Idioma original: español
Año de publicación: 2013
Valoración: está bien
Tal y como observa Sandra Santana en el epílogo de Inspiración instantánea (Modernito Books, 2013), este pequeño cuaderno de ejercicios artísticos para enfrentarse a la vida moderna “nos enseña que nuestro mundo real, el de los madrugones, el de las reuniones de trabajo, el de la caminata monótona de vuelta a casa cuando todo parece repetirse idéntico, tiene su doble inmaterial impredecible. Porque el mundo de la imaginación, nos dice Ignacio Vleming, es nuestro mundo. En él vivimos, o en el podemos vivir si le ponemos suficiente entusiasmo a la vida”. Y es que, a menudo, olvidamos la manera de hacer. Es precisamente mediante esta propuesta como el escritor Ignacio Vleming y el ilustrador Oriol Malet instan al lector a crear nuevos escenarios o revitalizar los ya conocidos.
En las últimas páginas de la obra, Vleming sugiere que pongamos a prueba todos los experimentos de este libro y se cuestiona si este libro es en sí mismo una obra de arte. Yo le diría que sí. Le diría: mira, Ignacio, gracias. Gracias, Oriol. Gracias por compartir todas estas ideas tan descabelladas que me han hecho sonreír.
Y es que este tándem nos invita a comenzar el día pintando, tratando de recordar nuestros sueños, nos anima a escribir sobre las persianas el nombre de aquello que en realidad nos gustaría ver (Berlín, Texas, China) o se cuestiona las posibilidades que encierran el pan con tomate, la leche con cereales o las galletas con chocolate a la hora de crear un cuadro abstracto con las manchas que aparecen en el mantel.
Sonidos como el de la batidora o una lavadora formarán parte de una novedosa banda sonora doméstica o las fachadas de los edificios se convertirán en murales con la ropa tendida de cada uno de los vecinos. Propuestas similares se desarrollarán en la oficina, la calle o un museo. Todos estos ejercicios guardan en común una misma estructura que combina un texto explicativo y una ilustración, así como una serie de observaciones sobre el nivel de dificultad y el número de participantes.
La experiencia estética viene dada ya desde el comienzo del volumen, debido a la calidad de las ilustraciones y la portada de este pequeño manual tan difícil de clasificar: no se trata de un cómic, ni de un ensayo, tampoco de un texto poético ni narrativo. Se trata de algo inquieto, vivo, entre las manos. Una lectura curiosa para pasar el rato.
Más que encontrarse con una obra literaria, el lector hallará en Inspiración instantánea al mismo tiempo un tratado de arte que se acerca al ámbito del libro objeto y una batería de actividades basadas en el humor, la burla y la crítica a una sociedad que se ha olvidado de sí misma y enferma al no regenerarse mediante el ejercicio imaginativo y el despertar de la curiosidad.
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