Título original: Mördare utan ansikte
Año de publicación: 1991
Valoración: recomendable
Un hombre despierta en medio de la noche. Ha oído un ruido o quizás sólo lo ha soñado, pero es incapaz de recuperar el sueño. Despierta a su mujer. Está intranquilo. He oído un ruido -le dice a su mujer- en la casa de los vecinos. Voy a ver qué ocurre. Y se levanta de la cama. Se dirige a la cocina. Desde la ventana observa la casa de los vecinos. Todo parece estar en calma. Sin embargo, está seguro de haber escuchado un ruido y tiene un mal presentimiento. Además, la ventana de la casa está abierta. Qué extraño -piensa- nunca se olvidarían de cerrarla. Y ese ruido... parece un grito, una queja... será un pájaro... Pero es incapaz de volver a la cama. La ventana de nuestros vecinos está abierta -le dice a su mujer. Ella, extrañada, se asoma. No está abierta, está rota -le contesta. Así que él se arma de valor y se dirige con una linterna a la casa. Nada más entrar, sus peores suposiciones se hacen realidad. Johannes -su vecino- yace muerto en el suelo. María -su esposa- está atada a una silla, ensangrentada y malherida.
Con estas premisas comienza Asesinos sin rostro, la primera novela de la serie del detective Kurt Wallander. Sin lugar a dudas, una novela policiaca muy entretenida, atractiva para el lector y de notable calidad literaria. Quizás lo más flojo de la novela sea el personaje principal porque recuerda demasiado a otros detectives: separado, solitario, amigo del alcohol... Demasiado tópico, aunque también es cierto que a lo largo de la novela se convierte en un personaje entrañable para el lector.
A día de hoy, sólo he leído esta primera novela de la serie, por lo que no puedo juzgar la evolución de la trama ni del personaje principal. En cualquier caso, Mankell construye una buena trama de misterio, con un ritmo adecuado, combinando picos de tensión con fragmentos en los que el crimen parece que nunca llegará a resolverse, logrando en definitiva un mayor realismo.
Un libro interesante y un buen inicio para una serie policiaca.
También de Henning Mankell en ULAD: Antes de que hiele, Huesos en el jardín, El chino
Con estas premisas comienza Asesinos sin rostro, la primera novela de la serie del detective Kurt Wallander. Sin lugar a dudas, una novela policiaca muy entretenida, atractiva para el lector y de notable calidad literaria. Quizás lo más flojo de la novela sea el personaje principal porque recuerda demasiado a otros detectives: separado, solitario, amigo del alcohol... Demasiado tópico, aunque también es cierto que a lo largo de la novela se convierte en un personaje entrañable para el lector.
A día de hoy, sólo he leído esta primera novela de la serie, por lo que no puedo juzgar la evolución de la trama ni del personaje principal. En cualquier caso, Mankell construye una buena trama de misterio, con un ritmo adecuado, combinando picos de tensión con fragmentos en los que el crimen parece que nunca llegará a resolverse, logrando en definitiva un mayor realismo.
Un libro interesante y un buen inicio para una serie policiaca.
También de Henning Mankell en ULAD: Antes de que hiele, Huesos en el jardín, El chino
3 comentarios:
Me apunto el libro. Mankell me gusta pero últimamente quiere meter tantas cosas que se queda en nada.
De la serie de Wallander he leído "Antes de que hiele" y ya es todo mucho más complejo pero el autor aún sigue centrado, aborda temas interesantes, es original, intrigante al máximo... Está muy bien.
El libro está bien. Se nota que es el primero de la serie, le falta algo, pero no está mal.
A quince años de su publicación original, Mankell (recién fallecido en el 2015, a los 67 años) ha extrapolado en esta novela policíaca, la ósmosis social, en un país aparentemente "pacífico" como Suecia. La afluencia de refugiados, tendrá consecuencias. Mankell ha tomado a un inspector de la policía (Kurt Wallander) como la expresión de esta etapa socio-política, en los países nórdicos. Ha logrado mantener en una trama detectivesca, el hilo y la atención, al menos en mi caso, como lector. Existen frases, que subsisten aún después de semanas de haber terminado su novela (...hay un tiempo para vivir y otro para morir...). En su traducción al español, por Dea M. Mansten y Amanda M. logran una lectura fluida, sin embargo tres o cuatro palabras o frases con un español mal escrito, no merman el interés. Un libro recomendable, si se trata de leer algo bueno en este cierre de fin de año.
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