Año de publicación: 2015
Valoración: muy recomendable
Recuerdo y me condiciona una afirmación de Stephen Vizinczey en lo concerniente a la necesidad de conocer toda la obra de un autor como paso previo antes de aventurarse a escribir una sola reseña sobre cualquiera de sus libros. Cuántos que escribimos sobre libros estaríamos calladitos, y ya no sé decir si el mundo se perdería o se ahorraría algunas barbaries que han quedado escritas para la posteridad. Más cuando existen conceptos como la evolución o la madurez o la pérdida de inspiración, por no hablar de cómo condiciona esos conceptos la voracidad de editores exigiendo cumplir plazos.
Conceptos con los que es difícil bregar, y estoy seguro que Clara Usón algo de esto tenía en mente cuando Valor era su siguiente novela tras la muy brillante La chica del Este.Y lo primero que diría es que Usón demuestra valentía, porque, y perdonen los aficionados a la novela histórica (obvio mencionar que no lo soy, en absoluto) podría haber elegido el camino fácil de ahondar en más episodios del conflicto balcánico, y vivir cómodamente de las rentas de ser una cronista de aquella época. Para nada lo ha hecho, y la primera consecuencia la notamos apenas unas decenas de páginas inmersos en Valor. Frente a una estructura clásica, Clara Usón apuesta de forma decidida por desorientar al lector, cuando se lanza a una narración definida en cuatro escenarios, relacionados por parejas, y, lejos de ayudar al lector dividiendo por capítulos, salta del uno al otro sin orden ni concierto. Sea en la misma página, en el mismo párrafo, a veces en la misma frase. No es una cuestión de prestar atención para no perder detalle, simplemente cada línea va avanzando, y todas avanzan en algún momento, y nos da la sensación que a la vez.
Tenemos el episodio de la revuelta de Jaca, con Fermín Galán (cuyo fusilamiento inaugura macondianamente la novela) al frente de un levantamiento republicano previo a la Guerra Civil, aplastado con contundencia. Tenemos a Luis Duch, civil de buena familia de Jaca que presta apoyo al golpe, desde la comodidad económica de ser hijo único de familia bienestante. Y en la proximidad de nuestros días tenemos a Mati Oliván, directiva de sucursal de caja de ahorros levantina metida en lo de colocar preferentes, atribulada a tres bandas, por una amiga antigua compañera que se ha entregado a otro nivel de engaños: la cosa ésa del budismo, lo ayurvédico, el reiki y otras historias para sacar cuartos a incautos, por Paco, un marido infiel que retrata las corruptelas de la construcción y las contratas, y por Mar, adolescente rebelde y desorientada, niña de quince años que insulta a Justin Bieber por Twitter a la par que tiene un póster suyo en la habitación, niña enganchada al smartphone en vez de estudiar o hacer los deberes, paradigma de esos niños de la llave a los que nos condena la sociedad hipercompetitiva. La primera parte del libro, esas casi 200 páginas aceleradas, caóticas a conciencia, combinación de estilos, diálogos, alguna licencia extemporánea que puede que asuste a según quién, es una brillante antesala. No estamos ante La chica del Este 2.
Pero hete aquí que la segunda parte nos lleva a los Balcanes. No a los de los 90. Dura narración de la cruel depuración perpetrada, en nombre de la religión, por los ustachas croatas, con la connivencia de media Europa, liada en la II Guerra Mundial, donde el protagonista es un sacerdote fundamentalista en medio de una severa crisis de personalidad. Porque es gay y está allí, en un campo de concentración croata contribuyendo a la aniquilación de serbios, judíos, gitanos, gays. O se convierten al catolicismo, y a veces ni eso sirve, o los aniquilan. Terrible, escalofriante narración despojada de cualquier prejuicio donde se palpa la tragedia en cada página y donde el sacerdote se muestra cruel, caprichoso, con una especie de sensibilidad hipócrita de superviviente a costa de lo que sea. Difícil de digerir, pero el palo que la Usón le sacude a la religión es tan sutil como formidable.
Y la tercera parte, brillante, casi irónica, donde un gigoló aficionado es subcontratado por Mati en una especie de capricho de mujer madura entregada a la decadencia. No debería seguir escribiendo, pero lo resuelve todo y lo cuadra con brillantez. Apuesta por la conmoción antes que por la emoción, y eso tiene un resultado magnífico.
Una vez más, Usón me recuerda en su minuciosidad y precisión a Cercas, pero sin recurrir a la insistencia que a veces condiciona al escritor extremeño. Tampoco interviene en primera persona y aquí lo metaliterario queda eclipsado por lo meticuloso de la contextualización. Los detalles no son capitales, pero son importantes. Poco más puedo decir. Dos libros leídos, dos estupendos libros.
