jueves, 3 de marzo de 2016

Tom Spanbauer: Yo te quise más



Idioma original: inglés
Título original : I loved you more
Año de publicación: 2014
Traducción: Cruz Rodríguez Juiz
Valoración: imprescindible

Esta gente de Goodreads. Hay que etiquetar los libros. Bueno; aquí también lo hacemos, por eso. Pero eso de decir que este libro está en la categoría queer o gay...me temo que solamente sirva para limitar el rango de potenciales lectores de esta colosal novela.
Rango que debería ser "todo el Universo", por cierto.
Lo que hace Spanbauer en esta narración con muchos tintes autobiográficos (demasiadas similitudes entre Ben Grunewald y la biografía real del escritor, que, en aras de lo que uno desearía, que es que todo el mundo lea este libro, intentaré no desvelar), es, no creo estar exagerando, despiezar la complicada existencia de quien decide no condicionar su vida por la elección de una u otra opción sexual. Así que, me pongo cursi, Yo te quise más (título no muy afortunado), es un canto al amor, a la amistad, al respeto, y a la vida. También lo es al rencor y a otros sentimientos que surgen del amor no correspondido.

Ben Grunewald es escritor y es homosexual. Procede de una familia tradicional de Idaho. Mala relación  con su padre, buena con madre y con hermana. Está enamorado de Hank Christian, el Maroni, escritor y heterosexual. Son amigos y conocen sus respectivas condiciones. Son muy amigos y saben que ciertas circunstancias pueden interferir y enrarecer la amistad. Como, por ejemplo, la atracción física que siente Ben por Hank. Su primer contacto, una lectura de relatos de Ben que deslumbra a Hank. Se inicia una amistad que recorre toda la novela. Con altibajos, con períodos sin contacto alguno, con una calculadísima ambigüedad donde Spanbauer pone a prueba todas las sutiles y quebradizas fronteras entre amistad y amor. El trasfondo, Nueva York en los ochenta, con los clubes, las discotecas. el desmadre generalizado que el SIDA (no tiene nombre quien lo bautizó como cáncer gay) cercena de raíz. El SIDA (Spanbauer es seropositivo) y las nulas esperanzas de curación en sus primeros años es otro tema recurrente. La medicación, los efectos secundarios, las víctimas que se va cobrando, otro de los asuntos centrales de Yo te quise más. Pero hay más. Grunewald ha tenido parejas femeninas. De hecho, ha estado casado. Y a lo largo del libro volverá a tener una relación estable con Ruth, tercera integrante del extraño triángulo amoroso que estructura el libro.

Pero el valor de esta novela no consiste para nada en despejar cual es el devenir de esas relaciones. Que eso ya es intrigante, pero no es el nudo central. La fuerza narrativa es devastadora. Comprendemos las reacciones de los personajes; nos damos cuenta de los motivos de sus vaivenes, sus presencias y sus ausencias, porque Spanbauer nos lo transmite con una sinceridad desnuda y deslumbrante. Y desinhibida. Habrá quién se escandalice ante el detallismo escabroso (pero necesario) de esta prosa. Habrá quién, a lo largo de esta lectura, reconocerá las melodías de fondo (frases, situaciones, anécdotas que acaban mostrando todo su sentido) que son ganchos, más aún, para ser absorbidos por la narración. Me cuesta concebir obras, en los últimos cinco o diez años (prefiero no herir susceptibilidades con según qué comparaciones) que hayan transmitido de forma tan intensa, honesta y fiel las contradicciones del comportamiento de las personas. Cómo pequeños detalles nos acercan o nos alejan. Cómo nos relacionamos y estamos, desgraciadamente, tan atentos a cómo se nos juzga y a cómo se interpretan nuestros actos más banales.
Qué gran novela, qué dura, pero agradable sorpresa.

Más libros de Tom Spanbauer reseñados en ULADEl hombre que se enamoró de la luna

12 comentarios:

Malvona dijo...

¡Qué reseña tan completa y comprometida!
Te leo a través de Feedly, pero entré a tu blog para dejarte el comentario.
Empecé la lectura del post algo escéptica, y terminé con ganas de correr a comprar esta novela ;)
Gracias y saludos!

sal dijo...

Gran crítica.

Anónimo dijo...

"La complicada existencia de quien decide no condicionar su vida por la elección de una u otra opción sexual"

No existen las opciones sexuales. Uno es homosexual o no lo es. Sé que no está de moda decir que todos no somos o podemos ser todo, pero la realidad se impone a la corrección política. Lo único que puede decidir uno es llevar a cabo determinadas prácticas, pero eso no significa que sea lo que prefiera de manera innata. Yo, que soy el anticristo, es decir, un hombre heterosexual, no me acostaría ni haría con otro hombre ¿Por qué? Porque no me sale de ahí, es decir, simple y llanamente, no me excita.

Si es una opción, significa que puede elegirse y por lo tanto la homosexualidad podría "curarse" (bastaría simplemente con decidir), como predican algunas terapias ¿Puede curarse la homosexualidad? ¿Si la homosexualidad se elige significa eso que la cultura actual trata de convertirnos a todos en gays? y lo que es más inquietante ¿Puede hacerlo? ¿Si un niño ve a un gay se convierte en gay? ¿Por qué iba a elegir alguien ser homosexual en un entorno, digamoslo suavemente, poco favorable?

