Título original: De Aanslag
Año de publicación: 1986
Valoración: está bien
El atentado narra la vida de Anton Steenwijk, quien, tras perder a toda su familia en un atentado durante la Segunda Guerra Mundial, decide llevar un vida simple y ajustada a las normas y de paso negar todo recuerdo de su infancia. Anton se muda a casa de unos familiares, estudia medicina, encuentra un trabajo, se casa... lleva una vida que aparentemente es de lo más normal, pero no puede disfrutarla plenamente porque, a pesar de sus esfuerzos para evitarlo, el pasado sigue llamando a su puerta.
Ésta es, a grandes rasgos, la historia que nos cuenta Mulisch en El atentado. Y, a pesar de que tiene todas las características necesarias para gustarme mucho (drama familiar e histórico, bildungsroman, estilo narrativo de gran calidad...), me ha dejado un poco fría. Reconozco que el autor desarrolla los personajes (especialmente, el protagonista) de forma lógica y creíble, que los viste de un sinfín de contradicciones y de virtudes y debilidades que los convierten en seres humanos y no arquetipos (algo que él mismo debió de vivir en su propia piel, pues su madre era judía y su padre era pro nazi), y que su prosa es exquisita. También hay que felicitar a Mulisch por la excelente recreación de la(s) época(s) en la(s) que se desarrollan los acontecimientos y por ofrecer al lector, de la mano de Anton, una interesantísima visión de la historia de Holanda desde la Segunda Guerra Mundial hasta la década de 1980, pero...
... Pero el libro me ha dejado una sensación un poco vacía, la verdad. A pesar de todos sus aciertos, me da la sensación de que el personaje (o el autor) se pierde demasiado en elucubraciones estériles que no sirven sino para alargar la novela sin que lleguen a decirnos demasiado. Puede que esto sea problema mío (ya digo que no puedo hablar de fallos garrafales en la narración ni de prosa chapucera), por supuesto, no lo sé. Quizá me habría gustado más si hubiese tenido la mitad de páginas, o quizá debería darle otra oportunidad y volver a leerlo más adelante. Puede ser.
3 comentarios:
El argumento es interesante, pero por tu reseña creo que no lo leeré.
De los libros de Mulisch es el que menos me gusta. Personalmente recomiendo Sigfrido.
Un saludo.
La discrepancia enriquece, también en literatura. Por eso, a pesar de que a mí me parece una muy buena obra (no expongo los motivos por no convertir un comentario en contra reseña) leo con interés vuestra reseña para enriquecer mi lectura con perspectivas diferentes y...
A mi juicio, el problema no es la conclusión de la reseñista, pues la experiencia lectora es personal y poco transferible. Pero sí espero cierta fundamentación de los argumentos que conducen a esa conclusión. Cuando éstos se basan en comentarios tan insustanciales como que “el libro me ha dejado una sensación un poco vacía”, “puede que esto sea problema mío”, “quizá debería darle otra oportunidad”; es decir, percepciones personales que no se sostienen con argumento alguno, la verdad, me parece absolutamente un tratamiento vacío e infantil y, por tanto, injusto, de la obra literaria; no de ésta, sino de cualquiera.
Gracias y saludos
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