lunes, 3 de septiembre de 2012

David Lodge: Trapos sucios

Título original : Home truths
Idioma original : Inglés
Fecha de publicación : 1999
Valoración : está bien

No todas las novelas pretenden cambiar tu vida, ni todos los escritores pretenden ser los faros que guian las existencias de sus lectores. A veces la falta de pretensiones tiene su gracia, a veces la falta de pretensiones acaba siendo una pretensión en sí misma: no es el caso de este libro.
No tenía ni idea de quién era David Lodge, pero la curiosidad de conocer nuevos autores y la relativa seguridad que me aporta lo que publica Anagrama me empujaron a tomar este libro del estante de la biblioteca.
Novela basada en una obra de teatro de su mismo autor, y con una escenografía muy propia de esta condición: diseñada para tener lugar en el ámbito de una casa aislada donde un escritor en decadencia ha decidido ir a vivir en el ocaso de su carrera. Amigo de otro escritor que recala en la casa por su cercanía al aeropuerto, que es vilipendiado por una periodista con ganas de protagonismo en una entrevista de esas que se publican en los dominicales de los tabloides.
Una obra ligera, fuertemente anclada en los diálogos dinámicos y decididos, y las situaciones entre los personajes. Que aspira a criticar tanto la influencia de los medios de comunicación y la manipulación de ciertos periodistas estrella como el ego engordado de determinados autores. Un libro ideal para ir leyendo sin demasiadas complicaciones: parando y arrancando, hasta dar cuenta de él en menos de dos horitas. Casi, echando algo en falta actores de esos que improvisan en función del día, que enriquecen el texto frunciendo el ceño o forzando el tono. Nada del otro mundo, entretenimiento agradable sin nada memorable para bien o para mal. Bueno: una pequeña sorpresa final que sitúa la obra en su momento, en su contexto, el de esa sociedad de finales de los 90 pendiente de sí misma y de su banalidad. Puede que se le pueda pedir más a un libro de Anagrama, con su despampanante catálogo de autores. En cualquier caso, completamente válido para leer en contextos relajados y veraniegos.

También de David Lodge en ULAD: La vida en sordinaEl mundo es un pañuelo

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