Título original: Les cadavres esquis
Idioma original: inglés
Valoración: Recomendable
Fue el célebre escritor Graham Greene el que dijo de Patricia Highsmith: "Uno no cesa de releerla. Ha creado un mundo original, cerrado, irracional, opresivo, donde no penetramos sino con un sentimiento personal de peligro y casi a pesar nuestro, pues tenemos enfrente un placer mezclado con escalofrío". Y tras haber leído varias obras de la oscura dama, no puedo por menos de estar de acuerdo con las palabras que Greene le dedicó a su amiga.
En esta ocasión, lo que traigo de la Highsmith (los buenos ULADianos sabrán que la autora ya ha sido reseñada por aquí) es un compendio de doce de los numerosos relatos que escribió durante su carrera reunidos bajo el sugerente título de Los cadáveres exquisitos. El mismo está tomado del nombre de un popular juego llamado en su idioma original, francés, Le cadavre esquis, y que fue inventado y utilizado por los surrealistas del país vecino allá por 1920 para crear historias en cadena. La primera pieza que les salió decía que “el cadáver exquisito beberá el vino nuevo”, de ahí el nombrecito. Y vamos, que aunque fuera fruto de un “accidente”, le va ni que pintado a esta selección de cuentos que serían convertidos en una serie de películas para la televisión en los 90, coproducidas por Inglaterra y Francia y presentadas por el perturbador actor Anthony Perkins (sí, sí, el trastornado de Psicosis).
Bueno, pues doce son doce los relatos del compendio, a cada cual más negro, pero de no de una negrura pegajosa o ahumada, como puede ser la de otros especialistas en el género, sino aséptica, casi clínica, objetiva, dura y cortante. Sin anestesia estilística o salvoconducto amable que valga…
No voy a desmembrar (nunca mejor dicho) las tramas de los doce, pero sí mencionar un poco de qué va(n) la(s) cosa(s): dos amantes que han asesinado al marido de ella intentan matarse mutuamente; enamorado despechado suplanta la identidad del amante poco constante de una enamorada que espera ansiosamente carta; colérico hombre de negocios retirado al campo idea una terrible (e ingeniosa) manera de ocultar el cadáver de un enemigo al que ha asesinado; mujer atracada en su casa le da una buena lección a su agresor; caída en desgracia de una familia que tiene una granja de pollos; bribón que sale con dos chicas virtuosas y no sabe por cuál decantarse; gato con maneras cuasi humanas aparece un día por casa con un manojo de dedos de un hombre en la boca; esposo harto de esposa aficionada a disecar a sus queridas mascotas; antiguos enemigos por culpa del amor de una mujer se reúnen muchos años después y el que salió perdiendo decide vengarse; peculiar tipo aficionado a robar pequeños objetos a mujeres de éxito; pobre hombre que se gasta buena parte de su sueldo en pagarle la residencia a su vieja madre descubre un terrible secreto, y el que más me ha gustado y que, en mi opinión, roza la genialidad de la Casa tomada de Julio Cortázar, es el que cuenta cómo un matrimonio relativamente joven adopta a un matrimonio de ancianos que acaban convirtiéndose en una auténtica pesadilla…
En fin: relatos de la tonalidad noir más depurada y efectiva, aunque como crítica he de decir que algunas cosas de los mismos, al igual que me pasó con ciertas partes de El talento de Mr Ripley, pecan de increíbles o de difíciles de creer. Vamos, que a veces la coherencia dentro de la trama se tambalea un poco debido a personajes demasiado guiados y condicionados por sus instintos, y víctimas muy pero que muy ingenuas y vulnerables. Pero en fin, qué se le va a pedir a la Highsmith , mujer de extremos, para bien y para mal…
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