domingo, 27 de febrero de 2011

Jaan Kaplinski: El mismo río


Idioma original: estonio
Título original: Seesama jõgi
Año de publicación: 2007
Valoración: Está bien

Antes de empezar, vamos a situarnos. Estamos en Estonia en los años 60 y el protagonista de esta novela es un joven filólogo que necesita desesperadamente un modelo a seguir que lo introduzca en la vida adulta (pues, como él mismo cuenta, al haber crecido sin apenas amigos, con la nariz continuamente metida en los libros, no sabe desenvolverse en sociedad). Así encuenta al Maestro, un hombre sabio de aspecto enclenque, depresivo y pesimista, que lo educará y le hará plantearse más preguntas de las que, seguramente, está preparado para contestar.

Testigo de una revolución sexual que se extiende por Europa, el protagonista avanza hacia su madurez intentando perder de una vez la virginidad, algo que, como su novia no se lo pone nada fácil, le da más de un quebradero de cabeza. A esto se une, a medida que pasa el tiempo y que se estrecha la relación entre el Maestro y el personaje principal, la vida en Estonia, la gran sombra que proyecta la URSS, los interrogatorios de la KGB, el comunismo...

Es ésta una novela que habla del despertar a la vida, de crecimiento y, sobre todo, de dirigirse siempre hacia adelante aun cuando las condiciones no sean las más propicias. El libro es interesante, sin duda, y el autor desarrolla un estilo ameno y sobrio, aunque también con ciertas dosis de humor. Sin embargo, he de reconocer el trabajo que me ha costado terminarlo, debido no a la obra sino a una cuestión editorial. Serán gajes del oficio, pero no he podido pasar por alto el gran número de erratas y de fallos que se han escapado a la corrección (en ocasiones, parece que a algunas frases les faltan palabras), lo cual entorpece mucho la lectura. Esperemos que lo arreglen en la siguiente edición.

2 comentarios:

Santi dijo...

Últimamente te ha dado por novelas protagonizadas por filólogos, ¿eh? :) Primero Metrópolis, y ahora esta...

izas dijo...

jajaja no lo había pensado, pero sí, mira
será que tengo una fijación :)