Fecha de publicación: 1992
Valoración: Recomendable
Hace poco hablaba yo con una persona sobre el uso tan descuidado y frecuente que se da a la palabra "amistad" en estos tiempos que corren. Porque uno puede tener cuatrocientos amigos en Facebook y pasarse una semana o más sin tener ninguna clase de relación social más allá del entorno laboral y familiar (si se tiene trabajo y familia), o peor aún: relacionarse únicamente por Internet con personas que viven a unos cuantos kilómetros. ¿Seguro que son las apretadísimas agendas de cada uno lo que impide tener encuentros "físicos"? ¿O es que los seres humanos nos estamos haciendo cada vez más fríos, perezosos e individualistas y sólo cuando estamos verdaderamente mal echamos en falta la calidez de una mano de carne y hueso, no el puñito con el dedo gordo en alto del célebre "Caralibro"?
En fin... No sé cómo sería hace medio siglo, pero me da a mí que llamar "amigo" a una persona con la que realmente no se tiene un lazo de amistad sólido es algo que lleva sucediendo toda la vida para dar la impresión de ser una persona querida y reclamada por cuantos más seres humanos mejor. Pero sí puedo decir que en la época que me está tocando vivir el concepto de "amigo" se está desdibujando cada vez más. Y si no, probad a mirar a vuestro alrededor en la próxima reunión "física" que tengáis con vuestros amigos: el que no esté mirando su móvil (¡incluso comunicándose con otra persona!), lo hará en breves momentos. Y si levantáis un poco más la vista, veréis que buena parte de los clientes del bar o del restaurante donde estéis, estará haciendo lo mismo...
Y bueno, ¿que a qué viene esto? ¿Que qué tiene que ver toda esta parrafada con la Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite? Bueno, pues es que resulta que el libro que hoy reseño es uno de los más hermosos que he leído sobre la amistad. La amistad entre dos mujeres, en este caso.
Sofía Montalvo y Mariana León. Durante su infancia y adolescencia, Sofía y Mariana son eso que se llama "uña y carne". Pese a tener unas personalidades en principio muy diferentes (Sofía es soñadora, romántica y juega a inventarse historias y palabras; Mariana es más enérgica y pragmática), ambas disfrutan mucho de la compañía de la otra porque se comprenden, se complementan, se quieren, se admiran, pasan juntas las horas de la mejor forma posible y sueñan juntas con un futuro lleno de proyectos. Sin embargo, esta bonita amistad se romperá finalmente por algo aún más poderoso que su cariño: ambas se enamorarán del mismo chico.
Rota y enterrada esta amistad de infancia y juventud, el destino hará esperar a las dos mujeres nada más ni nada menos que treinta años hasta volver a juntarlas en una fiesta. Entonces, Sofía será una ama de casa insatisfecha; Mariana, una psiquiatra de éxito con una caótica vida sentimental, y ambas comenzarán a escribirse cartas la una a la otra que no terminarán de echar al buzón y que más que ser redactadas para ser leídas por otra persona, serán verdaderamente un "strip-tease" emocional. Y página a página, el lector irá comprobando al mismo tiempo que Sofía y Mariana lo tontas que fueron al dejar que su amistad naufragara, porque ambas son donatarias de la misma esencia melancólica, soñadora, romántica y tendente a la desilusión cuando las cosas no ocurren como ellas habían imaginado.
Recomiendo pues este libro de la admirada Carmen Martín Gaite que pese a que sea extenso y que esté escrito en forma epistolar, lleno de reflexiones y elucubraciones de las protagonistas, se lee con gusto de principio a fin gracias a su lenguaje intimista pero efectivo y sencillo.
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