viernes, 8 de mayo de 2020

Irene Némirovsky: Nieve en otoño


Idioma original: francés
Título original: Les Mouches d’automne
Año de publicación: 1931
Valoración: Muy recomendable




Conocí a la Irene Némirovsky escritora leyendo El baile, una novela corta tan encantadora como bien construida, en la que satiriza a la buena sociedad del momento, profundicé más en ella gracias a la impresionante Suite francesa –de carácter coral– a pesar de su condición de inacabada, en opinión de su autora, claro, porque yo la encuentro perfecta. Aunque circunstancias históricas y personales la hayan colocado en un segundo plano, su calidad es comparable a autores centroeuropeos de primera fila en la época, como Josep Roth o Stefan Zweig. Pero la Irene que guardo en mi recuerdo es esa mujer que, imagino, escribiendo contra viento y marea, con las SS rondando su casa y su persona, para describir la guerra que se libraba en ese momento, tal como la vivía y tal como debió impactar en personajes muy parecidos a los que ella misma inventó. Algo de esa mujer voluntariosa, dispuesta a no rendirse nunca, pero humana y por ello vulnerable, ha quedado impreso en el carácter de Tatiana Ivanovna, la protagonista de Nieve en otoño.
La vieja aya de una antigua mansión señorial, propiedad de la familia Karin, ha criado a dos generaciones y se siente parte de la familia. Pero el mundo que conocía se desploma de repente bajo las botas de los revolucionarios rusos, y queda sola, al cuidado de la casa, rumiando recuerdos y atesorando esperanzas hasta que, cuando parecía que había tocado fondo, las desgracias se multiplican y huye en busca de sus señores, convertida en caja fuerte humana, ocultando valientemente en su cuerpo esas joyas que les proporcionarán un pequeño respiro.
Aquí acaba su función, la edad no le permite ser demasiado operativa, el amor y la lealtad no son valores en alza en ese tiempo y lugar, y queda como un cero a la izquierda con poco que ofrecer, confinada en sus nostalgias y tratando de salvaguardar sus valores morales. En menos de cien páginas y con los detalles justos, Némirovsky compone un cuadro impresionista dejando que el lector  complete caracteres, costumbres, hechos pasados, situación actual y cualquier otro dato relevante cercano al foco principal: el aya. Ella y su decadencia, no solo física pues, aunque no quiera, el desánimo va haciendo mella en su persona. Anhela ese frío, esas nieves tempranas, que representan su tierra, su juventud y un pasado mucho más feliz.
Cuando somos capaces de identificarnos con un personaje así, cualquiera que sea nuestra edad, o con un lugar muy concreto aunque vivamos en la otra punta del planeta, no hay duda de que detrás hay mucho trabajo unido a un talento excepcional. Irene Némirovsky ha sabido narrar como nadie el exilio, la decadencia de toda una saga familiar, incluso de un país, y partiendo de Rusia, de cualquier territorio que pase por circunstancias convulsas, que son todos en algún momento. Es más, con gran economía de medios, ha descrito el esplendor de los grandes y la tragedia de su caída. Ella, la protagonista, es la personificación de ese imperio que se hunde, aunque las glorias pasadas no sean más que modestos logros personales y nunca pasen a la historia.

9 comentarios:

Unknown dijo...

Grande escritora!

Montuenga dijo...

Tú lo has dicho, nada que añadir.

Anónimo dijo...

Lei el novio y me encantó... Kempes 19

Anónimo dijo...

Perdon el baile. Que me lo dejó el novio de mi hna. Hoy marido . Perdón montuenga. Kempes 19

Montuenga dijo...

Jeje. Ya decía yo que no me sonaba ningún novio. El baile también está reseñado, si te gustó quizá te guste este, aunque es un poco más triste.

Gabriel Diz dijo...

Hola Montuenga:

Leí de Némirovsky “Suite Francesa” y “La presa” y me pareció una escritora de cierto clasicismo para narrar. Prolija. Me gustó mucho y coincido en lo que dices de ella.

Saludos

Montuenga dijo...

Pues sí, tenía ya bastantes títulos publicados y prestigio suficiente cuando los nazis se la llevaron a un campo de concentración (dónde murió, creo que de tifus) sin tiempo para acabar Suite francesa. Si tienes la misma edición que yo, habrás leído en el Anexo toda la historia.
Una pena que nos hayamos perdido el resto de su carrera literaria.

Anónimo dijo...

Casualmente, este es el único libro que he leído de Irene Nemirovski, y coincido totalmente con lo que expresas en tu reseña, Montuenga. Me pareció una pequeña joya. Tengo pendiente el resto de su obra, que por cierto es amplia, a pesar de la tragedia que precipitó su final.
Creo haber comentado que mis abuelos vinieron a la Argentina desde Rusia, por lo que estoy muy familiarizado con su cultura, sus creencias, sus inmensos logros en diversos planos (literatura, música, ciencia y tecnología) y sus inmensos fracasos, que no enumeraré pero que de un modo u otro confluyen en el autoritarismo, ya sea de los zares o del regimen soviético. Y Nemirovski lo retrata todo tan bien!
Gracias por traer esta novela a ULAD!

El Puma

Montuenga dijo...

Totalmente de acuerdo contigo en relación a esta novela. Y creo que disfrutarías Suite francesa, es un novelón.
En cuanto al resto de su obra, llevo tiempo pensando en buscarla pero con tanto título pendiente no es fácil. Sobre todo porque no tengo ni idea de si están disponibles aquí en España. Y aprovecho para pedir información a los que me leéis para cuando se puedan visitar las librerías.
Saludos, Puma, y felicitaciones porque las tradiciones familiares son un tesoro a conservar que muchas veces queda en el olvido.