También de Clara Usón en ULAD: La hija del Este
Tenemos el episodio de la revuelta de Jaca, con Fermín Galán (cuyo fusilamiento inaugura macondianamente la novela) al frente de un levantamiento republicano previo a la Guerra Civil, aplastado con contundencia. Tenemos a Luis Duch, civil de buena familia de Jaca que presta apoyo al golpe, desde la comodidad económica de ser hijo único de familia bienestante. Y en la proximidad de nuestros días tenemos a Mati Oliván, directiva de sucursal de caja de ahorros levantina metida en lo de colocar preferentes, atribulada a tres bandas, por una amiga antigua compañera que se ha entregado a otro nivel de engaños: la cosa ésa del budismo, lo ayurvédico, el reiki y otras historias para sacar cuartos a incautos, por Paco, un marido infiel que retrata las corruptelas de la construcción y las contratas, y por Mar, adolescente rebelde y desorientada, niña de quince años que insulta a Justin Bieber por Twitter a la par que tiene un póster suyo en la habitación, niña enganchada al smartphone en vez de estudiar o hacer los deberes, paradigma de esos niños de la llave a los que nos condena la sociedad hipercompetitiva. La primera parte del libro, esas casi 200 páginas aceleradas, caóticas a conciencia, combinación de estilos, diálogos, alguna licencia extemporánea que puede que asuste a según quién, es una brillante antesala. No estamos ante La chica del Este 2.
Pero hete aquí que la segunda parte nos lleva a los Balcanes. No a los de los 90. Dura narración de la cruel depuración perpetrada, en nombre de la religión, por los ustachas croatas, con la connivencia de media Europa, liada en la II Guerra Mundial, donde el protagonista es un sacerdote fundamentalista en medio de una severa crisis de personalidad. Porque es gay y está allí, en un campo de concentración croata contribuyendo a la aniquilación de serbios, judíos, gitanos, gays. O se convierten al catolicismo, y a veces ni eso sirve, o los aniquilan. Terrible, escalofriante narración despojada de cualquier prejuicio donde se palpa la tragedia en cada página y donde el sacerdote se muestra cruel, caprichoso, con una especie de sensibilidad hipócrita de superviviente a costa de lo que sea. Difícil de digerir, pero el palo que la Usón le sacude a la religión es tan sutil como formidable.
Y la tercera parte, brillante, casi irónica, donde un gigoló aficionado es subcontratado por Mati en una especie de capricho de mujer madura entregada a la decadencia. No debería seguir escribiendo, pero lo resuelve todo y lo cuadra con brillantez. Apuesta por la conmoción antes que por la emoción, y eso tiene un resultado magnífico.
Una vez más, Usón me recuerda en su minuciosidad y precisión a Cercas, pero sin recurrir a la insistencia que a veces condiciona al escritor extremeño. Tampoco interviene en primera persona y aquí lo metaliterario queda eclipsado por lo meticuloso de la contextualización. Los detalles no son capitales, pero son importantes. Poco más puedo decir. Dos libros leídos, dos estupendos libros.
También de Clara Usón en ULAD: La hija del Este
7 comentarios:
Dos reseñas de libros de esta autora y las dos muy favorables!
Habrá que tenerlo en cuenta
¡Qué lejos están de los grandes! Hay tanto bueno para leer y tan poco tiempo. se agradecen las obras de Usón, Cercas e tanti altri, pero no dan la talla con los Cervantes, Shakespeare, Dante y algunos, no muchos más. No es tanto de dinero como de tiempo.
PS: Gracias, no obstante, a los responsables del blog.
Coincido con la crítica. Leí La hija del este y me encantó. Valor, en mi opinión, está en un escalón inferior pero sigue siendo un libro magnífico. Siempre estaré atento a lo que Clara Usón publique.
Un cordial saludo.
Estaba pendiente de este libro después de leer La hija del este, fantástica. Así que agradezco una vez más que este estupendo blog exista y la reseña del último de Usón. A por él voy.
Tengo que leer el Quijote cueste lo que me cueste y cueste lo que cueste.Como ya estoy mayorcete, esta vez me he comprado uno de letra grande.
Pereza de argumento, la verdad
Gracias a todos por los comentarios y perdón por el retraso en contestar. La vida moderna es dura. Lo siento, a mí me dan pereza muchos clásicos. Intento (no siempre consigo) reseñar un máximo de tres libros por autor, antes de proclamarme de forma irredenta en uno u otro sentido. Así que quien quiera recomendarme otra novela de esta autora...
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