Fecha de publicación: 1973
Valoración: recomendable
Pantaleón Pantoja, el militar peruano protagonista de este libro, es de esos personajes cuadriculados y amantes del detalle que pueden ser una pesadilla como jefes pero el sueño eterno de los dueños del negocio.
La historia es sencilla. Cansados de que los soldados violen a las civiles en la inhóspita amazonía peruana, los generales del ejército deciden crear un servicio de prostitutas que recorra los cuarteles para calmar a la tropa arrinconada por el calor y la falta de compañía femenina. Para esto llaman al recién ascendido capitán Pantoja, que luego de superar la sorpresa inicial, pone en marcha un mecanismo casi industrial de satisfacción sexual.
Lo primero que llama la atención al leer a Vargas Llosa en Pantaleón y las visitadoras es la manera de narrar la acción de la historia. Con un recurso llamativo condensa verbos en un sólo párrafo y entrega cantidad de información en pocas líneas:
No podemos fabricar mártires, basta con los que ellos hacen -revisa cartapacios de recortes de periódicos marcados con lápiz rojo, celebra conciliábulos con oficiales del Servicio de Inteligencia, de la Policía de Investigaciones, propone un plan al Estado Mayor y lo ejecuta el Tigre Collazos-. Tenlos ahí en los cuarteles... (Pág. 303)
El intercambio constante de lugares, situaciones y personajes (como en La Fiesta del Chivo) es recurrente. Además, como el mismo escritor apunta en el prólogo de una de sus ediciones, no había otra manera de contar esta historia real que burlándose de ella, llamando a la risa del lector que se asombra con los eufemismos descarados de los militares, la hipocresía de la sociedad amazónica peruana y las ideas descabelladas pero funcionales de Pantoja que, como si se tratara de una línea de producción, optimiza tiempos y recursos para que los pobres soldaditos no se queden sin el Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines (SVGPFA).
De ahí en adelante todo son situaciones hilarantes: los intercambios de mensajes cifrados entre el capitán Pantoja y los generales, las tablas de cálculo para determinar cuántas "prestaciones" puede ofrecer cada "visitadora" en un tiempo X, la composición del himno del servicio de visitadoras, la confección de sus uniformes...
Vargas Llosa hace del pintoresco y tropical actuar latinoamericano una obra que bien vale la pena leer. Un libro que puede usarse de dos maneras: como funcional e inofensivo divertimento o como manual para entender todos esos titulares periodísticos que a diario llegan de esta parte del planeta para sorprendernos.
Firmado: Miguel Quintero
También de Mario Vargas Llosa en ULAD: Conversación en La Catedral, El sueño del celta, La fiesta del chivo, La ciudad y los perros, La guerra del fin del mundo, Tiempos recios
3 comentarios:
¡Enhorabuena por la literatura! Un gran abrazo.
http://camacholopezgerman.blogspot.com/
¿Sólo recomendable? Yo diría que imprescindible... de lomás divertido que yo he leído y junto con "La tía Julia y el escribidor", lomás divertido que ha escrito Vargas Llosa.
Para terciar, vamos a dejarlo en muy recomendable. Tal vez le penalice que sea un libro tan divertido y escrito, aparentemente, con menos pretensiones. Muy buena novela
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