Título original: Igelak benetan hiltzen dira
Año de publicación: 2012
Valoración: está bien
Una niña desaparece en un pequeño pueblo costero. Enseguida se organiza una cuadrilla de búsqueda y el pueblo entero se esfuerza por encontrar a la pequeña, pero todo intento resulta infructuoso. Así, a pesar de realizar varias detenciones e interrogar a algún que otro sospechoso, la policía no tiene más remedio que tirar la toalla unas semanas después de la desaparición y concentrarse en otros casos.
Sin embargo, la gente del pueblo –y, en especial, la familia de la niña– no puede olvidar lo que ha sucedido ni el impacto que esa desaparición ha tenido en su existencia, por lo que el padre de la pequeña empieza a investigar por su cuenta y a hacer preguntas, causando una serie de sucesos que tendrán graves e inesperadas consecuencias en las vidas de los habitantes del pueblo.
Que éste no es el primer libro de Irasizabal es algo que se advierte desde la primera página, pues el autor sabe perfectamente lo que quiere contar y adónde quiere llevarnos. Así, utiliza un estilo sencillo y sin demasiados artilugios para desarrollar una historia que es en realidad un compendio de diversas subtramas interrelacionadas: la vida de los familiares de la pequeña desaparecida, de varios jóvenes del pueblo, de otros sospechosos... pero también del narrador, un profesor que se encarga de contar la historia principal mientras nos hace partícipes, también, de su relación con su novia.
El fallo que le veo a este libro, precisamente, es que el autor cuente qué pasa con su vida amorosa. Tenemos ante nosotros una novela en la que se analiza cómo cambia la vida después de una desgracia (no ya sólo la de los afectados directamente con ella, sino también la de aquellos que en mayor o menor medida se relacionan con los primeros) y cómo inocentes acciones pueden tener gravísimas consecuencias, y ahí el autor consigue lo que pretende: construye una historia redonda, correcta y que deja los cabos sueltos necesarios para resultar creíble y realista y, al mismo tiempo, nos habla de esta relación que no sabemos muy bien cómo encaja dentro de todo lo demás. Pues no se puede decir que estorbe la acción principal, pero sin duda no aporta nada especial.
En cualquier caso y a pesar de este detalle al que no le veo sentido, se puede decir que la novela está bien. Resulta entretenida y emocionante y se lee de una sentada (no llega a las 115 páginas), así que es perfecta para llenar una jornada.
2 comentarios:
Gracias, Izas, por contarnos de vez en cuándo qué se cuece en la literatura vasca actual :-)
Aupa.
Hoy he terminado el libro y la verdad es que me ha gustado bastante. Le pongo un notable. Me gusta el estilo de Iñaki: suave, pausado, "sin artilugios", como bien dices... Es cierto que su vida amorosa no aporta gran cosa a la historia. Pero creo que el autor también ha querido jugar con eso. hasta el final no hemos descubierto que él no tenía nada que ver en la trama. Solo era un espectador.
Previamente había leído su última novela "Orbe auziaren ingurukoak". Os la recomiendo. Creo que supera a ésta.
Un saludo.
Iñigo
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