martes, 26 de mayo de 2020

Doris Lessing: El quinto hijo

Idioma original: Inglés
Título original: The fifth child
Traducción: Ángela Pérez
Año de publicación: 1988
Valoración: Imprescindible


Hablaba el otro día sobre libros de lectura ligera o intensa, y también acerca de su capacidad, o no, para suscitar la reflexión. Mi categoría favorita pertenece a esos libros de lectura ligera (estilo ágil y fluido, sin caracoleos estéticos ni reflexiones grandilocuentes y de extensión moderada) que abre la puerta hacia un amplio espacio para la reflexión, esas lecturas que te hacen levantar la vista del papel de puro gozo. El quinto hijo estaría en esa categoría.

Resumen resumido: Londres, finales de los 60. Los recién casados Harriet y David planean comprarse una gran casa en las afueras donde formar una familia (muy) numerosa. Su proyecto —costoso y conservador— sorprende a sus familias que, no obstante, les apoyarán. Pero cuando parece que Harriet y David han alcanzado su sueño, entonces nace el quinto hijo (Ben) y el sueño deriva en una pesadilla del todo inimaginable.

Doris Lessing (Nobel de Literatura 2007) construye un relato narrativamente impecable, al servicio de una historia repleta de sutilezas y grandes momentos con un indiscutible fondo crítico. El quinto hijo es una novela que empieza con el foco abierto, hablando de la comunidad (el matrimonio Lovatt, su familia y el resto de su entorno, los hijos que van llegando, etc) y acaba centrado en la figura de la madre (Harriet) que reflexiona en soledad sobre su hijo menor. La transición se produce sin que apenas nos percatemos gracias al uso de un narrador en tercera persona omnisciente que, poco a poco, va focalizando más en el personaje de Harriet, cuyos actos y observaciones apelan continuamente a la humanidad del lector y despiertan su empatía.

El quinto hijo parte de un conflicto aparentemente familiar para reflexionar sobre cuestiones universales que siguen siendo a día de hoy fuente de sufrimiento, desigualdad y abuso:
  • El (no) lugar para el diferente. Aquel que no se ajusta a los estándares pre establecidos (en este caso, Ben) carece de lugar en la sociedad, tanto desde el punto de vista físico como funcional e ideológico. Ignoramos al diferente y, cuando eso no es posible, entonces lo apartamos.
«Decidió que lo que deseaba era que por fin alguien empleara las palabras adecuadas, que compartiera la carga. No, no esperaba que la liberaran, ni siquiera que las cosas pudieran cambiar mucho. Quería que se reconociera su situación, que se otorgara a su problema su dimensión real.»
  • La «condición madre». La evolución que sufre Harriet es un catálogo de todos los despropósitos construidos alrededor de la maternidad: la madre como objeto social de juicio y escrutinio (si todo va bien, es en cumplimiento de lo que se espera de ella, si algo no sale tan bien, la culpa recae sobre ella). La madre como objeto pasivo, como simple medio, cuyas quejas o sufrimientos o pálpitos son vistos como lamentables excentricidades que no hay que tener en cuenta. La narración rompe con la imagen bucólica y simplista que desde siempre se nos ha vendido de la maternidad, para dar paso a un retrato mucho más humano, profundo, complejo y lúcido. Harriet es la que más sufre la existencia de su hijo pero también la única que trata de comprenderle. Ella cree que Ben tiene una naturaleza propia, a diferencia del resto que lo consideran un desposeído.
«—Ben —dijo con suavidad, aunque le temblaba la voz—. Ben… —diciéndolo como si fuese una reivindicación humana hacia él y hacia aquel peligroso desván desordenado en el que él había retrocedido a un lejanísimo pasado que no conocía seres humanos.»
Otros temas que se ponen bajo la lupa son el clasismo (si puedes pagarlo, puedes hacerlo) así como la ceguera de la sociedad y la inutilidad de sus organismos a la hora de dar respuestas. 

La novela da para extenderse decenas de páginas pero me detengo aquí para no desvelar demasiado, sobretodo porque se trata de una obra relativamente corta. Así que Imprescindible porque, desde mi punto de vista, El quinto hijo está entre los libros que hay que leer y Doris Lessing forma parte, desde ya, de mi top ten de autorEs.

También de Doris Lessin reseñado en ULAD: Canta la hierba

13 comentarios:

Lupita dijo...

Beatriz, total y absolutamente de acuerdo, punto por punto. Es un libro impresionante, lo leí ya siendo madre, y lo viví intensamente. Madre mía, es muy doloroso y real.

Saludos

Montuenga dijo...

Creo recordar que cuando le dieron el Nobel comentó que no estaba muy al tanto de la actualidad porque tenía que concentrarse en atender a su hijo,discapacitado y adulto. Supongo que aquí se basa en su experiencia, y creo que cuando ha vivido algo muy intensamente surge la mejor Lessing. En su primera novela pasa lo mismo, en ese caso metiéndonos de cabeza en Sudáfrica, y a mí me parece una obra maestra, algo muy infrecuente en los débuts. En cambio, cuando el punto de partida es otro, sigue siendo buena pero creo que menos.

