sábado, 27 de febrero de 2010

Libros sobre libros: Fahrenheit 451 de Ray Bradbury

Título original: Fahrenheit 451
Idioma original: inglés
Año de publicación: 1953
Valoración: imprescindible

Entrevista a las cenizas de un ejemplar quemado de Fahrenheit 451.

Reportera Paula: Discúlpeme, pero... no tiene usted muy buena pinta. ¿Ha dolido mucho?

Libro Quemado: Sí, chata, sí que duele, sí. La explosión en sí, no; sólo es triste. Lo malo es el llegar hasta el 451, "la temperatura a la que se inflama y arde el papel": los grados 448, 449 y 450 te chamuscan los bordes y te arrancan los números de las páginas, y...

RP: ...y ¡menos mal que eso sólo ocurre en la ficción, en la novela distópica Fahrenheit 451 del escritor estadounidense Ray Bradbury!

LQ: Sí, ya, ¡que te crees tú eso, querida! ¿Acaso te crees que Ray se sacó la novela de la manga? ¿Te suena de algo el senador McCarthy?

RP: Sí, pero ahora mismo no sé de qué... Espere, ¿tiene algo que ver con una "caza de brujas"?

LQ: Sí, aunque en realidad fue de comunistas. Da igual. Lo que importa es que el mundo de ficción en el que yo muero no está muy lejos de la realidad en la que vivía mi creador.

RP: Entiendo. Lo que no entiendo es que a usted lo quemara un bombero. ¡Pero si ellos apagan fuegos!

LQ: Ay, maja, eso será en tu mundo, porque en el mío ellos los provocan. Menos mal que todavía queda alguno decente. Cómo se llamaba éste... Mmm... Montas... Montan...

RP (consulta sus notas): ¿Montag? ¿Guy Montag?

LQ: ¡Ése! Menos mal que todavía quedan hombres como él, que arriesgan sus vidas por salvar las nuestras... (las cenizas se oscurecen momentáneamente, húmedas de lágrimas).

RP: ¡Qué valiente! Pero... ¿acaso no tenía él libros en casa?

LQ: Pero vamos a ver, bonita, ¿tú te has leído el libro o no te lo has leído?

RP (sonrojándose): Pues... la verdad es que no. A mí sólo me han encargado que escriba esta reseña.

LQ: Pues nada, en resumen: el bombero siente que hay algo que marcha mal en su mundo; su mujer -como el resto de la población- es adicta a la televisión (un mega circuito totalmente politizado que está día y noche en marcha) y él, un día, conoce a una niña "diferente" que habla con naturalidad de cosas que los demás ni recuerdan ni se atreverían a mentar si lo hicieran. Cuando salve su primer libro ya no habrá vuelta atrás: perseguido por el Sabueso, tendrá que huir de la ciudad justo cuando empieza a ser bombardeada (¿te recuerda a algo? ¿Hiroshima, Nagasaki...?).

RP: Mmm... ¿Japón?

LQ: Olvídalo. Allí se une a un grupo de vagabundos que en realidad son... Pero espera, hasta aquí puedo leer. ¡Casi destripo el final! Viejo papanatas...

RP: Pero ¿acaba bien o no acaba bien?

LQ: Bueno... bien bien, tampoco. Pero digamos que el final simboliza e invita a la lucha por un futuro mejor.

RP: ¡Vale! Entonces igual me lo leo.

LQ: Deberías.

RP: Para terminar, ¿podría animar a nuestros lectores a que lean la novela? ¿Qué es lo que la convierte en imprescincible?

LQ: Pues Fahrenheit 451 es una novela valiente que jamás pasará de moda porque jamás estará la sociedad exenta del peligro de "quemar" la sabiduría en favor de los dioses de la apariencia y la frivolidad. Ray es claro y conciso -la novela no tiene más de 200 páginas, aunque todo depende de la edición- y es ciertamente accesible para todo tipo de público. De hecho, es la novela favorita del hijo de la sobrina de mi vecina del cuarto, y el muchacho apenas ha leído tres libros en su vida. El ritmo es trepidante y la ambientación está magistralmente conseguida. En dos palabras, im-prescindible.

Otros libros de Ray Bradbury: Crónicas marcianas.

10 comentarios:

Nihilista dijo...

Me encanta esta novela. Si no recuerdo mal me leí hace años "Un mundo feliz", "1984" y "Farenheit 451" seguidos y me gustaron mucho las tres.

Quizás la que más "1984", pero la de Bradbury, al tener partes medio satíricas hace que la historia resulte aún más chocante, más trágica que la cruda novela de Orwell.

Graciosa la manera de reseñar la novela :)

Montuenga dijo...

No le he leído el libro aunque sí vi la película y es el único que tengo pendiente de los tres que se citan en el comentario anterior. Ahora, después de este empujón, creo que ya no tengo excusa. Un texto divertido y elocuente ¡enhorabuena!

Jaime dijo...

Muy divertida la entrevista, Paula! Y además era necesario que metiéramos en nuestra serie de "libros sobre libros" alguno que hablara de esa amenaza que ha pendido siempre sobre todo libro: la hoguera. Me ha recordado un monumento que hay en Berlín en la plaza donde se quemaron libros públicamente por primera vez durante el III Reich. Un cristal en el suelo te permite ver un hueco cúbico bajo la plaza cuyas cuatro paredes están cubiertas de estanterías vacías. Se te ponen los pelos de punta.

Paula dijo...

¡Yo he visto eso que dices de Berlín, Jaime! Era bastante terrorífico...

A mí 1984 también me encanta, me lo he leído varias veces, pero es uno de esos libros que te dejan destrozado...

Me alegro de que os haya gustado la reseña :)

Ian Grecco dijo...

¡Muy bueno, Paula! Esta idea te da para un relato al que puedes titular, por ejemplo, "Memorias de un libro quemado"...

Me ha gustado mucho, y a ver si cojo alguna vez este libro, otro de mis grandes pendientes...

Libros Gratis dijo...

Impresionante entrevista! Enhorabuena!

izas dijo...

ostras, paula, qué bueno
ese libro tendría que aparecer por aquí más a menudo
:)

J dijo...

Este libro vale oro

escalerasytoboganes@gmail.com dijo...

Lo que más me gusta de ‘Fahrenheit 451’ es la idea: que los libros están prohibidos y que la función de los bomberos es quemarlos. También me llama la atención lo de las pantallas de televisión. Sin embargo, el desarrollo de la historia me parece algo flojo, esperaba algo más. En cualquier caso: ¡imprescindible!

Anónimo dijo...

Hoy es inevitable pensar que, quizá, no es necesario quemar los libros para eliminarlos. Basta con inducir la indiferencia hacia ellos, o bien remplazarlos paulatinamente por "cosas" de aspecto similar pero contenidos deleznables, producto de operaciones de mercado y nada más. El triunfo del anticanon. Y si todo está destinado a desaparecer -desde Homero hasta el mismo Bradbury-, no olvidemos que somos quienes somos porque mientras tanto hemos luchado contra el olvido. Bien, me he puesto un poco demasiado agorero, pero es lo que hay...

Pedro D. C. M.