa el despertar de una familia blanca, profesional y buen pasar, es decir, ricos, lindos y buenos, describa los recuerdos y anécdotas del protagonistas en su trabajo, su familia, el desayuno, el despertar de su mujer y de sus hijos, sus lícitos y limpios deseos sexuales, la relación con sus amigos de golf o de pelota paleta. Describa la marca de las pelotas de golf y disgregue largamente sobre ellas. Describa su auto, cómo ronronea el motor y disgregue largamente sobre eso. Describa la calle enfrente de su casa, sus vecinos y el perro que caga y disgregue largamente sobre ello. A continuación invente una anécdota improbable que ocurra un sábado a la mañana con gente fea sucia y mala. Cocinado ese paso, siga el camino del protagonista mientras conduce camino al golf o al gimnasio. Mezcle el recorrid con recuerdos de su familia y de un hijo o hija poeta. Eso le dará pie a escribir hojas y hojas de meditaciones sobre autores y obras franceses, alemanes, ingleses. Siga el transcurrir de ese sábado. Meche una nueva anécdota que ocurra a la tarde (quizás derivada de lo que ocurrió a la mañana). Eso permitirá que lector despierte de la modorra del discurrir culto literario que la lleva las tres cuartas partes de libro. Dos o tres páginas de acción y luego vuelta a discurrir en meditaciones acerca de la vida, los hijos, el suegro, las vacaciones en un improbable palacio en un improbable paraje e Francia. Disgregue sobre el paisaje francés y sus diferencias con el inglés. Antes de que concluya el sábado termine la novela con otra escena con un poco de acción que muestre cuán lindos y buenos son los protagonistas blancos frente a los feos y sucios protagonistas de otras razas. Si Ud. elige un protagonista con alguna actividad muy técnica (digamos cirujano de cerebro o ingeniero nuclear) eso le permitirá escribir hojas y hojas sobre ese trabajo. El lector no sabrá qué está diciendo, pero demostrará cuán culto es el autor y también el lector al tratar de entender esos inútiles tecnicismos. Como todos sabemos, la agobiante y aburrida información la puede extraer de Internet (puede delegar esa engorrosa tarea en su hijo o sobrino de 12 años). Si tiene algún amigo o profesor univeristarios que tenga la buena voluntad de informarle a cambio de aparecer en los créditos del libro, mejor.
Así, ya tiene la novela. Claro que le faltará lo más importante: una poderosa industria editorial que convenza a los críticos que se trata de novela que dará un giro a la historia de la literatura. Debe además escribir en inglés que, como se sabe, es el idioma de la gente que escribe libros que "revolucionan la literatura", que escriben "monumentos de erudición" con un "enorme esfuerzo de investigación" y que son de una sabiduría a la que nosotros, los que hablamos otras lenguas, debemos tener como ejemplos.
- ¿El genio literario?
- Bien gracias

Saludos desde Buenos Aires.

Alfredo
Alfredo

Anónimo dijo...

Lo leí hace tiempo y me pareció todo el rato una alegoría de la irrupción fundamentalista islámica en la sociedad occidental y del problema de la inmigración en general, creo que estaba reciente el 11M, sería por eso. De no ser así, me habría parecido más bien ligera en argumento y personajes, al menos en comparación con la magnífica Expiación que había leído previamente y que me llevó a Sábado y a 'Enduring Love'. Aunque solo sea por que obliga a la reflexión sobre la brecha entre clases, merece la pena, pero además la forma de narrar es de gran calidad, en mi opinión.