Idioma original: inglés
Título original: The Fox
Año de publicación: 1922
Valoración: está bien
Quizás no esté de más iniciar esta reseña recordando, en estos tiempos de Je suis Charlie cuando Charlie no se mete conmigo, que D. H. Lawrence fue un escritor que sufrió la censura, la persecución y el escarnio públicos, tanto por sus posiciones políticas y personales (fue acusado de espionaje durante la Primera Guerra Mundial, primero por los alemanes y después por los británicos) como por su rompedora (en aquella altura) representación de la sexualidad, y en particular de la homosexualidad, en sus obras. No hace falta recordar el escándalo que provocó en Inglaterra la publicación de la versión no censurada de El amante de Lady Chatterley en 1960 (¡en 1960!), entre otras cosas por el uso reiterado de palabras como fuck y cunt. Si la editorial fue declarada inocente en ese juicio fue porque los defensores consiguieron demostrar que la obra tenía "mérito literario" suficiente para justificar sus infracciones al decoro.
El zorro, que es una novela corta bastante anterior al escándalo e incluso a la publicación original de Lady Chatterley, es de hecho mucho menos escandalosa, aunque también esá trazada alrededor de una tensión sentimental y sexual: la que se establece entre dos mujeres, Banford y March, y un hombre, el joven soldado Henry, en una apartada granja de Inglaterra durante la Primera Guerra Mundial (una historia y unos personajes, al parecer, basados en la propia experiencia de Lawrence durante su "exilio" en Cornualles). La llegada del soldado amenaza con destruir el apacible y equilibrado mundo de las dos mujeres (no se nos dice que sean lesbianas, aunque se deja enrever) cuando decide casarse con una de ellas y llevársela a Canadá.
Esta es, sin duda, una novela escrita por un gran escritor, que maneja los tiempos y sabe crear y mantener la tensión con muy pocos elementos, y situarnos con un perfecto realismo en un contexto histórico determinado. Pero es también una novela basada en una simbología muy obvia y, la verdad, también bastante machista. En el primer capítulo se nos describe cómo el zorro acosa a las gallinas y las caza; se nos describe cómo March se queda embobada, hipnotizada por el zorro, incapaz de pegarle un tiro para librarse de él; en el capítulo siguiente se nos describe la llegada de Henry, y las comparaciones con el zorro son constantes, en la postura, en la mirada, en el efecto que causa en March. El mensaje parece ser: las mujeres, solas, son como gallinas, incapaces de protegerse o de valerse por sí mismas, y solo esperan que aparezca un hombre que las domine.
Hace poco reseñaba una novela corta de Henry James, y el tenerla fresca en la memoria me ha hecho comparar a ambos escritores. En Henry James todo es sutil, implícito, complejo, vago; Lawrence es directo, crudo, a veces incluso obvio y machacón, como con la comparación de Henry con el zorro. No creo que sea posible decir que uno es mejor escritor que el otro (tampoco he leído lo suficiente a Lawrence como para tener una opinión formada), sino que los dos encontraron caminos diferentes para hacer avanzar el género de la novela y de la novella. Por eso resulta especialmente triste que James apoyase el secuestro y destrucción de la novela El arco iris de Lawrence, acusada de inmoralidad y pornografía: los grandes autores no siempre son tan intachables como nos gustaría...
También de D.H. Lawrence en ULAD: El amante de Lady Chatterley
1 comentario:
Gran libro.
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