Año de publicación: 2015
Valoración: Irrelevante.
Sin temor a equivocarnos podemos señalar que este libro es breve. No sólo es breve, sino que además tiene un título evocador. Por si estos fueran pocos méritos, y no se han enterado, no sé en qué planeta viven ustedes, este libro arrasó en la feria de Frankfurt y suscitó el interés de innumerables editoriales y hasta de alguna productora, por lo que podríamos incluso verlo trasladado a la gran pantalla. Ahí es nada. Dicho esto y si nada lo evita, y parece que Antonio Gala no tiene nada en imprenta, supongo que con la promoción adecuada agotará ediciones en la próxima feria del libro. ¿ Lo reservan en su carrito de compra? Pues no sé. Yo le dediqué un par de tardes, ya les he dicho que es breve, y no hay vuelta de hoja, pero si fuera ustedes, casi me esperaría a la película. Bueno, yo les cuento y ustedes deciden.
Blanca, alter ego de la autora, tiene la enorme fortuna de veranear en Cadaqués. Cuando está allí le gusta salir a navegar, cenar con sus amigos, hacerles carantoñas a sus retoños si se cruzan en su camino, observar con detenimiento los mohines del perro de la casa y ligar, o al menos intentarlo, con algún veraneante, si se tercia y su amante casado no está a tiro. De vez en cuando, va intercalando recuerdos de sus veranos en la casa familiar, y aquí y allá nos habla puntualmente de su madre muerta, en este caso, la escritora y editora Esther Tusquets. Al parecer, la Tusquets era una mujer moderna y de carácter difícil a la que le gustaba vivir su vida y hacer lo que se le antojara.
Parece, y digo parece porque no queda muy claro el motivo, que las relaciones madre-hija no eran muy estrechas, pero Blanca, es decir Milena, echa mucho de menos a su madre y no consigue superar su ausencia. Blanca está desorientada y su vida sentimental es bastante caótica. En este sentido, la autora no consigue encontrar el adecuado tono elegíaco que emocione al lector y le haga comprender el motivo último de tanto pesar. Pesar que se supone que es el hilo central sobre el que se debería sustentar el libro. No seré yo el que pida un relato lacrimógeno cargado de reproches hacia la madre muerta, ni una oda sobre sus innumerables virtudes personales y profesionales, pero al adoptar la escritora ese distanciamiento respecto a lo que nos cuenta sobre la madre, sólo nos queda el relato de las vivencias de la protagonista y éstas son tan livianas e irrelevantes, salvo para ella misma, que resulta difícil empatizar con sus correrías por Cadaqués. Por lo que nos cuenta y cómo nos lo cuenta parece que estuviéramos reviviendo un verano de gente bien jugando a ser progres que, desgraciadamente para ella, hace mucho tiempo que acabó. Efectivamente tal como le reprocha una amiga a nuestra protagonista, la idea central que sobrevuela el texto es la de estar leyendo el diario de las vacaciones de “una niña pija que vive de la renta…en un mundo de fantasía absolutamente inventado que tiene muy poco que ver con la realidad”.
No puedo, ni quiero, alargarme más. Permítanme un consejo, bueno, dos. En primer lugar, si tienen ocasión, hojeen distraídamente el libro en cualquier gran superficie y marchen directos al epílogo. Concentradas en esas breves páginas encontraran una tensión emocional y un pulso narrativo de los que, desgraciadamente, carece el resto del texto. Finalmente, y si lo hacen no digan que no se lo he advertido, por nada del mundo pasen por el blog de la autora.
En resumen, también este libro pasará.
Firmado: José Miguel Martínez Camino
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Cadaqués, escenario de la novela: También aquí se puede sufrir |
Año de publicación: 2015
Valoración: ventajista
Aclaro. Primero, estaba la otra reseña. Que ya empezaba sesgadilla, oigan; mencionar el segundo y redundante apellido de la autora ejercía de declaración de principios. Porque la Tusquets, Esther, madre fallecida de la novelista, era editora de Lumen, amiga de Beatriz de Moura, la de la editorial, ejem, Tusquets y amiga de Jorge Herralde, factótum de Anagrama, a la sazón, editorial de este libro. O sea: ya estamos casi todos. La propia Milena Busquets procede, no solamente por vínculos familiares, del mundo editorial de raigambre barcelonesa y de vocación independiente. Ella mismo fue editora. Y esto es una enorme ventaja. Disponer de contactos, conocer los resortes, atesorar experiencia de textos y textos como para saber, al menos, que ciertos botones tienen más garantías de funcionar, una vez pulsados.
Imposible, para mí, abstraerse de estos hechos, no consultar algunas opiniones, coincidir en aspectos del agudo análisis de Mónica Basterrechea, o, por ejemplo, y cosa de la que fui advertido, visitar el blog de la autora. Demasiadas tentaciones en las que caer.
Pero se trata de intentar ser objetivo. Desde el gusto propio, desde la experiencia, desde la comprensión de que no hay porque renunciar a los orígenes y tratar de aparentar ser diferente de lo que se es. Y esto va por la autora.
