viernes, 1 de mayo de 2009

Carlos Giménez: Todo Paracuellos


Idioma original: Español
Año de publicación:
2007.
Valoración: Muy recomendable.

Éste es un cómic que impresiona por su ternura y humor pero también por su crudeza.

Narra las "aventuras" de un grupo de niños en un Hogar de Auxilio Social durante la postguerra franquista.

Carlos Giménez, el autor de estas historietas (de entre dos y ocho páginas cada una), estuvo durante algunos años de su niñez en una de estas instituciones, en las que los castigos corporales y el abuso psicológico eran habituales, y en las que los niños sufrían graves deficiencias en su alimentación y cuidado.

Él mismo, así como muchos de sus compañeros, aparecen reflejados en estas viñetas, en las que se entremezclan con la crudeza de algunas historias, un sentido del humor y una dulzura sobrevivientes (supongo que, de algún modo, inevitables en un grupo de niños que, pese a todo, sólo desean cariño y un poco de diversión que alivie su situación).

Esta última edición a la que hago referencia es un volumen de bolsillo (en este caso el "bolsillo" debe ser bastante grande) en el que se incluyen todas las historietas existentes.

Merece la pena conocer Paracuellos (ése es el nombre del hogar en el que transcurre la historia) para conocer un poco más de nuestra propia intrahistoria y porque, sin duda, estamos ante un cómic de la mejor calidad: en el que no falta ni sobra una sola palabra en los diálogos, en el que no se precisan grandes escenarios para retratar el horror, en el que se nos introduce con agilidad en la vida de unos niños desafortunados pero llenos de esperanzas y posibilidades...

Un tesoro para los amantes del cómic. Y una oportunidad para quienes no lo son, de comenzar por algo muy bueno pero accesible.

Termino con unas palabras del autor que creo que reflejan la esencia de este cómic:

"[Paracuellos] fue como un parto o como una buena cagada, cuando tienes una cosa dentro y necesitas soltarla y la sueltas, y de hecho fue una terapia, hasta tal punto que yo pocas veces he vuelto a contar verbalmente historias de Paracuellos.
Es verdad que ha habido mucha emoción y sigue habiéndola a la hora de hacer ciertas historias, no en vano estoy contando historias que pertenecen a una época dolorosa de mi infancia, una época en la que viví muy mal, muy mal, estos colegios eran realmente jodidos y desagradables y tristes.
Y además, hay veces que el personaje, en el tebeo, escribe a su madre, y pienso en mi madre... Cuentas muy poco, pero por la moviola de tu cerebro pasan largas tiras de películas.
A la hora de escribir estos guiones remueves mucho en tus recuerdos y te acuerdas de cosas que tenías medio olvidadas.
Y es cierto que hay historias tan personales en las cuales mas que novelar mucho simplemente lo que has hecho es recordar tus emociones, hay una historieta que se llama Tito, que mientras la he escrito y mientras la he dibujado y la he pasado a tinta, cada vez que llegaba a ciertas viñetas se me saltaban las lagrimas.
No porque la historieta sea maravillosa. No, porque me recordaba que aquel Tito era mi hermano de verdad y que pobrecito mi hermano, que pobrecito yo y mi madre y el país y tanta mierda que hemos vivido."

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