lunes, 14 de febrero de 2011

Zoom: "La soledad del corredor de fondo", de Alan Sillitoe

Idioma original: inglés
Título original: The loneliness of the long distance runner
Año de publicación: 1959
Valoración: Muy recomendable


¿Por qué "La soledad del corredor de fondo" es distinto, y mejor, diría yo, que la mayoría de los relatos de adolescentes conflictivos? Por varios motivos: porque tiene un título espectacular, ya empezando por ahí. Pero sobre todo porque no es nada simplista, porque no idealiza, no caricaturiza ni demoniza  al protagonista: ni esconde sus debilidades y limitaciones, ni lo exculpa ni lo eleva al rango de santo mártir.

Alan Sillitoe (que se traduciría como Alan 'Dedotonto', por cierto) pertenece a los llamados 'Angry young men', una etiqueta que no gusta prácticamente a nadie y que incluye a un conjunto de autores británicos como Harold Pinter o John Osborne, supuestamente caracterizados por una aproximación violenta e irrespetuosa a la realidad contemporánea, especialmente británica. Todo eso está presente en este relato, en que Colin Smith, un joven delincuente de baja intensidad, es encerrado en un centro de reeducación (borstal), en el que su única vía de escape (mental, claro) son sus largos entrenamientos como corredor de fondo, que el centro permite y estimula. La complejidad de sus motivaciones es detalladamente analizada a través del largo discurso (no stream of consciousness pero sí monólogo interior) del narrador protagonista.

Lo más interesante de la novela, aparte de su trabajada estructura narrativa, es la presentación del conflicto entre el protagonista y la institución carcelaria, que es fácil identificar con el conjunto de la sociedad británica de mediados del siglo XX: para Colin Smith, esta relación entre el individuo (rebelde) y la autoridad (cualquier autoridad, aunque en este caso se encarne en los guardias y los directivos del centro) es siempre una guerra; pensar en la posibilidad de pasar de uno a otro bando, de un lado de la cerca al otro, es un engaño, una trampa, una mentira. Frente a estas figuras de autoridad solo cabe la rabia, la rebeldía, la negación; una rebeldía que el protagonista llevará hasta sus últimas consecuencias -y no diré más para no destripar nada.

Un relato impresionantemente bien escrito, con el estilo prosaico y seco que exigen la trama y el personaje, y que lanza varias cargas de profundidad contra los sistemas de control y poder que rigen cualquier sociedad, y en concreto la sociedad británica, aun antes del férreo mandato Tatcheriano.

Hay película.

También de Alan Sillitoe en ULADSábado por la noche y domingo por la mañanaEl cuadro de la barca de pesca

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabes si hay edición en español? Gracias.

Santi dijo...

¡Buenas! Pues sí, hay: no una, sino varias ediciones, en Seix Barral, Plaza y Janés, El Tercer Nombre (?)... Si buscas en la página web de cualquier librería encontrarás varias a tu disposición...