Idioma original: Castellano.
Valoración: Muy recomendable.
No todo tiempo pasado fue mejor. Porque ese pasado también fue atroz y para enfrentarse a él, opina Miguel Serrano que en lugar de un ejercicio de nostalgia es necesaria la autopsia. El título remite al minucioso examen que el autor somete a su personaje y narrador, Miguel Serrano, en un ejercicio de autoficción que pretende expiar los pecados del narrador, decir que él también fue parte del problema, de cara a afrontar el nacimiento de su hija con los pecados purgados.
El motor de la novela no es otro que la necesidad que siente el narrador de enfrentarse al daño ejercido hacia una compañera de primaria, un caso que se repite con otras compañeras de secundaria y que obsesiona al protagonista años después. Así, Miguel Serrano comienza una reflexión que abarca cada acto o suceso que lo marca como persona, haciendo hincapié en la violencia como elemento desmitificador del pasado. Cuando revisita el pasado, es notable el énfasis que el narrador pone en representar la violencia estructural (la mentira de la igualdad de oportunidades), además de reflejar una serie de palizas recibidas de la mano de distintas tribus urbanas de la Zaragoza de los años 90.
Hay algo de angustia generacional en Autopsia, de revisión de los mitos que marcaron a la generación que creció sin Internet pero en pleno auge de la telebasura. Las reflexiones del narrador se extienden sobre una generación de jóvenes que compartieron el momento histórico posterior a la caída de las metanarrativas y se refugiaron en el cinismo como herramienta para afrontar la realidad. Esa revisión de los mitos llevara al narrador a amigarse con uno de los iconos de la música techno de su juventud e incluso a explorar el devenir de los agentes de su infancia mediante búsquedas vía Facebook que rozan lo obsesivo. Y también hay algo de underground, de persona que vive en los márgenes de la sociedad, del que habita un piso que se cae a cachos, que sobrevive a base de trabajar media jornada en unos grandes almacenes que vive de noche y que es incapaz de pensar el futuro. Es en esa precariedad y en la imagen de la rutina obsesiva de las redes sociales - en la mediocridad como la única épica a la que puede aspirar el hombre moderno - donde el autor consigue ampliar su autopsia al presente.
Por último, es necesario hablar de la prosa de Miguel Serrano para entender Autopsia. Ya que se trata de una prosa que consigue erigirse como método para analizar cada pliegue del cuerpo inerte que es la experiencia, que logra convertir los sucesos narrados en una colección de casos de estudio para el ejercicio de dicho método. Queda algo del Miguel Serrano poeta en ese particular estilo que puede resultar muy atractivo para el lector de poesía y para aquel que busca una visión que no se limite a narrar lo sucedido sino reflexionar sobre la realidad de una forma minuciosa, en círculos.
Firmado: Paulo Kortazar
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