La de tonterías que hay que leer.

Estoy seguro que alguien me atribuirá algún ismo por lo que acabo de decir, pero de verdad, ahorrátelo, son palabras que han perdido el significado de tanto usarlas.

Francesc Bon dijo...

Vamos a ver, Anónimo, si mi pequeña explicación hace, al menos, que te arrepientas un poco de eso de las "tonterías". Igual la palabra "opción" sea inadecuada, pero me gustaba más que "condición". Especular sobre ello es algo aventurado, pero desde luego llegar hasta esa comparación con una enfermedad... Tampoco creo que sea una cuestión determinista. En todo caso, releyendo la reseña me ha sorprendido ese "ha estado casado" asociado a su relación con una mujer. Achaquémoslo, sin ismos, a la educación en ciertas épocas y a ciertas preconcepciones que, por cierto, leer soberbias novelas como esta ayudan a desterrar.
Muchas gracias por todos los comentarios.

Aida (meriendolibros) dijo...

Hace años leí "El hombre que se enamoró de la luna" y yo me enamoré de Spanbauer. Luego le perdí la pista. Gracias por volver a traerlo a mi memoria. Aunque mi bolsillo no está para alegrías, tengo que encontrar este libro.

Juan G. B. dijo...

Hola a todos:
Sin haber leído el libro, por lo que puedo estar sacando los pies del tiesto, me gustaría hacer una par de observaciones o puntualizaciones sobre lo adecuado o no de los términos en los que se ha escrito esta reseña, con permiso...
Estimado anónimo: aun estando de acuerdo contigo en que las preferencias sexuales de alguien son sobre todo innatas, me parece totalmente pertinente la utilización de "opción sexuales", puesto que por lo que he entendido, se habla de alguien que es bisexual, esto es, tiene las opciones, según su gusto, de tener sexo con hombres o con mujeres. Y decide no elegir ninguna de las dos (o elige ambas, mejor dicho)
Estimado Francesc: me parece también pertinente la frase "ha estado casado" que utilizas, puesto que, según entiendo, no se trata de un ciudadano de la España actual, o de algunos estados de EEUU también hoy en día, sino de alguien que estuvo casado en ese país en una época en la que sólo se permitía el matrimonio heterosexual tradicional.
Nada más. mis disculpas si me he equivocado en algo debido, ya digo a mi desconocimiento del libro.

Il Gatopando dijo...

Por lo que leo, el escenario y el contexto de la novela coincide con el de la primera suya: En la ciudad de los cazadores tímidos, cuyas primeras cien páginas reflejan a la perfección la excitación de quien llega por vez primera a Nueva York sin un billete de vuelta en el bolsillo antes de perderse un tanto en los vericuetos de un submundo marginal: transgender.

Spanbauer es un escritor que apuesta por la literatura como una forma de catarsis a fin de afrontar circunstancias personales. Chuck Palahniuk fue alumno suyo en su taller literario. Es un muy buen escritor, un tanto ensombrecido por su vitola de autor gay, y es una gran noticia saber que la última novela suya está a la altura.

Gabriel Diz dijo...

Buenas,

No leí aún el libro pero la reseña me dio ganas de hacerlo. Muy agudos y pertinentes los comentarios de Juan: hay personas que sienten atracción sexual por ambos sexos.....y no veo nada de malo en ello....

Saludos!

PD: Ser heterosexual tampoco es ser el anticristo!! ;)

THE VILLACRESPORKER dijo...

En ciertos países la condición sexual no es una opción. O es una opción a la pena de muerte, mejor dicho.

Gran reseña, como es habitual.
Saludos!

Juan G. B. dijo...

Hola otra vez:
Quisiera añadir que mi puntualización era puramente semántica, no moral ni política. Pero vale...
Buenos días a todos.

Lamotte dijo...

Hola,

Mientras una sigamos debatiendo en torno a la sexualidad de los personajes de un libro y basando los argumentos en eso, de verdad, que yo veo que no avanzamos.

No he leído el libro, lo haré después de los 17 que tengo pendientes para el 2016. Pero me pregunto si todo libro que tenga protagonistas del mismo sexo teniendo una relación amorosa o sexual debe terminar teniendo como centro del debate si es literatura "gay" y si la homosexualidad es o no un opción, una condición o como queramos adjetivarla. Porqué? Acaso hablamos de la heterosexualidad de los personajes de las novelas que relatan relaciones entre personas de distinto sexo?

Y por favor, que nadie se sienta ofendido porque no era mi intención, de hecho, gracias a vuestros comentarios, yo he rescatado esta reflexión así que, gracias por compartir en este espacio.

Francesc Bon dijo...

Señores, señoras: mientras discutamos sobre cómo llamar una cosa u otra referente a la sexualidad de cada uno, no hablamos de que es un libro sensacional que plasma con sinceridad cruda y desnuda los sentimientos y pulsaciones de una persona. Que era mi pura intención. Gracias por los comentarios.