Beatriz Garza dijo...

Lupita, qué bien que lo hayas leído y puedas aportar tu opinión! La figura de la madre sufre muchísimo, sí, y creo que despierta mucha empatía en el lector.
Un saludo, guapa.

Montuenga, pues no tenía ni idea de lo de su hijo. Hay situaciones como las que se describen en la novela que ciertamente hay que vivir para poder contarlas. Y voy a tomar nota de tu teoría para cuando lea otras obras suyas. Gracias por pasarte, compi.

Richard Ford dijo...

Justo estaba pensando que libro leer: "el corazón es una cazador solitario" o "alguno" de Doris Lessing... Arranco por el de Doris gracias a tu recomendación. Un beso desde Buenos Aires!

Lupita dijo...

Hola de nuevo:
He visto los comentarios y al hilo del tema de la maternidad, la culpa, etc.. he recordado varias cosas del libro y de la propia autora:
- Fue una mujer "incómoda" y de mucho carácter. Se la ha nombrado muchísimo como adalid del feminismo, y, al mismo tiempo, se la ha llamado feminista ambigua, por declaraciones polémicas y por oponerse a actitudes que parecían castigar al hombre por el mero hecho de serlo. En el propio libro, la protagonista es muy conservadora en muchos aspectos.
- En el tema de la maternidad se pueden ver en ella dos posiciones aparentemente opuestas; a los hijos de su primer matrimonio los dejó en Sudáfrica con su padre y al pequeño (fruto del segundo matrimonio) se lo llevó con ella a Europa y le cuidó toda su vida, como ha mencionado Montuenga. En algunas referencias a ella se dice que "abandonó" a sus dos hijos mayores, cosa que no es cierta, porque no quedaron desamparados. No obstante, es habitual que se vea como algo contra natura o mucho más grave si es la madre la que se va del hogar.

En fin, no comentaría nada de esto si el libro no fuera tan biográfico. La maternidad como fin de la vida, como labor a la que entregarse puede verse truncada por muchos obstáculos, como tantas otras cosas.
Al fin y al cabo, este no deja de ser, además, un libro sobre los imprevistos que nos cambian la vida y nos la ponen patas arriba.

Saludos

Beatriz Garza dijo...

Lupita, muchas gracias por tu aportación.
Me has hecho pensar en el libro de "Las madres no" de Katitxa Aguirre, que reseñó Santi hace no mucho:
http://unlibroaldia.blogspot.com/2019/11/katixa-agirre-las-madres-no.html
Que, al parecer, explora, indaga y desmonta el falso mito de la maternidad perfecta y sin mácula.
En el caso de "El quinto hijo" es muy revelador que, ante la frustración que Ben despierta en su entorno, la madre se convierta en el chivo expiatorio de todos y a la vez sea la única esperanza para su hijo.
La percepción que hoy día se tiene de la maternidad sigue estando muy adulterada y queda mucho camino aún por recorrer.

Diego dijo...

Además de una escritora buenísima y una activista coherente, Lessing fue una mujer que hizo de su vida lo que ella eligió. En pleno siglo XX sus decisiones en cuanto a estudio, pareja, maternidad, trabajo, fueron ejemplo de libertad. Digamos que en mitad del XX hizo solita lo que muchas de las "feministas" del XXI siguen peleando por hacer.
No sé si será por eso que varios sectores del feminismo terminaron por decir que era solo una "vieja senil.
En fin. Una vida que dice mucho de qué pasó con el siglo XX y de algunas estupideces que se ven en el XXI.

Anónimo dijo...

buenas tardes señor diego
me gustaría saber cuales fueron las feministas que llamaron vieja senil a doris lesin y donde lo ha leído para que yo pueda buscarlo
muchas gracias

Diego dijo...

Hola. La entrevista la leí hace años y no me fue fácil encontrarla. Florence Thomas fue la líder feminista que respondió a los ataques de Lessing. En verdad, ahora releía y comprobaba que Thomas solo la llama senil indirectamente, ya que compara sus declaraciones con otra mujer a la que llama así. En fin. Yo creo que Lessing en esa entrevista se pasa un poco con el movimiento, sin embargo, siempre me quedó en la memoria lo que decía porque responde a cómo me sentía yo con relación al tema. Y porque lo decía Doris Lessing, claro.

De todas formas, lo que siempre me pareció muy destacable en la vida de Lessing, no fueron sus opiniones sobre el feminismo a sus 86 años, lo que me cautivó de esta mujer no fue solo que escribiera El cuaderno dorado, me cautivó saber que en su adolescencia renunció a una vida de princesa victoriana y a una educación ultilitarista cambiándolo por duros trabajos y autoeducacion. Me pareció bestial que en mitad del siglo XX le dijera a su ex marido: "a estos los crías tú y yo me llevo solo a este porque en mi vida quiero ser más cosas que Madre".
Y que esa "mala madre", "mala hija", y autodidacta terminara recibiendo un Nobel me parece genial.
Creo que sin duda te vale leer más a Lessing o sobre la vida de Lessing que leer sus opiniones sobre el feminismo.

