Idioma original: inglés
Título original: Fight Club
Año de publicación: 1996
Valoración: Recomendable
Los lectores bilbaínos de este blog (sabemos que estáis ahí) van a tener una oportunidad única: ver a Chuck Palahniuk en vivo y en directo, el día 19 de abril dentro del festival Gutun Zuria. Y para quien no lo sepa: ¿quién es Chuck Palahniuk? Pues uno de los "provocadores profesionales" (otro más, como Bret Easton Ellis) de la literatura estadounidense. Y el autor, efectivamente, de El club de la lucha, la novela en la que se basó la exitosa película protagonizada por Brad Pitt y Edward Norton.
Y en lo fundamental, la película es fiel al libro: en la trama (el proceso de "(auto)destrucción liberadora" a que se somete el narrador por influencia de su amigo Tyler Durden); en el estilo cortante, seco y algo efectista, e incluso en determinadas frases y "estribillos", tomados literalmente de la novela y puestos en boca de los personajes o de la voz en off del narrador. Y tanto la novela como la película están igualmente llenos de violencia, de crítica feroz a la sociedad y a la cultura consumista, de nihilismo provocador. De hecho, si es verdad lo que dice la Wikipedia (vamos a creérnoslo), Palahniuk escribió esta novela como reacción furibunda después de que su editor le rechazase otra anterior por ser demasiado violenta. ¿Que no quieres taza? Pues taza y media.
En cuanto al estilo narrativo de Palahniuk, no sé si calificarlo de efectivo o efectista. Desde luego, está claro que consigue lo que pretende: es ágil, rápido, directo, contundente. Frases cortas, párrafos cortos. Repeticiones, como estribillos que atraviesan los capítulos o incluso la novela entera. Saltos de un tema a otro sin relación explícita; mezcla de varios temas alternados en un capitulo. Referencias burlescas a la vida consumista contemporánea (a los muebles de IKEA, por ejemplo) o a la crueldad del sistema capitalista (el narrador trabaja para compañías de automóviles que tienen deciden si retirar o no modelos defectuosos y potencialmente mortales basándose únicamente en criterios económicos).
Que conste que si le pongo alguna pega a la novela, no es por mojigatería: no me molesta la violencia ni el canto a la anarquía que rezuma, ni el oscuro mensaje que transmite ("hasta que no toques fondo, no serás libre"). Lo que me deja algo descolocado es una cierta desconexión entre varios de los elementos que la componen (las reuniones de enfermos crónicos; el "club de la lucha"; la "operación Estragos", traducción sorprendente de project Mayhem, por cierto). En esa escalada exponencial de varios niveles de la autodestrucción personal a la aniquilación colectiva, da la impresión de que se nos han escamoteado varias etapas intermedias, y el resultado es una conclusión, una vez más, efectiva, aunque inverosímil.
En fin, una novela brutal en varios sentidos, con algunos capítulos, ideas, fragmentos brillantes y otros no tanto. Se lee en tres viajes de metro, y la experiencia merece la pena, aunque solo sea porque no se parece a casi ninguna novela de las que se leen por ahí; y desde luego, a casi nada que se escriba y publique en España.
También de Chuck Palahniuk en ULAD: Snuff, Plantéate esto
1 comentario:
Y aquí estamos, quemándonos en empleos que odiamos, para comprar mierda que no necesitamos.
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