Milena Busquets llama Blanca al personaje que usa para conducir una narración de marcado carácter autobiográfico. No le veo sentido a ese amago de anonimato, porque Blanca empieza el libro en el entierro de su madre, y Blanca oscila entre dos polos de atracción: tono melancólico ligeramente marcado por la particular personalidad de la madre (a la que se muestra como una persona de fuerte carácter que, encima, ha martirizado a todo quisqui en el último tramo de la enfermedad degenerativa que ha acabado con su vida) y tono frívolo, cuando, en un movimiento pendular, pasa a relatar sus relaciones con los hombres. Esas oscilaciones podrían ser un atractivo si no fueran tan previsibles y, en último extremo, acabaran por no llevarnos a ninguna parte. Cuando se acerca a un territorio proclive a lo lacrimógeno, la chica se nos va a la cama. Pero (hablamos de una señora de sociedad benestant barcelonesa) no se va a recrear en los detalles. La falta de carnalidad aquí es algo exasperante. Todo es pulido y clínico y calculado.
Peor aún me resulta la irregularidad en lo escrito: Milena Busquets es capaz de obtener puntuales y pequeños logros, de trazar con dos o tres frases cierta calidez, alejada de lo plañidero, para, a continuación, precipitarse por las simas en párrafos que, siendo benévolos, parecen extraídos de material de relleno para el Cosmopolitan. Frases cuajadas de tópicos insertadas en diálogos que deniegan, una vez y otra, la pretendida profundidad, el pretendido testimonio generacional que algunos insisten en atribuir a esta novela. Volveré a parafrasear a Mónica Basterrechea. También esto pasará, que va a ser traducida a un montón de idiomas, acaba no superando esos lastres, resultando una especie de Diario de Bridget Jones más cuidadosa con las formas, un dietario personal, con amagos catárticos pero donde se impone una ligereza de señora bien de barrio elegante (pululan por ahí ex-maridos, amantes reales, ocasionales, imaginarios, y un extenso catálogo de personal de servicio- Busquets es de esa clase de gente que se lleva a los canguros de vacaciones) u, horror, un Sex and the City de familias monoparentales con exclusivas segundas residencias en plena Costa Brava. Con una dejadez burguesa, una despreocupación sonrojante por los aspectos materiales, y una falta de trascendencia que, visto el revuelo que parece causar este libro, casi me abruma. Porque intuyo, entre líneas, que quizás Milena Busquets sería, por su bagaje, capaz de sacar partido a algún tema, o mejor partido al propio de esta novela. Pero, claro, a ella, no le ha hecho falta, para nada.
Francesc Bon
8 comentarios:
100% de acuerdo con la crítica de hoy!
Os sigo desde hace unos meses y estoy de acuerdo con muchísimas de vuestras críticas, con otras no tanto, y en este caso, no sólo no estoy de acuerdo sino que me parece que los argumentos no son los más "creíbles". Me ha parecido una buena novela, breve (en eso sí estoy de acuerdo) pero muy muy intensa.
Por fin alguien dice en voz alta que este libro es malo. Pensé que estaba perdiendo mi criterio.
Buenas: no sé por qué, me esperaba más polémica en torno a esta opinión. De momento los detractores, sin contar a los que hemos redactado las reseñas, ganan por 2 a 1. Quizás, quizás, si no estuvieran tan empeñados en promocionarlo como The Next Big Thing... apelaríamos a una voz interesante... Para mí, ya es tarde: aún así estoy atento al próximo movimiento de la autora. Gracias por los comentarios.
Tambiés esto pasará es una novela donde se nos muestra una forma de vivir, unas posibilidades económicas, pero no debemos juzgar a la autora, ahí cadauno con su vida. Milena Busquets no va de diva, se muestra tal cual
La novela puede gustar o no, tiene un lenguaje asequible a un público amplio, agradecer que se nos muestre esta forma de vida de manera clara y sin más.
Ante todo es la gran unión entre madre e hija. Como mujer me he sentido próxima a algunos maneras de pensar de la autora.
Hay diferentes niveles de literatura, este es uno más.
Imma
A mi me ha parecido un gran libro. A veces se narran grandes acontecimientos y se cuenta poco, pero esta novela es justo lo contrario.
También me parece honesta. No intenta ponerte de su parte, de parte de la autora/protagonista.Te permite juzgarla con una sentencia desfavorable si es tu deseo. Yo le perdono, si es que lo necesita, que no parece el caso.
Hay una docena de frases que por sí solas merecen el libro.
Pésima novela, de redacción pobre y un hilo conductor muy poco interesante. La autora y el libro fueron super marketineados. Llena de lugares comunes, clichés y personajes de molde. Un librito pasatista, soso, desabrido. Pulgar para abajo, con mucho énfasis.
Bueno: parece que hay un conato de polémica... el vago recuerdo solo confirma mi primera opinión: frívola, ligera y prescindible. Gracias por el comentario.
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