Para decirle algo a Beatriz: No leí tu reseña. Los tres libros que he leído de Lessing me han gustado mucho pero como tengo Ben en el mundo y descubrí- después de obtenerlo- que había que leer antes El quinto hijo, pues, resulta que el libro que traes hoy es uno de los que pensaba leer este año, así que me reservo la lectura de la reseña para después.
Gracias por ella de todas formas.

Lupita dijo...

Diego, ¡hola!:
Yo apenas he leído este libro y entrevistas de ella, por lo que no conozco mucho su obra. Este libro me dejó mucha " huella" , así como otros a la semana no los recuerdas; es impresionante.

A la que llamaron vieja senil fue a Elisabeth Badinter, a la que da la casualidad que he leído hace unos meses, y que ha levantado ampollas al calificar algunas posturas feministas actuales de "misandría". Escribió hace unos 5 años un libro sobre la maternidad que ha sido muy polémico: "La mujer y la madre" En este libro viene a decir que las posturas sobre la maternidad de carácter naturalista ( las teorías del apego, el colecho, la lactancia natural, etc..) que han surgido en los últimos años - basadas en las teorías de Rousseau-, han supuesto una regresión para la mujer. En algunos casos, volver al hogar es preferible a tener un empleo inestable y mal pagado, y tener un hijo llega a convertirse en un acto como el de crear una obra de arte. Así, ser madre se vuelve el centro de todo, pero agrandado por el hecho de hacerlo desde "posturas correctas": lactancia materna exclusiva, atención exhaustiva y exagerada, y con unos estándares tan altos que se vuelve un trabajo que hace olvidar lo demás, hasta la pareja. El problema es que si esto es ser una buena madre, las que dan biberón, van a trabajar, tienen canguros, etc, ¿qué son? Además, esto no deja de ser un fenómeno de una clase social medio- alta, porque muchas no pueden elegir, otras no quieren y hay otras que viven con la culpa de no llegar a eso que se propugna como lo mejor para el hijo, por no estar con él lo suficiente, no ser la mejor persona par él, etc.. Este libro la lió buena en algunos sectores ( la liga de la leche no es de esperar que lo recibiera muy bien) y creo que ha tenido otros no menos polémicos antes.

Tanto este libro, que animo a todo interesado a leer, como el de la reseña le pegan un buen repaso al tema de la maternidad. Y sin querer caer en victimismos, sigue siendo cierto que la culpa suele ser de la madre, y que no hay nada como hacer en la vida lo que a uno realmente le guste.

Saludos

Anónimo dijo...

Hola! Leí este libro la semana pasada después de ver la reswña. La historia me ha gustado pero no me ha impresionado tanto como esperaba, quizá puse muchas expectativas. sin desvelar detalles, el final del libro no me parece 100% redondo, esperaba un cierre más contundente.
Leí hace años Tenemos que hablar de Kevin, también relatando un aspecto de la maternidad alejado de las historias de bebés perfectos y me marcó tanto que igual no he sabido apreciar como se merece propuesta de Lessi g.
Gracias por reseñas y comentarios, me ayudas mucho a elegir y conocer historias y autores que de otra manera igual no sabría apreciar!

Beatriz Garza dijo...

Anónimo,
me doy cuenta de que generar demasiadas expectativas puede ser contraproducente, pero no pude contener mi entusiasmo con esta novela. Cierto que no es de esas obras de final impactante pero yo personalmente cada vez soy más partidaria de los cierres bien resueltos sin necesidad de sorpresas. He sabido, por si te interesa, que existe una segunda parte de esta novela que se titula "Ben en el mundo". Está descatalogada al menos en castellano pero yo no voy a parar hasta dar con ella.
Entiendo lo que me dices de "Tenemos que hablar de Kevin". Yo no me lo he terminado aún pero sí he visto la película y en este caso lo que hay son hechos graves consumados, cosa que en "El quinto hijo" son temores que no pasan del plano psicológico. Creo que aunque ambas novelas traten el mismo tema lo hacen de manera distinta. Y en lo narrativo, diría que "El quinto hijo" tiene más calidad.
Pero, ante todo, muchísimas gracias por este feed-back, por cerrar el círculo. Estoy segura de que al resto de lectores les servirá para sacar sus propias conclusiones.
Un saludo.

Diego dijo...

Buenos días. Leído el libro y leída la reseña paso a felicitarte por ella. Impecable. Comparto todo lo que dices sobre la obra.

Eso sí, a mí me faltaron páginas. No me refiero al final, éste me pareció estupendo. Pero Lessing narra tan bien y toca tan acá que se podría haber escrito una novela de trescientas páginas para sumergirnos bastante más.

Hace tres o cuatro años leí "Diario de una buena vecina", también publicada en los ochentas, si no recuerdo mal. En esa ocasión Lessing me emocionó muchísimo más. No hay semana en que no recuerde su novela al ver un bastón en la calle. Te la recomiendo. Una reseña tuya sería estupendo.