Título original: The History of Love
Año de publicación: 2005
Valoración: Muy recomendable
Con un título tan pretencioso, una portada tan horrible y un contexto narrativo tan poco original como el holocausto judío y las andanzas de sus abnegados parientes en Brooklyn, New York (¿sí? ¡no! ¡otra vez!) , uno se sorprende un día con el libro entre las manos y lo que es más grave: ¡con la determinación de empezarlo a leer!
El caso es que, prejuicios a parte, uno comienza y en seguida descubre que los judíos además de hacernos llorar (por méritos propios y ajenos) también saben hacernos reir. Y así , entre risas, emerge el delicioso personaje de Leopold Gursky, anciano residente en Brooklyn, tierno, cómico, creativo, mordaz, protagonista que por momentos alcanza cotas de hilaridad similares a las de Ignatius Reilly en La conjura de los necios. Uno continúa y descubre que los judíos además de hacernos reir siguen haciéndonos llorar (y mucho) por medio de un tal Leopold Gursky, judío polaco, solitario, emigrante, eternamente enamorado y abandonado a la espera de un destino final que se inició y existe hace ya demasiado tiempo. Y siguiendo el cauce de una narración que va recomponiendo las piezas sueltas de un puzzle roto que entristece y alegra a partes iguales, conocemos el verdadero significado del amor de la mano de Alma, espíritu de todas las mujeres: madres, niñas, enamoradas, amantes, amadas o abandonadas. Hasta el punto de terminar pensando que quizás, por desgracia, no haya otro título mejor para la historia que se cuenta, pues de esto y no de otras cosas trata el amor. Éste es también un libro sobre la literatura, o más bien sobre el acto de escribir para sanar o purgar el dolor inflingido a veces por la vida, de manera que el amor y la escritura resultan dos facetas más de la misma realidad que es el existir.
Personalmente el libro has sido una sorpresa muy agradable, por inesperado y por bien ejecutado. Aunque como dice J.M. Coetzee es "Un libro cautivador, tierno y muy original", todas las alarmas deben estar puestas en lo que el término tierno puede acabar significando para algunos.
También de Nicole Krauss en ULAD: La gran casa
Firma invitada: Iñaki
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