viernes, 19 de diciembre de 2014

Izraíl Métter: La quinta esquina

Idioma original: ruso

Título original: Piatyi ugol
Traducción: Selma Ancira
Año de publicación: 2014
Valoración: muy recomendable

Boria es un hombre judío, ya jubilado, que comienza a recordar su vida a raíz de encontrarse con la viuda de uno de sus amigos de la infacia. Gracias a las conversaciones que mantiene con esta mujer, el anciano nos hablará de las dificultades a las que tuvo que hacer frente por ser judío (no pudo acceder a la universidad, por ejemplo, y se vio obligado a formarse de manera autodidacta y a ganarse la vida impartiendo clases en instituciones de menor nivel que las que él consideraba que le correspondían), así como de sus relaciones amorosas (que siempre terminaron en tragedia), de sus amistades y, sobre todo, de Katia. Porque Katia fue el amor de su vida, sí, pero no protagonizó el sueño que él ansiaba. De carácter voluble y caprichoso, y tan superficial como el propio Boria, Katia se dedicó a entrar y salir de su vida cuando le convenía, tan pronto colmándolo de amor como despreciándolo por las más variadas razones. 

A través de recuerdos desordenados y de una narración entrecortada, el autor construye poco a poco la biografía de este curioso personaje (que tiene muchos puntos en común con su propia vida), al tiempo que realiza un terrible retrato de la Rusia comunista. Denuncia con esta novela la pérdida de los ideales que llevaron a los comunistas al poder y la conversión del país en una nación autárquica y gobernada por el miedo, donde la población no tiene más remedio que convertirse en cómplice de los crímenes que comete el gobierno para evitar ser castigada.

Así, tomando como título una de las torturas más habituales que realizaban los agentes del KGB (tras encerrar a un prisionero en una habitación cuadrada, lo molían a palos y le decían que no pararían hasta que no encontrara la quinta esquina de la estancia), La quinta esquina llega a nosotros como uno de los testimonios más verosímiles y desgarradores de la Rusia comunista, en la que lo único que contaba era seguir adelante, como fuera, aunque eso supusiera dejar de lado todo lo importante, todo lo que nos hace humanos, para avanzar, al final, más muertos que vivos hacia un destino tan imprevisible como descorazonador.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿¿Imprebisible??

Santi dijo...

Son cosas del directo :P Ya está corregido, gracias...

izas dijo...

Esto es lo que pasa cuando no se repasa lo que se ha escrito... :S

Mil perdones y gracias por el aviso.

AlimañaChef dijo...

Madre mía! Aquí os relajáis 5 minutos y llueven las collejas, eh?

Buen trabajo con el blog, me generáis ansieda dpor aquello de "todo-lo-que-quiero-leer-y-a-lo-que-no-llego", pero es una ansiedad sanísima...

pipo dijo...

vosotros si que sois imprescindibles para mucha gente.Felices fiestas y que lo paseis muy bien. Ah, si tengo alguna falta de ortografia es que mi nieto me pasa en estos momentos sus juguetes por la barriga y la calva.